Artículo Periodístico 3.104º: “La debida humildad del intelectual”.
Escritores,
pensadores, artistas, intelectuales, la mayoría de ellos/nosotros, sean
profesionales de alto rango o aficionados, hablan/hablamos de todo y, de todos,
creyendo que sabemos de todo.
En estos oficios de la creación e
investigación cultural, por lo general, cómo saben estos emisores, litigan de
multitud de temas o cuestiones, pueden/podemos caer en la tentación, de pensar
que sabemos más que el resto de los mortales. En la historia de nuestra
sociedad, país, Estado es una tradición de enorme calado que los intelectuales,
denominémoslos así, que hablan de todo o, por el contrario, los que tendrían
que hablar-escribir se callan y se silencian, a ellos mismos…
Se producen esas dos tendencias
antagónicas, o hablan de todo, creyendo que son la autoridad máxima moral y
conceptual, cada uno en su ideología y desde su bandera. O, por el contrario,
demasiados catedráticos y especialistas y expertos, que saben sobre
determinados temas, se silencian o se callan, temiendo que después, si después
vienen las revueltas y los cortes de orejas o algo más. Porque al final, parece
que siempre estamos como la corriente continúa, entre sistemas más o menos de
libertad y democráticos, y, el otro extremo, sistemas de no libertad y censura.
Y censura en muchos grados y formas y maneras.
Expertos y especialistas, cada
uno en su saber, que podrían en los medios digitales, ofrecernos sus recetas,
muchos de ellos, se callan/autocensuran, silencian/autosilencian sus
pensamientos e ideas y conceptos y enunciados y argumentos y datos. Porque
saben que el que se mueve no sale en la foto, que el que habla será discutido,
porque teme reacciones. Y, antes indicaban algunos, es que los medios de
comunicación, no me invitan a participar. Pero ahora, se continúa del mismo
modo, y, no escriben y redactan textos o imágenes, en el mundo ilimitado de
Internet. Es evidente, que no quieren hacerlo, no quieren retratarse, conocen
demasiado bien, a los que viven y existen en estas mesetas y mares, y temen sus
reacciones, porque quizás, en estas tierras haya habido siempre demasiado
enconamiento ideológico y político y religioso y cultural, desde la Edad Media…
Por otro lado, los que
hablan-dialogan-escriben-redactan ideas y textos, utilicemos la palabra
intelectual, aplicable a distintos oficios, hablan de todo, tienen solución a
casi todo, tienen respuesta al país y a la sociedad, defienden sus puntos de
vista como si fuesen dioses o pequeños dioses que han venido del cielo de la
verdad y de la bondad, demasiadas veces, atacan a los supuestamente contrarios
sin piedad y sin misericordia, saben y tienen la conciencia que pueden y deben
ocupar los grandes puestos de la cultura o de la representación cultural de/en
las distintas oleadas políticas, entran a formar parte de la intelligentsia, en
mayor o menor grado, a nivel local, provincial, regional, nacional… Pretenden
muchas veces, ser el Merlín de la política, de alguna de las
ideologías o bandos que están en el corazón de la tortilla sociopolítica del
momento –sea a nivel local, provincial, regional, nacional…-.
Dicho, de otro modo, a unos les
sobra temor ante lo que pueda suceder, y, por eso, no quieren entrar en el
diálogo de razones, ocupan sus cátedras y sus puestos académicos o culturales,
y, siempre están de perfil, así, siempre que venga un nuevo poder, no sean
tomados como antagónicos, para seguir recibiendo algunas de las prebendas
–ellos o, y, sus sucesores-. Otros, por el contrario, se creen o hablan o
sienten, que son pequeños microdioses, tienen la solución a casi todos los
problemas sociales o políticos o económicos o culturales o religiosos… A unos
les sobra temor y les sobra también táctica para seguir estando en lo alto de
la ola, a otros, les sobra vanidad y grandilocuencia y soberbia, y les falta humildad
y modestia y tolerancia y prudencia y racionalidad y sentido común…
Pero los humanos necesitamos pan
y cobijo y seguridad y vestido y salud y buenos afectos, pero también
necesitamos ideas y conceptos y enunciados y proposiciones y argumentos y razones.
El hombre tiene mente-psique-cerebro-conciencia-consciencia, necesitamos ideas
y que estas sean lo más verdaderas y bondadosas y racionales y prudentes y
eficientes y demostrables. Los humanos necesitamos también cocidos de garbanzos
pero también, buenos y verdaderos, cocidos de ideas. No solo somos
barro-carne-cuerpo, sino somos también, mente-psique-cerebro, y, según
algunos/muchos también alma-espíritu. Formamos una unidad substancial-esencial
entre cuerpo y mente y alma. Siguiendo la formulación del viejo y gran maestro Aristóteles,
del gran maestro Tomás de Aquino, y, cientos de otros…
Lees y piensas textos que te vas
encontrando por las realidades culturales, escuchas discursos y conferencias,
de intelectuales de un saber o de otro, y, pocos tienen la modestia y la
humildad de presentar sus puntos de vista, pero realizarlo con argumentos y
datos, y, sobretodo con humildad. En ningún momento, ponen en crisis o en duda,
algunos de sus argumentos. Todos hablan mucho de tolerancia y de libertad de conciencia
y de libertad de expresión. Pero, en el fondo, siempre que pienses o sientas
como ellos.
A la inmensa mayoría de
intelectuales, les falta, nos falta, humildad y modestia y tolerancia, esta es
la realidad. Nos guste o disguste…
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (05-13 julio 2022 cr).
Fin artículo
3.104º: “La debida humildad del intelectual”.
E. 13 julio