Artículo Periodístico 3.334º: “Da lo mismo y el silencio del articulista”.
No recuerdo el articulista que
indicaba que aspiraba a construir un artículo que no hablase/dijese nada de
nada. Una columna periodística sin nada, sin contenido…
Supongo que esta columna va a ser
un intento baldío de ese fin o meta o finalidad. Y, supongo que alguien, con
razón y prudencia, empiece a entrar en estas líneas, lo dejará a la cuarta o
quinta. Porque entre otras realidades, para qué alguien va a gastar su tiempo y
energía en leer algo que no habla de nada, ni de nadie, ni de abstracciones, ni
de realidades.
¿Pero se puede hablar de nada, se
puede escribir de nada? O, al hablar o no hablar, incluso al expandir palabras
o frases o sonidos o signos de forma abstracta e imaginaria e irracional estás
narrando algo del interior, de un sujeto o de una época.
Deberíamos intentar averiguar,
que quizás, en el subgénero del columnismo periodístico de opinión. Podríamos y
deberíamos abrir el melón, de columnas, entre surrealistas y abstractas y
absurdas, que no hablen de nada, pero que al no hablar de nada, hablan de algo,
quizás del interior profundo, del sujeto o del sujeto colectivo. Porque al
final, tomamos pan como los demás, y los conceptos e ideas, la mayoría son
semejantes a muchos y muchas…
Porque en la pintura y en las
artes, incluso en algunos géneros literarios se ha llevado/llegado a la
situación al ir más lejos de los límites de siglos. A realizar cuadros sin
belleza y sin estética, ni siquiera las estéticas de vanguardias, sino ir más
allá, para intentar entrar en lo profundo del ser, una mujer con tres ojos y
cinco orejas. En literatura con la libre asociación y el surrealismo o
surrealismo o infrarealismo y, todas las técnicas de asociación de imágenes,
palabras, conceptos, se llega a realidades profundas e improfundas. Porque
somos seres con alma-espíritu inmortal, al menos, gran parte de la población
mundial sigue creyendo en eso. Somos seres racionales con inteligencia y
creatividad. Pero somos seres animados y animales y vivientes con deseos y
pasiones e impulsos y pulsiones e instintos… Toda esa mezcla de cosas somos en
una unidad substancial y esencial/accidental, insertada en una sociedad y
cultura y, en/con una y en una Naturaleza…
Con la aristocracia/censura/tiranía
de que el artículo periodístico tiene que tratar de la actualidad. Olvidamos
mil temas, que no son actuales-novedosos, porque son eternos-novedosos. No
podemos hablar de la tortilla, y, qué más importante que la tortilla, intentar
vivir y sobrevivir cada día, a nivel económico y social y psicológico y
cultural y familiar y ambiental… Pero estábamos hablando del yo que va más allá
del yo, porque se queda más acá del yo, porque intenta equilibrar el yo de
fuera y exterior, con el yo de dentro e interior…
Pero para eso, hay que dejar que
las palabras hablen por sí mismas, las imágenes y ese volcán de deseos y
afectos que están dentro, tengan un lugar de respiro y de respirar, de silencio
y de resilencio. De ser y de estar. Después ya vendrán las interpretaciones. Si
queremos servir a los humanos, con un artilugio que se ha ido
demarcando-desmarcando-definiendo-marcando como la columna periodística,
también, tendremos de vez en cuando, dejar que la
mente/conciencia/yo/inconsciencia se suba al surf de la ola, sin tantas
cortapisas y desnudas la piel y el interior.
Ya la oración impone sus reglas.
Nunca puede ser y estar la perfección completa e integral e integrada. El
cerebro o sistema nervioso central y periférico está funcionando siempre, y
captando multitud de datos, emitiendo multitud de datos. Y, tú, y, yo solo
somos conscientes de un tanto por ciento muy pequeño. Menos mal, que solo somos
conscientes de todo ello, de solo ello, una cantidad mínima. Porque de lo
contrario no podríamos vivir, ni existir. De tanto que emergería de lo
interior…
Desde dentro está haciendo el
cerebro dirigir o gestionar o enviar miles de órdenes por segundo, o quizás
decenas de miles, a todos los órganos que funcionan sin ser el individuo
consciente… De alguna manera, tenemos que poner límites a todo lo que sale de
dentro, porque muchas cosas no son buenas, ni psicológica, ni moral, ni
espiritualmente, ni desde otros puntos de vista. Siempre el cortafuegos, para
autocontrolar y autodirigir de forma correcta, todo el magma que sucede de
dentro afuera, de fuera adentro…
Llega un momento, después de
años. Que uno tiene que detenerse, la máquina interior desde el interior te
dice párate y detente y silénciate. ¿Qué finalidad tienes el realizar, un
artilugio que llamamos articulo periodístico, de verdad quieres buscar más
realidad y por tanto más verdad y más bondad y más belleza, o, por el
contrario, solo quieres rellenar tus huecos interiores de búsqueda de la
identidad contigo mismo, de cierta vanidad y soberbia, de saberte que haces
algo, que algunos otros seres humanos leen/releen algunas frases…?
Llega el momento, que el
articulista periodístico, aunque sea modesto y humilde, sin apenas audiencia,
sin apenas impronta de importancia a nivel social, ni cultural, ni literario,
se tiene que hacer la pregunta de las grandes preguntas. ¿Está contribuyendo,
con sus modestas y humildes palabras e ideas y frases y argumentos y conceptos
al bien-bondad de la tarta de la sociedad o no…?
http://youtube.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (02-21 diciembre 2022 cr).
Fin artículo 3.334º:
“Da lo mismo y el silencio del
articulista”.
E. 21 diciembre