Artículo Periodístico 3.094º: “En Galicia/Galiza, II”.
Las
almas-espíritus individuales están unidas en esta tierra al
cuerpo-carne-huesos-nervios y a la psique-mente-conciencia e inconsciencia, en
la mar de la sociedad-cultura-naturaleza.
Esos
somos, somos espíritus incardinados, en el tiempo y espacio. Puede que después
tengamos eternidad individual, al lado del Buen Dios, puede que exista una
eternidad para cada uno de nosotros. Deseo que exista. Ese deseo y pensamiento
ha recorrido muchas vidas y existencias, también, la modesta mía. Hemos contado
que los dos viajeros han visitado estos lugares, esta catedral románica gótica,
transformada en partes por el tiempo, del Maestro Mateo, del sueño de una
sociedad, del sueño de muchos tiempos. Cuántas mujeres y cuántos hombres a lo
largo del caballo del tiempo, la habrán visitado, en sus distintas
construcciones, soñando o pensando o llorando que el Buen Dios, le quitase
aquella tristeza o pesar del momento. Cuántos millones de personas se habrán
sentado o de pie en sus vientres de espiritualidad y religiosidad y cultura
habrán esperado que el viaje de la migración que tendrían que emprender fuese
bueno, a aquella América profunda del Sur, o, quién sabe dónde. Cuantos dolores
y lágrimas se habrán llenado/llegado sobre dos piernas y un corazón, a este
lugar. Quizás, ahora, la visiten muchos, con deseos solo de descanso o de viaje
o de turismo o de arte, pero una catedral-iglesia-capilla es un viaje del
espíritu, es un deseo de Dios. Se sea ateo o agnóstico o creyente en la
ideología que se desee o quiera, un templo religioso es un artefacto o
instrumento o técnica, de diálogo entre un ser bípedo/a racional con el
Misterio/Sagrado/El Otro…
Los
dos viajeros han besado con la mente, las piedras hechas arte o formas o
espíritu material de esta catedral de Santiago, este sueño de siglos y de
milenios. Este sueño de la humanidad. En todos los trozos de este planeta
ovoide, que unos dicen, llamar Tierra, otros, dicen que tiene más agua que
tierra yo, dicen que se debería llamar Agua, yo viajero, modestamente, pienso
que tiene más de Fuego, es o se debería denominar Fuego, porque todo el centro,
núcleo, está a temperaturas enormes. Los dos viajeros han aprendido que hay que
vivir cada uno en su lugar, sea grande o pequeño, con mucha historia que se
recuerda o con poca quedada en pergaminos. Habiendo sido recordada o visitada
por muchas lenguas o pies o trozos de cabello o de experiencia. La vida es una
vida, pero en una vida están todas las vidas de la humanidad, del pasado y del
presente, todas las vidas que hemos sido, desde Lucy, la pequeña homo habilis,
hasta nosotros, y, con los sueños, de las futuras especies humanas, que
surgirán, si seguimos existiendo varios cientos de miles de años más…
Allá
en La Coruña degustando comida típica. Esto no es un relato típico de tantos
como existen, más literarios o más prosaicos. Sino una especie de mezcla de
mundos espacio temporales de una mente y una conciencia. Que recuerda, recuerda
algo del pasado y del presente, algo de los vaivenes del tiempo. Que has ido a
ciudades, por unas razones o por otras, que te has conformado, a los itinerarios
del transporte público o del privado, según la época y el tiempo. En a Coruña,
visitada varias veces, ya no recuerdo cuantas, quizás dos, quizás tres, quizás,
cada vez que hemos solevado los huesos por esta eterna y enigmática Galicia,
que su sueño es soñar, pero que sus pies están atados bien a la tierra y aire y
bosques y mar. Galiza/Galicia que es como un ser vivo y existente, con sus
peculiaridades, como un trozo de hueso unido a otros, que denominamos España,
porque Santiago también hizo España, unido a otros huesos que llamamos Europa.
Esos sueños que se sueñan dentro de si mismo y sí misma…
El
viajero acompañado de la viajera, ambos unidos en carne y deseos y mente y alma
ya hace siete lustros y algo, sin contar, el tiempo anterior, que llaman de
novios, los dos viajeros con sus penas y sus alegrías, sus esperanzas y sus
deseos que han visitado/estado/sido varias veces en estos lugares… El viajero,
que siempre deseó, el sueño de ser-estar en escritor, y que ha sido, como él se
titula, profesional, no ha sido un hobby, ni una afición, pero que no ha
obtenido nada más que fracasos, por eso se autotitula, escritor profesional
fracasado. El viajero siempre ha tenido esos ojos de observador y pensador, y
después algo de todo ello, lo ha plasmado en un jamón de palabras e imágenes.
En una mañana de vuelta hacia el centro de la península, arribaron y besaron
Ourense/Orense en la catedral del yo y del nosotros –visitaron y estuvieron en
el sueño de otra catedral, con su plaza al lado, de piedra, si no recuerdo mal-.
Una ciudad que mira al cielo, quizás, más que a la tierra, que mira al gris
azul del cielo, más que al verde grisáceo de la tierra…
En
uno de esos viajes desde Asturias, pasaron al lado de Mondoñedo, y, en unos
momentos de arrebato, sitúo el vehículo y pasó y paseó y pasearon por sus
entrañas, sin bajarse, en homenaje del maestro de Mondoñedo, de Cunqueiro.
Ese maestro de la voz y del silencio y del misterio y del enigma. Ese maestro
que de haber vivido en otro lugar de este planeta, habría sido reconocido como
el creador del surrealismo de las letras con imaginación. Ese maestro que
cansado de Madrid, dicen se le pagó un viaje con taxi incluido para que fuese a
realizar un reportaje a París, y se fue, a su pueblo-comarca-lugar, a su sueño
de su interior, a Mondoñedo, y, desde allí, intentó descifrar el mundo.
Porque
qué es un escritor, sino alguien que desea con sus espejos de palabras e ideas
e imágenes, descifrar el mundo, eso es Cunqueiro, un descifrador del mundo, que
es una tierra o comarca, un artilugio para descifrar el mundo, que es
Galiza/Galicia un artilugio que ha descifrado una forma de entender-comprender
el mundo…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero
(30 junio-06 julio 22 cr).
Fin artículo
3.094º: “En
Galicia/Galiza, II”.