Artículo Periodístico 3.296º: “En Jaén y, III”.
Este
tercer amanecer con los rayos del sol, atravesando el muro de vidrio de la
habitación, despertarse y abrir los ojos, para enredar en las calles de una
ciudad del corazón.
Degustador de platos de sabores,
degustador de ideas y conceptos, degustador de colores y formas, que se llama
arte plástico. Anidé en un museo, largamente conocido de lejanías, el Museo
Naïf, que es diríamos el profundo ser del pueblo, de esas personas que no
tienen formación académica, pero que no pueden pasar treinta horas, sin
rellenar algunos papeles/lienzos con algún color. No olvidemos, que se ha
encontrado un cerdo verrugoso, pintado en una pared de piedra, en las Islas
Célebes. Al menos, lleva lo plástico, como símbolo y rito y sagrado y metáfora
desde hace cuarenta milenios. Por la perfección de ese cerdo, posiblemente más.
Necesitamos el/al arte/artes, es algo que nos muestra lo que somos, deseamos
anhelamos, tememos, queremos, amamos…
Miramos las personas, como
nosotros, que atraviesan plazas y calles, de todas las edades, de todos los
colores, de todas las formas, de todas las gracias. Ellos/ellas también nos
mirarán a nosotros. Esa persona que se ha cruzado a mi lado, que me ha mirado
un momento, y, yo también he hecho lo mismo. Me pregunto qué misterios y
enigmas y amores y desamores y alegrías y angustias llevarán. Posiblemente,
jamás volveré a verla u oír su conversación/voz en el móvil, dialogando con
quién sabe quién y en qué lugar. Esa persona, dos seres que se han cruzado, y,
que posiblemente, solo ha existido ese punto y momento de encuentro sin
pararse, unos segundos, una en una dirección y otra en otra. Dos seres humanos
que en el misterio de la vida se han visto y no se han visto, se han oído y no
se han oído… Muchas veces, me pregunto cuantos cientos de miles de personas, en
ya tantas décadas de existir, he hablado algunas palabras, o muchas frases, o
solo nos hemos cruzado y le he dejado el lugar. Algunas de ellas, puedan llegar
a ser genialidades, otras, llevarán un mar de dolores y sufrimientos, unas
existirán muchas décadas, quizás, quizás otras solo unos años más…
Visitar la Iglesia de la
Magdalena, Raudal de la Magdalena y la leyenda del Lagarto –quién sabe si un
cocodrilo venido a este lugar con los migrantes del pasado que recorrieron
medio mundo-. Mirador de la carretera de circunvalación, Basílica de San Ildefonso,
Monumentos a las Batallas, Judería, Iglesia de San Bartolomé, Arco de San
Lorenzo, Iglesia de San Juan, Archivos de distinto nombre y de procedencia y
finalidad diversa, etcétera… Amamos las piedras, pero buscamos en las
carnes/mentes/almas de los humanos que nos descifren algo de nosotros. Esa
mezcla que llamamos de aire y de carne y de piedra… somos un laberinto de ser y
de estar y de sed. Todo lo que hacemos es una manera de descifrarnos y de
reescribirnos. Pero el trabajo más arduo es armonizar lo irracional/pasiones
con lo racional/conceptos, es armonizar la verdad y la bondad y el bien y la
belleza con prudencia y eficiencia y paz y equidad y sosiego… Lo difícil es ser
en el estar de forma adecuada y verdadera-bondadosa-equitativa…
Asocio Jaén a Teresa de Ahumada,
a Juan de la
Cruz, que recorrieron estas comarcas y esta provincia, de paso o de
llegada de muerte. Siempre es la misma historia/Historia los que desean cambiar
algo, los que no desean cambiar nada. Porque todo cambio supone cambios precisamente,
cambios no solo de ideas, también de dineros, de poder, de influencias, de
corazón y de carne… Siempre asocio a Teresa de Jesús y a Juan de Yepes, por
estos caminos de Castilla y de Andalucía…
Reanimar el corazón y el estómago
y la mirada con los pasos al interior de un lugar con mesas y sillas, parecen
esculturas sedentes, y degustar, la archifamosa dieta mediterránea, que viene
de tantos pueblos: fenicios, cartagineses, romanos, griegos, tartésicos,
pasando por toda la Edad Media…: Revuelto de huevo con habas y jamón ibérico,
huevos de codorniz, albóndigas en caldo, pastel de ciervo, lomo de bacalao con
pisto y piñones, lomo de conejo a la plancha, espinacas al estilo de Jaén,
pimiento choricero, gachas de Jaén, pestiños o gusanillos, ochios, aljafor…
todo está llenos de sabores y de
esperanzas, de alegrías y de olvidos, de recuerdos y de sones…
El visitante se fue alejando,
sabiendo y no sabiendo, si sus circunstancias y sus colores le permitirán
volver o no otra vez, o solo revolver los recuerdos de estos tres días, reales
o imaginarios/imaginados de un sujeto, para presentarse ante sí mismo y ante
los ojos de este mundo, en el que somos y estamos. Quizás, esos recuerdos que
se van alejando. Porque la vida real se va presentando, u, otra forma de
realidad para mañana arribar al tajo del trabajo, porque tenemos que producir
realidades, y al producir nos vamos produciendo de algún modo y alguna manera…
Mientras salimos de la ciudad,
voy recordando que no hemos hablado de la tauromaquia, ni de las fiestas de
este lugar, ni de las tascas/bares/restaurantes, ni de las diversas fuentes y
plazas, ni de los deportes, ni de los personajes famosos, ni de la historia, ni
de… pero si creemos que hemos contado algo del corazón de estos seres humanos,
que es semejante al tuyo, y que alguna vez, deberías/tendrías que visitar.
Porque visitarlos es como verte en un espejo, más claramente a ti mismo…
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (23-30 nov. 2022 cr).
Fin artículo 3.296º:
“En Jaén y, III”.
E.
30 noviembre