Artículo Periodístico 3.294º: “En Jaén, I”.
Atravesamos
las ciudades y los campos buscando una realidad exterior, en el fondo sintiendo
y rebuscando en nuestro interior para encontrar nuestro misterio, mismidad…
Enclavada en una galaxia de
verdes y marrones olivos, plantados como figuras de Hércules que se repiten
ilimitadamente. No existen dos olivos exactamente iguales, a semejanza, de que
no existen dos seres humanos idénticos, aunque todos tengamos bajo la luz de
las nubes los mismos derechos y esenciales derechos/deberes. Enclavada en un
océano de historia, siglos y siglos, generaciones y generaciones para
vivir/sobrevivir como todos los seres vivientes. Enclavada en una nube de esperas
y esperanzas, de presentes/pasados/futuros en las ventanas de los ríos de
embalses de palabras y hechos. Somos carne y mente y espíritu. Todo lo que
hacemos dentro/fuera de nosotros, individual/colectivamente es un reflejo de
todo ese anhelo de ser/estar en la semilla/huella de todo y en todo.
Baños árabes y Catedral y
Castillo y monte de Santa Catalina, y, todo se combina en una especie de
gazpacho jienense de piedras y hechos y memorias y leyendas y recuerdos e ideas
y hombres y mujeres y niños y ancianas. Todo revuelto eso es la
historia/Historia el silencio y el órgano atronador, el resilencio/resiliencia
de personas y hechos, la sinfonía de voces de todos los colores. Una ciudad es
un regimiento de corazones y almas y carnes que han ido atravesando las paredes
y las ruedas de las calles, con sus deseos y sus anhelos, que década tras
décadas han ido horadando la cueva del lugar, la cueva de los recuerdos, la
cueva de ir e irse haciendo/deshaciéndose. Es el destino de lo humano, siempre
ser y estar, estar y ser, y, encima de cada uno de ellos, atraviesa el tren del
momento, actualidad, historia. Jugando a un torbellino/huracán a veces, alegre
y suave, otras, negro y obscuro…
Visitas/revisitas el Parador, el
Mirador de la Cruz, Catedral nave de la mente y del espíritu, ¿¡cuántos
millones de personas, a lo largo de las generaciones/décadas/siglos habrán
atravesado sus paredes, para dentro estar y esperar la esperanza, el Misterio,
Lo Otro, cuántos millones de alegrías y de lágrimas habrán atravesado los suelos
y paredes, cuántos millones de esperanzas y angustias habrán atravesado sus
tiempos y espacios…?!
Los humanos, llegues al puerto
que llegues, horades el mar que nades, siempre es esa combinación, con/en la
materia/naturaleza crea significados y metasignificados, somos animales de
conceptos e ideas y símbolos y metáforas. Lo pequeño lo hacemos grande con
interpretaciones, lo inmenso grandioso lo reducimos a pequeño para
entender/comprender algo de lo que es, para bucear dentro de ello y no nos
perdamos/olvidemos al ser y a nosotros mismos y a los entes. Todos los
corazones se levantan cada mañana, con su tristeza y su alegría y su esperanza
y su temor de cada jornada…
Décadas ya, que respiré esta
ciudad-lugar-local, tan cerca y tan lejos, quizás, por existir en dos entes
geográficos, un poco perdidos en esta Piel de Toro, que tantos milenios de
lluvia y nieve y sequía ha soportado… Toda catedral es una especie de guiñol en
piedra y aire formado por todos los estilos, varios siglos de cosechas de
estilos/estéticas/tendencias se unen/juntan en sus ojos. Es como recibir a todo
ser humano, es como decirle, puedes pasar, da lo mismo el color de fuera o de
dentro que tengas, porque yo misma, tu catedral, estoy hecha de jirones de
todas las telas/teselas de piedra y aire y colores y luces. Ven y bésame con el
corazón para que así, seas capaz de besarte y amarte de forma adecuada
a/en/para ti mismo. Para que la fórmula socrática del conocerse se cumpla en
tus labios/ojos/oídos tuyos y míos…
Recorrimos los ríos de calles que
se atraviesan y se cruzan, como pidiéndose permiso para ver cual es la más
importante. Pero todas como deltas de ríos de seres humanos, de generaciones,
tienen la historia, de color/dolor y de negruras/tristezas. En esos vaivenes,
rebuscamos el yantar y el sentar, porque las piernas merecen descanso, la
mente-conciencia sosiego, y el estómago del yo, alimentarse de energía en forma
de alimentos. Allí, en la carta se nos presentaron lo típico. Porque visitamos
piedras y algo de los humanos que pasan al lado del lugar, pero también sabores
y olores y gustos del paladar: andrajos, pipirrana, ajoatao, morcilla de
caldera, galianos, migas ruleras, ajo harina, ochio y otros.
Hacemos el truco del que viaja en
silencio y sin ruido, si vamos dos cabezas o vamos tres o vamos cuatro. Cada
uno, selecciona un plato/gusto diverso y distinto. Después, todos, probamos un
poco de cada uno. Y, al final, se forma y conforma un sabor mental, una idea
mental, un concepto mental, más aproximado sobre el lugar. Dónde, como en
todos, existen almas con esperanzas, carnes con esperanzas, mentes con
esperanzas. Como en todas van pasando los poetas y los cantaores y los
bailaores y los músicos. Porque todos, todos, todos somos
cantantes-bailaores-músicos-poetas. Porque todos y cada uno, tenemos que
escribir/escriben/escribimos nuestra pequeña y gran novela, que es nuestra
vida-existencia…
http://twitter.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (21-30 noviembre 2022 cr).
Fin artículo 3.294º:
“En Jaén, I”.
E. 30 noviembre