Artículo Periodístico 3.588º: “No escuchar (a) la propia cabeza”.
En el paisaje humano, ya desde
hace años, de diez personas que te encuentras por la calle, la mitad van con la
cabeza metida en el dispositivo móvil, enviando mensajes y escuchando.
Hubo una fotografía famosa
publicada en el diario El País, quizás, hace dos décadas,
que una familia en la playa, de vacaciones, con traje de baño, los cuatro
miembros frente al mar y a la mar, unos al lado del otro, todos mirando el
móvil, escribiendo, enviando mensajes, recibiendo…, sin hablarse/mirarse entre
ellos…
De vez, en cuando me viene a la
cabeza esa imagen. Ha ido cambiando mucho la vida y la existencia en estos
últimos años, los artilugios informáticos de comunicación, portátiles, se han
multiplicado y exponenciado sus posibilidades. Ahora son verdaderos
ordenadores, la prueba, es que los de gama sencilla, tienen un precio de la
mitad de un ordenador portátil o de mesa, de gama simple.
Esta es la realidad el mundo ha
cambiado, la técnica-tecnología, uno de sus fines a lo largo de la historia, es
que modifica un sector de la realidad social y humana. Y, que se va aplicando a
distintos campos de esa misma realidad. Y, que las consecuencias son
impredecibles, imprevisibles. Da lo mismo sea el arco con flechas, el fuego, la
rueda, la imprenta de tipos móviles… Además, todo se va modificando,
convirtiendo en otros artilugios, disponiendo de otras consecuencias.
Atraviesas el estómago de un
recinto, da lo mismo, sea la sala de espera de un centro sanitaria, un
restaurante-bar-cantina, sea por la calle, la mitad de las personas van
embelesados y amando y besando la comunicación que se realiza por ese medio. No
voy a criticar negativamente, porque este hecho o realidad, se irá
complejificando, además, se irá extendiendo a más edades y, cada vez tendrá más
importancia. Este camino-técnica no sabemos hacia dónde nos lleva/rá… Te cruzas
con una madre y un niño pequeño, y, va la madre/padre metida en el huracán de
la pantalla táctil y apenas va pendiente del niño/a, y, muchas veces, el
niño-niña va pendiente y mirando a la madre/padre para que le diga algo… -pero
en fin, supongo que todas las respuestas y noticias son urgentes para ese
progenitor…-.
Pero no puedo obviar, que me
temo, que cada vez menos personas, dejan que sus ojos perciban la realidad
exterior/interior, que menos, cada vez, escuchan y oyen y dejan que sus
cabezas, en sus sentidos externos e internos les hablen. No dejan tiempo para
que su consciente hable a su consciente, que su semiconsciente a su consciente,
su inconsciente a su consciente…
Es cierto, que en caso de una
urgencia, en caso de una noticia, en caso de búsqueda de una información, en
caso de saber dónde está tu hijo o abuelo, en caso de mil razones, ya los
móviles-celulares que son artilugios informáticos unidos a un cuerpo humano de
sangre, son importantes, incluso, en algunos casos esenciales para la
supervivencia del individuo. Pero tampoco deja de ser cierto, que no te dejan
observar la realidad, exterior e interior, de forma normal y natural –dentro de
lo que pueda ser normal y natural, en el mundo actual, con mil tecnologías, que
están funcionando cada momento…-.
De momento, hay personas que
salvo en determinadas condiciones, no llevan consigo el móvil, y menos de las
últimas tendencias, a lo sumo uno de teclas. En el resto del y de su existir humano, procuran, no acunarlo en el
bolsillo, siempre al lado, en sus casas, ni tampoco en la calle, salvo
excepciones. Quizás, sean los últimos mohicanos, quizás, esa forma de ser y de
actuar en el mundo, es del pasado, quizás se pierdan mucha información, quizás,
no tengan comunicación con cientos de personas en el momento y en el instante…
Pero quizás, desean que su
cabeza-conciencia-consciencia les siga hablando. ¡Quizás, no quieran renunciar
a su ser íntimo, para que desde dentro de forma natural, sigan
surgiendo-fluyendo-nadando los recuerdos, ideas, conceptos, memorias, deseos,
pasiones, emociones, unas buenas y otras menos buenas, y, que no sea cortada
esa comunicación interior, por la llamada última o el mensaje último de alguien
que está a diez metros o a cien mil metros…!
Desde el punto de vista
afectivo-emocional o conceptual-cultural, pienso y opino y estimo y creo, que
todo artilugio dispone de muchas dimensiones y perspectivas y finalidades y
causalidades. Si el móvil ha triunfado universalmente, es porque permite al ser
humano cumplir deseos y necesidades muy profundas y extensas y universales. Con
lo cual, no soy maniqueísta, en casi ningún artilugio y tecnología, todo
dispone de dimensiones positivas y otras negativas. En una ocasión, no
narraremos el hecho, hace ya casi veinticinco años, por haber tenido un móvil,
habría dado quién sabe si una oreja o una pierna, para avisar a las fuerzas de
seguridad policiales. Pero no disponía. Aquello terminó bien, pero sin saber
cómo y el porqué y el por qué.
Hoy, con el móvil, saben y pueden
saber, los poderes dónde estas y con quién hablas, de qué hablas, cuánto
tiempo, cómo te mueves. Acumular esos trillones de datos de información de una
cantidad enorme de individuos, es una herramienta enormemente poderosa para
comprender y entender la realidad humana.
Y, quién comprende a los humanos,
en su superficialidad y en su existencialidad y en su esencialidad, puede
pastorearlos hacia un lado o hacia otro, hacia bienes y hacia no-bienes, hacia
unos fines o hacia otros… ¡Paz y bien…!
http://youtube.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (12-24 mayo 2023 cr).
Fin artículo 3.588º:
“No escuchar (a) la propia cabeza”.
E.
24 mayo