Artículo Periodístico 3.323º: “El artículo del día”.
Los que nos obligamos a redactar
cinco o seis artículos cada semana, ocurre que hay días que después de mirar y
remirar distintas fuentes de información no surge nada…
Hay un viñeta de Mingote,
que he citado varias veces, que, representa con una frase, “humorista buscando
el tema para realizar la viñeta de humor”, más o menos, y se ve dibujada una
caricatura-retrato del mismo Mingote.
Opino y pienso y repienso que
esto ocurre muchas veces, a los que se dedican, recibiendo estipendio de
dólares o solo las gracias, aquellas personas que se han propuesto redactar
ideas y conceptos e imágenes y argumentos, cinco o seis a la semana. Hay días,
mañanas o tardes o noches, que el tema, intelectio, decían los clásicos no
surge, y, tampoco, la inventio, los argumentos, datos, ideas, imágenes,
conceptos, por lo cual, tampoco la estructura o dispositio, y, el lenguaje, en
todas sus formas, elocutio. Con lo cual, le acabo de mostrar las cuatro reglas
o partes básicas de la retórica clásica, la oratoria romana, añadiría, la
memoria y la pronunciación-gestos-formas…
El subgénero periodístico de
opinión, es una mezcla entre información-comunicación,
literatura-ensayo-poesía, y, a mi modo de ver, aspectos de filosofía-ciencia y
metafísica. Metafísica, porque en los grandes temas está siempre presente,
metafísica, porque en los pequeños temas también…
En la antigua Roma, en una de las
Asambleas, no recuerdo el nombre, la tribuna de madera, donde se subían para
sus discursos y oratoria y retórica los padres de la patria, estaba hecha de
madera, de las quillas de los barcos de una batalla que había ocurrido
décadas/siglos antes –me pregunto a veces, porque no hay una palabra para
“medio siglo”, sino que hay que utilizar dos-.
Pienso que esto, era simbólico y
metafórico. Los romanos sabían que sus discursos y oratoria para organizar la
rex pública, se basaba en el poder. El poder era diríamos el azúcar y la miel y
el cemento que sujetaba toda la sociedad. Y, así sucedió, cuándo siglos
después, los pueblos bárbaros, mal llamados bárbaros, tomaron Roma, varias
veces, cuándo a Odoacro
o algún asesor, se le ocurrió, cerrar y destruir los acueductos de Roma, fue la
puntilla esencial que terminó definitivamente con el concepto-invento de Roma,
y, amaneció la larga Edad Media, con sus sombras y sus pequeñas luces…
Un artículo periodístico, es algo
semejante-descendiente de los discursos que se realizaban en los senados,
asambleas, comités de las ciudades Estado de Grecia o de la República de Roma.
Cierto es, que tocan y rozan las columnas periodísticas, cientos de temas
diversos y diferentes, casi siempre dependiente de la
psicología-antropología-ideología-metafísica o no metafísica, que también es
metafísica del corazón del escribiente. Pero en definitiva y en el fondo, es lo
mismo/similar/parecido, dicen que tienen como finalidad convencer y disuadir y
persuadir al lector. Puede que sea este el fin, en la mayoría de los
casos/autores/as. En el mío, aunque no se crea, es simplemente hacer
pensar-meditar-reflexionar a/de un sujeto sobre sí mismo…
Es muy sencilla mi postura, un
texto o discurso o microensayo, como una conversación o un diálogo o un texto
escrito o hablado, lleva en sí, unas posturas conceptuales y otras emocionales,
unas racionales y otras irracionales. Con lo cual, es casi imposible, que el
receptor/a esté en la misma situación psicológica y el resto de aspectos o
dimensiones del hombre, que el emisor del discurso o texto. Por consecuencia,
es casi imposible, que alguien esté totalmente de acuerdo con un texto escrito
o hablado, cien por cien.
Con lo cual, solo cabe, de
cincuenta líneas de una columna/artículo, solo tres o cuatro líneas, una frase,
le sirva o le guste o le agrade. Con lo cual, todo el resto, tiene como
finalidad que piense y analice, que contradiga el discurso, que le añada o le
quite… Por tanto, no escribo para
persuadir, sino para hacer pensar, y que piense incluso en contra del discurso
que está oyendo, es decir, del artículo. No escribo para los míos, que no sé
quienes serán, sino para los míos y los no-míos, para todos, con lo cual todos
son los míos…
Aunque no lo crean, me he leído y
releído y meditado y pensado y repensado, al menos más de una docena de tesis
doctorales y una decena de TFG, además de docenas de artículos sobre el columnismo
periodístico de opinión –además de conferencias, discursos, etc.-. Quizás, con
el fin esencial, siguiendo a Umbral, de descubrir, en sus palabras, la
“esencia del artículo”. Con lo cual, pienso y opino, opino y pienso, que tengo
ya un conocimiento suficiente sobre este género/sub o esta técnica/sub…
Por lo cual, considero que el
articulismo de opinión y literario, como lo entiendo, no está hecho, con la
vanidad y soberbia y la grandilocuencia del escribidor, sino, a semejanza, de
cómo el camarero que expende un buen café, algo que sirva al receptor. Un
artículo está hecho, es un instrumento, muy semejante a una arenga o a un
sermón o un discurso en Cortes, para que alguien, diez o doce personas, piensen
un poco más sobre si mismos, y sobre si mismos y lo que les rodea. Una columna
está fabricada para que un lector/a piense que existen, quizás otras cosas, que
no había pensado que existen, que existen argumentos o datos o razones, que no
había pensado…
¡Un artículo periodístico es un
artefacto o espejo que sirve para que usted lector/a se refleje a sí mismo y en
si mismo…! ¡No para convencer, no para percudir, no para disuadir de nada, ni
de nadie…! ¡No está hecho para buscarse adversarios o enemigos o contrincantes
o polemizadotes sin sentido…!
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (22 nov.-14 dic. 2022 cr).
Fin
artículo 3.323º: “El artículo del día”.
E. 14 diciembre