Artículo Periodístico 3.097º: “Todas las mañanas”.
Miles
de millones de seres humanos, hombres y mujeres, cada día, mañana o tarde o
noche salen de sus casas para ir a realizar un trabajo, un oficio, profesión,
vocación…
Existen, según una agencia del gobierno
americano, unos trece mil oficios o profesiones o puestos de trabajo
diferentes, en Estados Unidos. No sé, en esta clasificación cuántas otras
existirán en el mundo. Supongo que existen cientos que los norteamericanos no
tienen taxonomizadas e indicadas…
Cada día, el mundo se va
cambiando, cada día, miles de millones de seres humanos, realizan actos, que
por un lado conservan el mundo, y, por otro, lo transforman y lo cambian.
Cualquier oficio o profesión que sea digno, legal y moral, cambia el mundo
hacia el bien. El mundo se va perfeccionando. Puede ser alguien que venda
chuches en una tienda, alguien que está investigando la nueva energía para el
futuro, alguien que dirija una sociedad con el instrumento del Estado.
Este modesto artículo tiene la intención
de perfeccionar el mundo, el cosmos, el universo y la realidad humana. Intenta
buscar realidad, por tanto, verdad-veracidad-verosimilitud, bondad-bien, bien
moral y bien en distintos sentidos, -bienes instrumentales, plagiando a la
Escuela de Frankfurt-, belleza, con racionalidad y prudencia.
Si un trabajo, cansado y
agobiante o monótono o cansado, muchas veces, realizado por necesidad, no por
vocación o deseo, puede incluso, que por debajo de la preparación profesional y
académico de la persona que lo realiza. Si un trabajo con ciertas
características negativas, se realiza con enorme cansancio, la persona tiene
derecho y deber, en la medida de lo posible, realizar un trabajo más acorde con
su condición. Pero mientras tanto, debe sentirse orgulloso de él y con él,
porque está contribuyendo al bien de su sociedad, de la humanidad…
Cierto es, que en el mundo, hay
que realizar un enorme esfuerzo, para que el trabajo, todo tipo de trabajo sea
bajo las pautas de las grandes organizaciones de y sobre el trabajo, que
intentan dignificar la humanidad, la labor laboral, la labor profesional, la
labor productiva. También es cierto, que cada persona, en el intercambio de
servicios y mercancías debe continuar la luz-camino-senda de la moralidad
correcta y de la ley de la sociedad. De tal modo, que no contribuya con/por
intercambio de dinero por/en servicios o por/con mercancías, que estos actos
sean inmorales, no bajo el imperio de la ley, no en la órbita correcta del
sentido común y la prudencia y la racionalidad...
Nadie debe aprovecharse de la
debilidad de la otra persona, de la vulnerabilidad de otro ser humano, por
diversas razones y circunstancias. Sino que el trabajo debe intentar buscar paz
y pan a todo ser humano. El que lo realiza, el que lo ejecuta, el que lo
dirige, el que consume de esos bienes que se producen y de esos servicios… el
trabajo debe seguir también, unas leyes racionales, una moral correcta y
adecuada, una prudencia racional y eficiente y necesaria…
Toda persona tiene el deber y el
derecho del trabajo. Salvo por enfermedad, jubilación, debe intentar contribuir
al bien de la sociedad y de su familia. Incluso en la jubilación, cada persona,
con buena salud, debe intentar contribuir al bien del resto de la sociedad, de
su propia familia, en la medida que pueda. El estudiante y el estudiar y el
aprender es una manera de trabajo, porque se está preparando para el bien de la
sociedad, para realizar una función, para aprender disciplina y buenas
costumbres, para autocontrol en distintos sentidos y formas y maneras…
Todo ser humano, aunque su
trabajo sea modesto, no sea valorado por el papel couché y los comentaristas de
las televisiones, aunque no tenga una enorme remuneración, cada trabajo, cada
individuo debe sentirse orgulloso de él, si es legal y si es suficientemente
moral. Si no lo es, en la medida que pueda, debe intentar buscar otro trabajo.
Las personas, que por el
desempleo o situaciones similares, no realicen una labor remunerada, deben
continuar formándose y estudiando y preparándose para realizar distintos
trabajos posibles, según su formación y sus posibilidades. Y, mientras estén en
esa situación, no debe dejar de formarse, no deben dejar de buscar trabajo,
deben intentar no caer en malas costumbres y hábitos y actos y actuaciones. Y, en
la medida de lo posible contribuir al bien propio, de su familia, de la
sociedad y de su Estado. Debe procurar no perder la espera, ni la esperanza…
El trabajo también, para los
creyentes en un Ser Superior Personal e Infinito y Omnipotente, tiene también
una función espiritual y religiosa. Es de alguna manera, colaborar en el plan
de Dios, de perfeccionar la tierra, de moralizar los actos humanos, de
espiritualizar toda labor buena y necesaria y legal y moral…
Uno, debe ser consciente, que
tiene el deber y el derecho de mejorar su situación laboral y profesional, bajo
la legalidad y la moralidad, Y, en la medida de lo posible, si es posible
cristalice y se materialice su realidad vocacional. Pero mientras tanto, debe
colaborar en el bien propio y de su familia y de su sociedad y de su estado,
haciendo lo mejor posible su labor profesional.
En definitiva, sentirse orgullos,
que con su labor contribuye al bien y a la perfección de la sociedad. Que poner
un café a un cliente, con agrado y de forma correcta, está perfeccionando la
vida y la existencia humana, aunque, aparentemente, no haga grandes cosas, no
tome grandes decisiones sociales o políticas o culturales o religiosas… Paz y
bien…
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (04-06 julio 2022 cr).
Fin artículo
3.097º: “Todas las mañanas”.
E. 06 julio