Artículo Periodístico 3.117º: “El sabor del milagro”.
Estamos olvidando a velocidades
enormes, que posiblemente, el ser humano individual no solo sea carne y mente,
sino que también sea alma-espíritu inmortal.
Luis Rodales, publicó en Sí (suplemento cultural
del periódico Arriba), el 16 de febrero de 1942 un artículo titulado El
sabor del milagro, que nos narra, los acontecimientos sucedidos en
Úbeda, el 13 de diciembre de 1591, en definitiva la muerte-tránsito de Juan de
Yepes-Juan de la Cruz.
En un tiempo aquel, que este
reino o estos reinos, estaba intentando sedimentar un imperio, que tenía
abiertos enormes frentes en Europa, que existían crisis económicas que se
sucedían como olas que van a besar las costas. En esos tiempos, el hombre, rico
o pobre, noble o plebeyo, rey o vasallo sabía o creía que saber, que no solo
era un ser, que tenía cuerpo-carne y psique-mente, sino también alma-espíritu
inmortal, que tenía que responder de ella y ante ella y ante el Tribunal del
Buen Dios.
En una época que el ser humano
sabía que vivía y existía en una Sociedad, que estaba inserto en una Cultura, y
en una Naturaleza, pero que uno de los papeles más importantes de su
deber-derecho es/era cuidar su alma inmortal, para que se salvase, para que él,
como individuo eterno en un destino eterno pudiera estar eternamente al Lado
del Buen Dios… Y, para ello, tenía que
vivir, da lo mismo el oficio o profesión o clase social o estado de vida,
debería vivir en virtud y en buena moral y en estado de gracia de su alma, estar
en virtudes naturales y sobrenaturales en gracia… Hubo tiempos que muchas
personas leían o escuchaban y sabían vidas de santos y santas, que le ayudaban
a entender el mundo, no solo con ojos materialistas o sensualistas sino también
con el Espíritu-alma…
Quizás, recordar, que durante
siglos, la inmensa mayoría de los europeos, bajo unas interpretaciones u otras,
creían en esto. Recordar esta realidad o concepto o enunciado, hoy, es/sea
necesario. Porque esas convicciones, son la esencia y la raíz y el fundamento
de donde ha brotado y emergido Europa y Occidente. Si Europa y Occidente ha
sido y es, todavía, un gran árbol, es porque ha sido capaz de unir cristianismo
y sociedad y Estado y economía y cultura. Unir o relacionar o interrelacionar,
de las formas y maneras diversas y diferentes…
Se produce una realidad curiosa,
en Lima, hacia 1600, una ciudad, que tendría alrededor de cincuenta mil
habitantes, en esos tiempos, coincidieron venidos de dentro o nacidos en ella,
si mi memoria no me falla, cinco o seis personas que terminaron después por ser
beatificados y canonizadas. ¿Qué realidades se produjeron, para que en cuatro o
cinco décadas, coincidieran varias personas que después fueron canonizadas?
¿Todavía estaban vigentes, en el pueblo, en la mayoría del pueblo, la necesidad
de que había que cuidar del alma-espíritu inmortal, cada uno, tenía muchos
deberes... y derechos… pero uno, el más esencial era el de salvarse…?
Se produjo en aquellos momentos,
que por ejemplo, el virrey español que estaba en Lima, al saber, que estaba en
sus últimas horas, Martín de Porres, fue a visitarlo, y dicen,
que se sentó, en una especie de caja, y habló unos momentos con él. Y, dicen,
que le pidió que cuando estuviera en el cielo, Martín de Porres, se acordase de
él, y, que intercediese ante Dios, para que él, pudiese regir estas tierras, es
decir, media América del Sur, con justicia y equidad, y así, él, también un día
pudiese salvarse…
¿Díganme ustedes, en qué lugar
del mundo, y bajo que cultura, se pudo producir, estos dos fenómenos que narro,
dos entre docenas o cientos que se podrían contar…? ¿Solo se pudo producir en
una cultura en la que el cristianismo era esencial, en la que el catolicismo
era esencial…? La historia de España, ha tenido mala suerte, porque después, se
produjo la independencia o emancipación de América del Sur, después, empezaron
las nuevas tecnologías de la información, y los países nuevos, no quisieron
recordar todo lo bueno, que España había hecho en sus territorios –sin negar
negruras u obscuridades-.
En aquellas horas, de 1591, Juan de la
Cruz-Yepes, estaba luchando entre la tierra y el cielo. Porque,
parece ser, que en la historia y biografía de muchos santos y santas, en las
últimas horas, también tienen que luchar contra el Tentador, que intenta que se
desesperen, que abandonen a Dios, que olviden a Dios. No sé si este fenómeno
también sucedió en aquellas horas, en Úbeda.
Pero se dice, que igual que si un
gran pecador, en el último momento, los últimos minutos, las últimas horas, se
arrepiente seriamente, Dios, le dará la salvación y el perdón, si una persona,
por muy pecadora que haya sido, si se arrepiente en el último momento-horas,
encuentra el perdón de Dios,
También, dicen algunos
tratadistas, que todos sufrimos, o sufriremos, también los que son santos, los
que han llevado una vida de santidad y de perfección, sufren el último combate,
se les tienta por el mal hacia la desesperación o recordándoles errores que
pudieron cometer hace mucho tiempo, para que no esperen la infinita
misericordia del Buen Dios. El Buen Dios que siempre está esperando, que
siempre te está esperando…
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (16-20 julio 2022 cr).
Fin
artículo 3.117º: “El sabor del milagro”.
E.
20 julio