Artículo Periodístico 3.460º: “Paseando en/por la Mancha, Albacete y, III”.
Hemos
atravesado los silencios y las ruedas de piedra por Alcaraz, Río Mundo, La Roda,
Hellín, Villarrobledo y otros lugares de estas páginas del hombre en
los alientos de su mundo.
No
una vez, sino varías, de un lugar a otro. No en demasía, no en pequeñez de
veces. Lo suficiente. Por unas razones y por otras. Por algunos alientos y
algunos motivos. Como Quijotes y Sanchos, rezumando el silencio del viento y
del agua de la lluvia y de las gotas de calor y sudor y en las carreteras,
dónde miles de vehículos de cuatro ruedas atraviesan la Mancha, en camino hacia
el Este-mar, hacia el Sur-Andalucía, o hacia el Oeste-Extremadura, o hacia el
Norte-Madrid o la Otra Castilla o Aragón… La Mancha que besa a tantos lugares,
tantos trozos del vestido de España, el sueño de España desde los visigodos…
La
Roda
donde los dos viajeros, arribaron para donar y regalar un libro de artista, un
Quijote, con doscientas hojas, tamaño cartulina, de y sobre El Quijote. Hace
unos años… La Roda y su museo de El Quijote y de Sancho y de tantos personajes
nacidos de estos olivos de tierra y de los olivos de la mente de un tal Cervantes,
creado y criado en esa Meseta y en esta Castilla eterna, y que atravesaron sus
huesos por Italia, Argel, y, muchos lugares del viento de estos molinos. Un
marinero de Castilla que deseó ir a América, y no le dejaron. Me pregunto a
veces, si hubiese arribado a esos paisajes, habría creado/criado el Quijote. Me
pregunto y repregunto a la historia de ficción. Y, si hubiese sido llevado a
Estambul, como dicen, que estuvo a punto de marcharse, antes de llegar su
liberación y redención. Cuánto tenemos que agradecer a los Trinitarios, que
olvidamos. El símbolo máximo de la lengua española, pudo terminar en el Este
del Mediterráneo como esclavo… ¡Cuántos pudieron terminar que jamás, sabremos
lo que pudieron haber realizado, hijos o grandes contribuciones culturales…!
Nos rozó el destino de ir y estar
y visitar Hellín con la pandemia.
Llegamos aquella noche desde Huesca, los tres viajeros, buscamos el silencio de
la ciudad, para habitar el espacio y el tiempo. La problemática de esta
epidemia moderna, atacada con la tecnología y la ciencia de hoy. Si no hubiese
sido por ello, la peste de 1347-1351 habría sido nada o casi nada comparada con
la actual. Debemos agradecer a la ciencia y la técnica nacida de la ciencia, y,
al concepto de Estado, derivado de tantos cambios históricos de estos siglos,
y, a tantas invenciones conceptuales y lingüísticas y simbólicas, que hayamos
sido capaces de salir adelante de estos primeros pasos del boxeo. Pero aún nos
quedan más. No sabemos si saldremos de este lodazal y cómo.
Porque muchos se han quedado en
el camino. Aquí, aquí mi recuerdo y mi homenaje a ellos. No valoramos todos los
cambios de estos siglos, que han permitido, existir. Comunicar constante con
amistades y familia con los sistemas electrónicos. Hellín y su plaza y ferial. Hellín con su iglesia parroquial.
Hellín con su pintura neolítica a varios kilómetros de distancia. Hellín con
una ciudad que debió tener mejores momentos que en el presente. Hellín entre
Castilla y Murcia… Hellín que la hemos visitado dos o tres decenas de veces. Hellín
con su Museo de Arte Contemporáneo…
Villarrobledo y la
urbe en medio de la Mancha, en medio de esta planicie que atraviesa los ojos
del interior y del medio. Villarrobledo con sus vinos y sus tinajas, y su Museo
de Tinajas… Villarrobledo que la hemos orillado y enquistado dentro,
una vez y otra, en unos meses, aunque hace tiempo, descansamos unas horas, en
un día de Semana Santa, con la iglesia parroquial abierta, llena y rellena de
pasos de Santos y Vírgenes y Cristos… El hombre/mujer tiene que sentir su
mundo, su micromundo, su pequeño mundo, y, habitar en él. Ese es su omphalos,
su pequeña o gran ciudad. Desde ese lugar, tiene que crear y criar su
existencia, también sus vástagos, también, sus descendientes, también su
eternidad.
Tiene en ese mundo, realizar la
obra, de que si existe eternidad, vaya a la buena eternidad. Su pequeño lugar
de habitabilidad, sea un barrio de una gran ciudad, sea una aldea o pueblo o
pequeña ciudad o gran pueblo. Da lo mismo. En ese lugar, tiene que ser y estar,
tiene que dormir y despertar, tiene que consentir y sentir el mundo, tiene que
buscar la realidad, y la realidad-verdad y la realidad-bondad y la
realidad-belleza, con prudencia y racionalidad. Tiene en ese lugar que ser
bueno. La bondad es la escultura más importante de su ser. Esa es la gran obra
del hombre consigo mismo, sea jardinero o sea jubilado o sea profesor o sea
alcalde o sea agricultor o sea aviador… La conquista del bien y de la bondad en
el tapiz del mundo, del micromundo..
Hace muchos años, los dos viajeros
se insertaron un fin de semana, por los montes de La Sierra de Alcaraz, por
esos lugares que han visitado y atravesado algunas veces, arribaron en
distintos momentos a Alcaraz, Munera, Tobarra, Elche de la
Sierra, Riópar, Nacimiento del Río Mundo... Pasearon sus rostros por
carreteras y lugares, que apenas son orillados y atravesados por el mar de las
mentes y las conciencias. Esto es una isla distinta a toda la Mancha, parece
que estamos en otro lugar, como si fuese un espacio del Norte de España,
incrustado en la Mancha. Desde la Mancha…
En Alcaraz con sus dos torres que están deseando besarse, pero
atraviesa su estómago el viento y el aire. Alcaraz con sus dos torres que
horadan el cielo de la historia. Alcaraz que con sus calles de piedra en el suelo
y en sus paredes de sus antiguas casonas y palacios. Alcaraz clavada entre
montes y serranías y valles y aguas y riachuelos y árboles y aires y
esperanzas…
Terminamos este viaje de/con
palabras por/en Albacete, de momento, este viaje de un viajero, de dos
viajeros, de tres viajeros, de cuatro viajeros… en distintos momentos y en
distintas circunstancias. Un viaje que es heredero de los viajes que los
ingleses hicieron e el siglo diecinueve, heredero de los viajeros de la
generación del 98, para narrarnos lo que es y era y sería España, un viaje
heredero, por mil motivos, de la generación del 27 y de la generación de
postguerra. Un viaje real y mental, narrado, por un ser humano, que sabe que ya
está en la tercera etapa de su existir. Y, que quiere dejar en unas
palabras-imágenes-concepto, de un viaje interior-exterior. De que la Mancha,
merece ser manchada con los pies y los corazones bondadosos de los que se
acerquen a beber de sus tierras y sus panes y sus aires y sus sonrisas y sus
silencios…
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© jmm caminero (06 enero-08 marzo 23 cr).
Fin artículo 3.460º:
“Paseando en/por la Mancha,
Albacete y, III”.
E. 08 marzo