Artículo Periodístico 3.108º: “Habitadores de lugares y tiempos”.
Existimos
en un tiempo y en un espacio, determinadas circunstancias y opciones y posibilidades
nos atan, cómo árboles pájaros, a un lugar y a un tiempo. Vivimos en
espacialidad y temporalidad.
Camilo José Cela, publicó en El ABC del 27 de julio de
1997, un artículo titulado Guadalajara, en el que con su común
maestría común, nos narra distintos aspectos biográficos y personales y
existenciales y vivenciales de su presente, del presente de ese tiempo, 1997,
y, como gran maestro de la palabra y de la frase y del concepto y de la imagen,
inducen y deducen, abstraen y generalizan y concretizan y especifican.
A veces, pienso que el artículo
es llevar a la calle, los grandes problemas metafísicos y filosóficos. A veces,
pienso que la columna personal o literaria, es sintetizar y simplificar para
todos los paladares los grandes problemas-cuestiones-preguntas-opciones y
llevarlos al foro o aforo de la plaza pública, de los diez mil ayuntamientos de
esta Piel de Toro…
Habitamos y nos habitamos en un
lugar-tiempo, y, nos condiciona, poco a poco, en multitud de aspectos de la
vida y existencia. Siempre, percibimos, puntos positivos y negativos. Pero esa
es la realidad. Si habitamos una gran urbe, podremos tener mejor facultativos
médicos, pero, tendrás menos sosiegos. Si habitas o te habita una ciudad
mediana, obtendrás más grados de silencio y sosiego, pero si te ocurre una
enfermedad, quizás, tenga que ir a visitar la gran ciudad, que esté a cien o
doscientos kilómetros, y, dejarás en ella, posiblemente, una gran parte de tu
capital y de tu futuro posible, porque tendrás que dedicar todos los recursos a
esa curación. ¡Y, así en cientos de campos…!
Por eso, es tan difícil dilucidar
y analizar y sintetizar y aquilatar la realidad, comprenderla y entenderla y
juzgarla. Todos, pongamos otro caso, desean marchar a.las grandes urbes, donde
está la gran cultura. Pero pocos sobresalen, muchos van por las aceras, heridos
por la pintura o la música o la poesía o las letras y, llevan lustros y no han
triunfado. Pero los que se quedan en provincias, siempre piensan que en la gran
capital, su talento habría sido valorado. Y, así, podríamos poner casos y
cientos y miles, de todos los oficios y facetas de la vida y existencia. De
todos los paisajes del corazón humano. Cada uno, puede y debe mirar en su
corazón y carne, ya que no sé, si se atreverá horadar y mirar y admirar su
alma…
Existen distintos tipos y fases
de la edad. Según se van pasando esos rubicones, los diez años, los quince, los
veinte, los treinta, los cuarenta, los cincuenta, los sesenta, los setenta… Por
situar distintas fechas, se siente de modo diverso la vida, la de fuera y la de
dentro. En la fase de los ochenta, se tiene otro color, según dicen. Se tiene
distintos proyectos, se tiene distinta esperanza y distinta espera. El color
del mismo árbol o del mismo banco de piedra, es diverso y diferente. El color
del alma y de la carne y la mente de cada uno, de uno mismo, es otro. Tenemos
que ir haciendo/nos y rehaciendo/nos según la edad. Esta es la realidad, aunque
no seamos totalmente conscientes.
Buscamos en el lugar que
habitamos el cobijo, buscamos un cobijo que nos sirva de lugar y de hogar.
Unos, lo encuentran, otros se pierden en la búsqueda. Muchos, se hallan a sí
mismos en ese lugar y tiempo. Otros, se pasan toda la vida, con el concepto del
deber, el deber por el deber, buscando ese lugar. Existen tantas posibilidades
de ser y de materializarse. Existen tantas posibilidades de soñar.
Existen tantas modificaciones del
cerebro y de individuos. Existen tantas materializaciones de columnas
periodísticas. Existen tantas circunstancias y tantos estados de con-s-ciencia
y tantas vivencias/experiencias/recuerdos/esperanzas. Tantas, que yo, no sé,
como usted se encontrará, y, en cual estará. Solo puedo enviarle flechas de
espejos, para que quizás, en mil palabras, diez, diez le digan algo. Y, en
ellas deje un poco su corazón a endulzar y repensar. Escribo a ciegas, no sé,
lo que a usted le puede ocupar y preocupar en estos momentos. No sé la eficacia
de estas ideas y frases y palabras e imágenes y conceptos y enunciados
conscientes y semiconscientes…
Soy un modesto columnista de
opinión literario, vivo como usted en un lugar, vivo como usted en el mismo
tiempo, pero posiblemente, no sea lo mismo su tiempo y el mío, ni el de su
vecino, ni el de su hijo, ni el de su padre. Vivimos-existimos en un mismo
espaciotemporal, pero lo sentimos y percibimos y pensamos y deseamos de
distinto modo. Unos, se han enclaustrado en una forma de vivir y existir,
otros, en otras. Tantos cientos de variables diversos y diferentes, se pueden
conformar, trillones de composiciones de ser y de estar en lo humano. Algo
tenemos semejante, mucho, algo somos iguales, mucho, algo y mucho somos
diversos y diferentes. Esta es la realidad.
Si de los diez lectores/as que
parece ser tengo en cada artículo, no sé, si a alguno de ellos/as este camino
de palabras e ideas e imágenes, le pueda endulzar los piel al lado de la playa,
el corazón dentro de su sillón, de su vivienda, porque no puede irse de
vacaciones, quizás, esos diez minutos esperando en una sala de un hospital, o,
quizás, formándose para distintos oficios en una sala de universidad… No sé,
solo le puedo indicar, que intento que mis palabras endulcen su corazón, en
algo de verdad y bondad y belleza y paz… ¡En estos tiempos tan revueltos, como
todos o como casi todos…!
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jmm caminero (11-13 julio 2022 cr).
Fin artículo
3.108º: “Habitadores de lugares y tiempos”.
E.
13 julio