Artículo Periodístico 3.314º: “Cena de empresa”.
Se
dice que los restaurantes, después de las sucesivas crisis que estamos
sufriendo, están llenos. Supongo casi llenos y rellenos de rostros y
esperanzas.
Los humanos tienen que vivir y
sobrevivir, tienen que tener esperanzas, las cenas y las cenas de empresa
cumplen muchos fines. Como todo lo que el hombre/mujer tocan, también los niños
y ancianos. Todo tiene razones primarias y secundarias y terciarias, todo
motivos conscientes, semiconscientes e inconscientes. Diríamos que en un
actontecimiento o hecho o dato o realidad, o trozo de realidad, que es como a
mí me gusta designarlo, se incrusta distintos motivos-causas, distintos
fines-intereses-objetivos. Quizás sea la condición humana…
Durante lustros y décadas me
llamó mucho la atención que muchos soldados ingleses, antes de la primera
guerra mundial, antes de ir al frente, se casaban con sus novias de toda la
vida. Hasta que en un momento de suerte y azar, me ofrecieron el dato y
concepto y texto y documento, de que había varias razones: una, que si el
novio/esposo moría, a la mujer le quedaría una paga o pensión. A eso
anídenle/añádenle de que toda mujer, también muchos hombres, quieren dejar un
hijo/a en el mundo, quieren sembrar esa semiente. Es como una realidad
ancestral, que entra en lo profundo más profundo del ser –ya sé, que ahora
existe una tendencia importante de antinatalistas, pero debemos reconocer, que
ese deseo está aún en la inmensa mayoría, más en las féminas que en los
varones. Por esto, no me cierren todas las puertas de su corazón, pensando de
este modesto escribiente, cualquier fórmula y ecuación negativa…-.
A las razones anteriores,
añádanle, que en esa época una mujer que había sido novia, y si el novio la
dejaba o fallecía, después, encontrar otro novio era difícil. Pues tenemos ya
el cóctel suficiente para ese fenómeno. Pues algo así sucede con las fiestas de
las cenas/comidas de empresa. Existen muchos motivos, confesables y
semiconfesable e inconfesables… Uno, intenta curar la soledad humana. He
remirado por el bosque de Internet, para buscar cifras y datos numéricos, cosa
que tanto me gusta, y no he encontrado, un cálculo aproximado de cuantas cenas
de empresa se harán estas navidades en España –solo algunas cifras del dinero
en un fin de semana, y de que están para tal fecha, todas las sillas ya
ocupadas para dicho fin…-.
Como saben ustedes, que en esto
del articulismo existen muchas tendencias para buscar los temas y la
inspiración. Pero una que se indica en general, es que todos los columnistas se
leen/oyen/escuchan/ven a otros articulistas/noticias/tertulianos, además de los
medios de comunicación, de la realidad actual o actualidad, concepto eterno y
sacrosanto en el medio/oficio/profesión –como si degustar la tortilla de cada
día, realidad demasiado antigua, no fuese actual/eterna/intemporal…-.
Pero mi forma de ser, es
diferente en esto, como todos entresaco temas, generales y abstractos, y
también cotidianos que percibo con los ojos, o a través de las informaciones de
los medios. Pero también, tengo un segundo objetivo, si un
tema-cuestión-observación, la retomo de un
redactor/columnista, quizás, por ese afán del método académico, que hay
que citar la fuente, pues sigo ese concepto. Y, en general, por homenaje a
quién me ha ofrecido esa idea o sugerencia, que también puede estar en el mundo
viviente o actual o ser del pasado, o, un tema que está en tu cabeza, pero en
ese momento, no te acuerdas, y, para homenaje del articulismo que al menos
tiene con/en nosotros dos siglos y medio, y, también homenaje a otra firma del
articulismo/polígrafo. Pues muchos no citan, pero mi pluma modesta, piensa que
hay que ser agradecido. Cito, no como la mayoría para criticar, sino para
alabar explicita e implícitamente.
Concretando esta columna, es una
sugerencia de la excelente columnista Rosa Palo, que la titula Cena de Empresa,
materializada en bits de información electrónica en Colpisa, el dos de
diciembre del 2022. No se valora lo suficiente las
crónicas-comentarios-artículos-columnas de opinión/literarias. Pienso que es
una fuente de información que los historiadores no tienen suficientemente en
cuenta, cuándo realizan sus sesudas investigaciones históricas. Por ejemplo, la
época de la segunda república y de la guerra civil, hace noventa años y
siguientes. Si tuviesen más en cuenta las noticias y crónicas y artículos se
darían cuenta, que en ellos, se materializan
opiniones/razones/datos/argumentos, de personas que observan, que deberían
entrar en los circuitos de la cultura. Porque explican algunos fenómenos con
algunas causas…
Entiendo y comprendo, que hemos
pasado un invierno largo y frío, no climático, pero si de sucesivas crisis. Es
más, estamos todavía en ello –virus, política institucional, económico,
sociales, culturales, espirituales…-. Entonces la vida, como en la primavera,
tiene que florecer. Existe cualquier excusa y las aceras y alquitranes se
rellenan de cabezas con sonrisas y pensativas, para la compra/luces, ser una
excusa para poder emerger de la cueva del invierno como los osos. La vida tiene
que seguir y proseguir. La esperanza. La esperanza de la que nos hablaba Semprún, ministro y escritor,
incluso en los campos de concentración.
Esa esperanza, que hace a los
hombres, continuar otro día. Esa esperanza que hace a la humanidad seguir
existiendo. Esa esperanza que nos ha traído hasta aquí en las vueltas y
revueltas de al menos, dos millones de años. Paz y bien…
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (04-07 diciembre 2022 cr).
Fin artículo 3.314º:
“Cena de empresa”.
E. 07 diciembre