Artículo Periodístico 3.089º: “Premios literarios y Cunqueiro”.
Dichas realidades tienen fama de
ser misteriosos, principalmente, como decía un escritor que no recuerdo el
nombre, si no te lo otorgan a ti dicho Premio...
Álvaro Cunqueiro en un artículo titulado Premios
literarios, publicado en Destino, el 07 de septiembre de
1974, habla de que en Francia van a
otorgar un Premio que consiste en cien botellas de buen vino, y, como
siempre el genial articulista y escritor y literato que es/fue Cunqueiro, toca
un punto de la madeja y llega a otros mil, un artículo en él, es como entrar en
una cueva, y, nunca sabes lo que te encontrarás –otra descripción del sistema de la estructura o dispositio, dirían los
clásicos con Aristóteles y Quintiliano del discurso o retórica, diferente al
circular, deductivo o inductivo, este procedimiento estructural podríamos
denominar de la cueva-laberinto-caleidoscopio, se empieza por un tema, y en
medio, varios distintos, y al final, otro diverso…-.
Pienso que este don y
otorgamiento, podría ser bueno para la
Mancha, que no disponemos de mucha industria, pero podría ofrecerse, a/en los
premios culturales que se realizan en su seno, literarios o pictóricos o
fotográficos o de ensayo o de articulismo: cincuenta botellas de buen vino.
Se puede crear dicho premio en cualquier lugar, de esta Mancha, larga y extensa
más ancha que alta, como pequeños
sanchos, que así lo han pintado-dibujado la iconografía durante siglos. Quién
sabe, si era como Pedro de Alcántara, alto y delgado con nervios
como pezuñas, de tanto trabajar y de tanto pasar hambre. ¡Bueno aquí dejo
mi sugerencia en forma de paloma para que llegue a los lugares más ocultos de
esta mancha y Mancha, y, si no que se lo apropien los viñedos-bodegas de otros
lugares…! (Es que todos los días estoy viendo un cartel en forma de letras
rojas de FENAVIN).
Los premios culturales, sean del
tipo que sean, aunque hay diferencias, por lo general, se juzga y sentencia un
autor o una obra. Puede esconderse de mil modos o maneras, el anonimato, el doble ciego de la editorial Gallimard, o
el triple o cuádruple o quíntuple ciego. Pero, en definitiva, se juzga
según el momento actual o época actual. Pongamos un gran ejemplo, los dibujos que realizaban en el
Renacimiento para las grandes obras pictóricas y escultóricas, los mismos
autores, no les daban valor. Los tiraban después, salvo alguna excepción.
Cuánto valor tendrían hoy.
Pues esto, es lo que sucede en cada época, se juzga, según la mente de los comités
de selección, que pienso son de buena voluntad, o eso es lo que tenemos que
pensar, pero estos juzgan, según los criterios del momento. Por lo cual, en un premio de novela de principios de
siglo veinte, si Joyce hubiese enviado su Ulises, posiblemente, no habría ganado…
Pienso, que le habría sucedido algo similar a Kafka, Proust, Pessoa, Dickinson, etc.
Por tanto, nos encontramos con el mismo problema de siempre, cómo saber, si un
autor o autora, en la rama o especialidad que sea, tiene valor, lo que ofrece,
si se adelanta a su tiempo o si se retrasa. Si es una realidad que raya en la
genialidad o maestría, y que puede dársele entrada en el circuito de la
cultura, porque puede crear o inventar o diseñar o descubrir nuevas realidades.
O, por el contrario es una boutade, que sabe vender su figura y su imagen, pero
que no, llegará lejos.
Pienso
que esta cuestión, nadie lo sabe. Nadie. Porque nadie, conoce cuales
serán las necesidades intelectuales y estéticas y artísticas y conceptuales del
saber y conocimiento dentro de cincuenta años. Porque no se sabe, si las
cuestiones de hoy, serán siendo las de mañana, o, serán abordadas del mismo
modo…
¿Entonces que hacemos, si
admitimos, que los que se presentan o se les otorga un premio, sea del ramo que
sea, sea Nacional o Regional o Local o Provincial o Comarcal o de Barrio, no se
puede juzgar total y absolutamente con veracidad-verdad? Solo se me ocurre una
respuesta, por un lado, que tengan los
comités de selección buena voluntad y buena intención ante todas las obras
posibles y presuntas que se les presentan, y, también sobre sus autores y
autoras.
Que esos comités otorguen el
premio que consideren a quién quieran. Pero,
al mismo tiempo, se vaya creando un Archivo de Autores y Autoras, que se han
ido presentando, que quede, y, esta sea una condición del premio. Se abra un
Archivo Documental, ahora virtual, en el cual, año tras año, se van
indicando, curriculum de las personas, que se han ido presentando, hayan
obtenido un premio o una mención o no. Y, también, junto con ello, una
fotografía de la obra, o, si es texto escrito, un trozo de dicha obra, diríamos
de una página o dos. Además de enlaces a las páginas virtuales de cada autor.
Así,
conseguimos ambos objetivos, los Premios otorgan sus dádivas a quienes crean
conveniente. Y, quedan para el futuro, algo de los que se han presentado,
creándose una historia del Concurso o Premio, de tal modo, que dentro de cinco
décadas, quizás, se pueda valorar, algo del pasado. Además
los presentes, pueden juzgar, no solo las obras seleccionadas, cuando se
exhiben, pero también las que no se seleccionan o no se exhiben –según el tipo
de concurso…-.
Y, a todos los ayuntamientos y
entidades de la Mancha, a docenas, que desearían disponer de un Concurso promovido
por ellos mismos, pero no tienen suficiente dinero, pero les gustaría, disponer
en su localidad o en entidad, pública o privada, de un premio de fotografía o
de ensayo o de novela o de teatro o de artículos periodísticos, pero no
disponen de fondos económicos, de esos tres o cinco o diez mil euros, para
dicha realidad. Si pienso, que podemos tomar la idea que Cunqueiro nos indica,
de ese Premio de Francia, pueden otorgar
como premio, un diploma, unos cuantos quesos o algún jamón o varias docenas de
botellas. Pienso y opino, que alrededor, de su localidad y en su comarca,
tendrán algunas fábricas o bodegas o empresas de esos ramos. Y, posiblemente,
como eso es publicidad encubierta y descubierta, lo donarían.
Así, todos ganaríamos, la Mancha,
haría publicidad de sus productos, las empresas también, los ayuntamientos
tendrían algo para sonreír delante de una cámara, se elevaría el nivel cultural
de la localidad y de la provincia, y, los que ganasen el premio, durante unos
días beberían buen vino o degustarían buen queso o buen jamón.
Todos contentos y todos alegres y
la cultura se elevaría un poco. Al
menos, cientos y miles de autores y autoras, que duermen en silencio en los
terruños de la Mancha y fuera de ella, no sabiendo que va a ser de su trabajo
cultural, que llevan en él, diez o treinta o cincuenta años, tendría una mínima
esperanza de que algo quede para el futuro… ¡Ah, y, vuelvan a leer y releer
a Cunqueiro…! Paz y bien y sonrisas…
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (13 mayo-06 junio 2022 cr).
Fin
artículo 3.089º: “Premios literarios y Cunqueiro”.
E. 06 julio