Artículo Periodístico 3.325º: “Libertad de expresión, Cultura y Guadalajara”.
Se podría indicar que tú te ríes
del vecino que tiene siete dedos en cada mano, pero no permites que nadie se ría
de tu hijo que tiene tres orejas.
Los dos viajeros paseaban por
esta tierra, de azul y verdoso y niebla y agua, Guadalajara. Uno, de ellos
tenía que redactar un artículo periodístico. Le había dado por esa función,
quizás, el redactar textos sea un síndrome o patología, quizás pequeña, pero
que envuelve a algunas personas. Y, mientras caminaban por los alrededores de
las almas-conciencia-cuerpos de otros seres humanos, la máquina de pensar
columnas se puso en marcha:
Esta es la cuestión, en Europa, y
por proyección en y para el mundo se ha creado el concepto y la práctica, en la
medida de lo posible, de varios derechos que se interrelacionan: libertad de
culto y de religión, libertad de creencia y creencias, libertad de pensamiento
y de conciencia, libertad de expresión y publicación. Y, estos derechos/deberes
que se interrelacionan entre sí, se completan y se complementan entre sí, pero
no son unívocos y totalmente identificables unos a otros, sino que estando
relacionados se enriquecen como árboles a la luz de la luna...
¿Estimado lector/a comprenderá y
entenderá lo que le indico? ¿Lobo no come lobo, dice el fragor popular, todos
critican a otros sectores profesionales que no son los suyos, a los propios, a
lo sumo lo hacen, en círculos cerrados y en el silencio de las estructuras del
yo y del nosotros que compartimos el mismo oficio…? ¿A esto lo llaman de muchas
maneras y formas…? ¿Quizás, es el problema eterno, quién controla al carcelero,
quién controla a todas las realidades sociales, además del sistema jurídico,
diríamos enseguida la Prensa y los Mass Media, pero quién controla a los
periódicos y demás, para que las noticias sean más ciertas y verdaderas…?
¿Quién pone el cascabel al gato que es un león de dientes de sable o un tigre
indio o tiburón…?
Al pasear al lado de la capilla
de Luis de Lucena, los dos viajeros se miraban y los dos viajeros miraban el
exterior, siempre en ese juego del mundo del interior-exterior. Pero, uno tenía
que redactar una columna, y tenía que indicar aspectos del mundo. Pongamos por
ejemplo, la cultura. En Guadalajara se conocen todas las panaderías y todas las
fontanería y todas las… Porque existirá un departamento que dispone de esos
datos, por diversas razones y funciones. Pero existe, desde algún ámbito de la
cultura un archivo o directorio, voluntario, de todos los escritores, de todos
los periodistas, no solo los profesionales, de todos los artistas en todas sus
facetas.
Dirá alguien con razón o sin
ella, con motivos ancestrales, esta tierra, esta Península Ibérica ha ido
pasando siglo tras siglo por alguna confrontación incivil cruenta civil. Por lo
tanto, cuánto menos datos se disponga de las personas que se dedican a la
cultura, pues más difícil será después que los cacen, porque uno de los
deportes nacionales, no es solo el futbol, los toros, y, el hablar mal del
vecino o vecina, si puede ser, sino también, que aquello del gran Machado:
“españolito que naces, una de las dos Españas te atravesará el
costado/corazón/alma/vida”.
Pero no es baladí esta cuestión,
porque pensemos, cuantos cientos de personas se dedican, más o menos
profesionalmente, a una labor cultural, cada siglo, en una provincia o en una
ciudad o pueblo o aldea. Cuántas personas dedican uno o diez o cincuenta años,
a esa labor, y, como es obvio, muchos son los llamados y pocos los escogidos.
Y, cuántas personas, aunque nadie lo diga, se van perdiendo sus obras, perdidas
en el silencio y en las décadas. Miles de pinturas, miles de libros sin
publicar, miles de ideas, miles de todas las actividades culturales se pierden
en los cajones de sus autores… No es esto, un asesinato de la cultura ya
realizada, tenga más valor o tenga menos…
Pero no sería justo y equitativo,
que ahora con los sistemas informáticos y teleinformáticas, a los autores y
autoras que quisieran, se conservasen algunos de sus datos, su curriculum, sus
enlaces, y algo/mucho de su producción, no se haga o realice o materialice. Una
forma de ser un escaparate, de todo lo que se hace, en Guadalajara, pongamos el
caso… de cuántos artistas, poetas, novelistas, músicos, filósofos, pensadores,
gastrónomos, y, mil oficios de la cultura existen, sin mirar su grado de
profesionalidad o calidad o fama o notoriedad.
No sería una especie de
autoidentidad de la ciudad. No sería acaso, una manera de turismo y de mover la
economía. No sería dar un cierto grado de justicia y equidad. No sería una
manera, de no dejar en el exilio y silencio y ostracismo interior y cultural, a
decenas de personas. No sería una manera y forma, igual que conservamos la
capilla pequeña de hace dos siglos, ahora, no habría que buscar maneras de que
las producciones culturales de docenas y cientos de autores, quizás, de quinta
fila, pero que ejercieron su libertad de creación se conservase de alguna
manera, al menos los textos escritos, al menos, las imágenes en forma de
fotografía. Por ejemplo, un Museo Virtual Cultural de Guadalajara. Dónde se
incluyesen, a docenas de docenas de cientos de autores/as en todas las
actividades culturales…
Bajo la sombra del Palacio del
Infantado, los viajeros recordaron, que cerca de esas montañas de piedras
verticales y humanas, habitaron uno o dos días, cuándo uno de ellos, se examinó
en una oposición, aprobó el primero, no el segundo, por tanto, no la plaza. Es
lo que es la vida… y, recordaba que tenía que terminar un artículo, pongamos y
recordemos aquello de los siete dedos y de las tres orejas…
No avanzaría enormemente la
libertad de expresión, en Guadalajara y en cualquier ciudad, si hubiese un
archivo o directorio o diccionario, realizado poco a poco, por algún periódico
o medio de comunicación o museo o fundación en la cual, se vayan coleccionando
nombres y obras y enlaces a autores del periodismo, pero no solo al profesional
con título, sino de las docenas o centenas, que han podido ir pasando en estos
dos últimos siglos. Personas que sin la titulación, pero llevan años, lustros o
décadas, rellenando páginas o columnas, y, que han ido interpretando el mundo,
el mundo desde/en/para/con Guadalajara…
Porque la libertad de expresión,
no es solo el permiso y la posibilidad de hablar, hablar con palabras escritas
o con imágenes de Gutenberg, sino que lo que se ha hablado permanezca en el
tiempo y espacio, y no se destruya por los siglos o la pereza de los hombres…
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (18-21 diciembre 2022 cr).
Fin artículo 3.325º:
“Libertad de expresión, Cultura y
Guadalajara”.
E. 21 diciembre