Artículo Periodístico 3.317º: “Europa y nosotros”.
Desde
hace siglos miramos a Europa, y desde hace siglos Europa nos mira a nosotros.
Pero no sé, si Europa nos entiende, no sé, si nosotros entendemos a Europa.
Muchos,
dirían, Brenan
por ejemplo, que estamos formados por cientos de tribus, no recuerdo bien, si
celtibéricas, que siempre nos estamos dando mamporros. Quizás, sea una manera
de señalar una realidad, nunca sabemos cual es el papel dentro de nosotros y en
nosotros y fuera de nosotros. Cómo queremos que los demás nos vean o nos perciban
o nos huelan o nos sientan o nos piensen, porque quizás, no sabemos como
queremos vernos y percibirnos a nosotros mismos…
Somos
un misterio o enigma histórico, como algunos historiadores de la mitad del
siglo pasado señalaron. Somos producto de la Edad Media, la llevamos en la
sangre, cuándo en un tiempo, en esta Península Ibérica, existían seis o siete
reinos cristianos, diez o doce taifas o reinos musulmanes. Y, desde entonces,
no hemos sabido unirnos de forma correcta y adecuada y amorosa. Aunque tuvimos/estuvimos
unos siglos con los Austrias y los Borbones, dónde la circunstancia de la
historia y la mentalidad, creó el mayor imperio del mundo en extensión, dicen,
que mayor en territorio que el de Gengis Khan. Un imperio no olvidemos, que era
semejante a España, las Españas, se olvida que en muchas regiones de América
del Sur, vivía el pueblo, igual o mejor que en el mismo periodo en la Mancha.
No fue un imperio en sentido estricto, porque los ciudadanos eran considerados
como los de la metrópoli. Cosa que no sucedió después en otros imperios, que no
tienen leyenda negra, sino verde o rosa o azul o violeta…
La
gran escritora y pionera de tantas cosas, Emilia Pardo Bazán, en un artículo en El
Imparcial, del 12 de agosto de 1901, titulado: Por la Europa Católica. Hacia la
frontera. Al ministro de Instrucción Pública. Nos plantea el eterno
problema de España, quizás a la luz, directa e indirecta, de la generación del
98, la eterna ocupación y preocupación por España, que es España, que no es
España, que debemos aprender/aprehender de fuera de España, que podríamos
enseñar, qué planes educativos, sociales, culturales, económicos, políticos,
científicos, tecnológicos podríamos y deberíamos aprender/aplicar/educar de/en
nosotros.
Siempre,
en todo escritor y polígrafo y escribiente que ha nacido en este terruño,
siente el dolor/alegría del parto y en el engendramiento, de intentar
definir/describir, de poder estar en este país. No podemos vivir con/en España,
no podemos vivir sin/fuera de España, nos podrían indicar/expresar tantos que
han recorrido los caminos de tierra y alquitrán de estas urbes…
Ahora,
debemos indicar, que no se habla tanto de España, se escriben, miles de
artículos/columnas cada semana, sobre aspectos de esta sociedad o cultura o
economía o política o de religión o la última ley, o el último aserto del señor
ministro/a del momento. Pero yo, modestamente, percibo/oigo/pienso que sobre el
tema general de lo que es España, de lo que debe ser, de lo que ha sido, de lo
que debería ser, se sienten menos ecos y tambores en la prensa, ni siquiera en
el diálogo normal de la calle, se tratan hasta la saciedad trozos de la
economía o política o de la sociedad, pero no de España.
Unos,
dicen que sentimos nostalgia y melancolía de aquella época del siglo pasado, el
primer tercio, cuándo los intelectuales/escritores/pensadores hablaban en los
periódicos/conferencias/mítines de todo y de España. Ahora, muchos dicen, los
que saben, catedráticos/as que anidan en las universidades, que tanto saben,
más que los intelectuales del siglo pasado, callan y se silencian y esperan,
porque el que se mueve no sale, frase achacada al señor Guerra, pero parece ser que antes
la expresó o redactó un político francés –no recuerdo ahora el nombre…-.
Opino
y pienso y percibo que uno de los grandes errores de esta sociedad y país, es
que cuándo una entidad sociopolítica toma el poder, aunque tenga todo el poder,
legítimo y legal y democrático y la mayoría absoluta o total, no puede
gobernar-gestionar el país y la sociedad, su presente y su futuro, solo con su
ideología y su mazo. Sino que tiene que escuchar y oír con interés y silencio y
paciencia a los que no tienen la mayoría, pero son la minoría más grande. No se
pueden dar vuelcos en los sistemas legislativos, no se pueden dar esas broncas
de cambios de leyes, no se puede cada vez, que asciende una ideología política,
crear, por ejemplo, una nueva ley de educación.
Por
otro lado, las grandes fuerzas ideológicas y sociopolítica, tienen el
deber/derecho, el respeto del y hacia el pueblo, de ponerse de acuerdo en
cuestiones de Estado, y, en algunas de Gobierno. Porque la definición y
descripción del Estado debe ser mayoritaria de casi todos, y, muchas leyes
también del Gobierno… No puede ser, esa continúa bronca, que se percibe semana
tras semana. Se hace política con la razón y el sosiego y el equilibrio y el
poder. Pero ese poder real y efectivo y pausado, y no con la opereta de la
bronca y la crítica tan agría y acerada de cada semana. Siempre hay un asunto
para la riña de gallos…
Terminaremos
recordando aquella triste frase, del gran y genial Antonio Machado: “españolito que
naces, alguna de las dos Españas te atravesará el costado”, el costado como el
Cristo, el costado como los toros de lidia en la plaza a las cinco de la tarde.
España necesita sosiego, equilibrio, paz y pan… ¡Recordemos la frase,
escribámosla en la frente, para que no se vuelva a repetir…!
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (20 noviembre-14 dic. 2022 cr).
Fin artículo 3.317º:
“Europa y nosotros”.
E. 14 diciembre