Artículo Periodístico 3.465º: “Los errores de un ente o una entidad”.
Vivimos
más tiempo, la media son ocho décadas en España, porque nos hacen revisiones y
nos va curando la medicina y el sistema de salud de achaques y enfermedades.
Todo
ente o entidad, individual o colectiva, real o material o espiritual, social o
política, privada o económica o industrial o estatal, si quiere perdurar tiene
que someterse a revisiones, a curas periódicas, a autoevaluarse, a
mirarse con los rayos equis y los TAC de distintas ideologías y grupos y
filosofías y saberes y realidades y conceptos y prácticas…
Una persona equis, tiene que irse
autoevaluando a la luz del saber ortodoxo y de la moral ortodoxa, si quiere
vivir y existir mejor y más tiempo y con más eficiencia. Una realidad o entidad
colectiva, sea una sociedad filantrópica, pongamos una ONG, sea una entidad
privada, pongamos una empresa o megaempresa, sea una entidad cultural o
religiosa o espiritual, sea un sistema sociopolítico o sea un Estado…
Vayamos al análisis y autoanálisis
de entidades colectivas, pongamos el caso de una ONG, no solo tiene que pedir a la sociedad dinero para sus fines
filantrópicos-humanitarios-solidarios, sino que debe presentar a los medios de
comunicación, cada seis o doce meses, una evaluación de sus finanzas,
cuánto dinero recibido y en qué se ha gastado –y, así, en todas las entidades
filantrópicas, religiosas, espirituales, de todo tipo-.
Así, también en todas las empresas económicas –realidad que ya hacen por
ley, por eso, decenas de miles de empresas que producen de todo, mercancías y
servicios, perduran en el tiempo-. Pero también
las grandes ideologías y filosofías que son los mimbres de las sociedades, en
su organización social y política. Y, también, los mismos Estados…
Si
no se evalúan y autoevalúan y heteroevalúan las grandes entidades sociales y
políticas que forman el nudo de una sociedad, y, que son los entramados del
Estado. Este Estado o estos sistemas Ejecutivos y Legislativos pueden cometer
errores graves de contenido y de forma. Pueden errar gravemente, llevando a una
sociedad y al mismo Estado hacia situaciones sin salida.
Pondremos un ejemplo, el enorme
embrollo, sin previsiones claras que está ocurriendo en estos meses en el Este
de Europa, no podría haber surgido, si
“hubiese existido una intelectualidad libre en dichos entes políticos y
estatales, que hubiese avisado clara y evidentemente, que esa operación no iba
a ser tan fácil”. Si hubiese existido dentro del entramado y la enorme red
del Estado, no ya solo desde fuera, desde la sociedad, el pensamiento ortodoxo,
las universidades, sino desde los organismos que conforman el Estado, hubiesen
tenido una evaluación más precisa, y, por tanto, hubiesen avisado que habría
muchas probabilidades del desastre que se iba a producir. Que desde dentro,
desde los organigramas del mismo Estado, hubiesen avisado, con todos los entes,
que tienen para este fin, pues ahora no estaríamos en esta enorme partida de
ajedrez con sangre en las piezas…
¿Pero qué sucede, en mayor grado
en las no-democracias, en menor medida en las semidemocracias, y en menor
cantidad en las democracias…, que demasiadas
veces, nadie o casi nadie se atreve a avisar, de que “el rey o el presidente de
la república está desnudo”? ¿Porque pueden existir después,
contraprestaciones, de todo tipo, la más sencilla, es que a una entidad equis
colectiva, a una persona o decenas de personas se les cierran la carrera
profesional en mayor o menor grado…? ¿Y,
qué sucede, que en tiempos de vacas gordas, los errores se notan menos, y,
apenas nadie critica, pero en tiempos de vacas flacas, los errores de la
actualidad y los del pasado, se va acumulando, y, entonces, se van formando una
enorme bola y espiral de errores teóricos y prácticos…?
¿De ahí, la enorme necesidad de una buena selección de recursos humanos, según
la eficiencia, capacidad, y preparación y titulación, tanto para la empresa
privada como pública, porque cuándo van bien las cosas, cualquiera sirve
para llevar un papel de una mesa a otra, o hacer un memorándum, pero cuándo la
cosa se complica, hay que tener personas preparadas, con libertad de conciencia
y espíritu, que puedan indicar que “el rey, la marquesa, el príncipe, el
presidente del ejecutivo, el ministro equis está/n desnudo/s…”?
El maestro de la narrativa y del
articulismo, Pío Baroja, publicó en Buenos
Aires, el 19 de octubre de 1936, un artículo titulado: Los
errores de la República Española, que narra, según el autor errores de la República Española, o
de la Segunda R.E. No he redactado este artículo para criticar y analizar y
evaluar y comentar dicho periodo de tiempo, antes y después, sino para que
hagamos una sencilla y fácil y enorme y esencial pregunta:
¿Alguien, algunos, con ponderación, mesura, prudencia, racionalidad,
saber ortodoxo, puede y quiere analizar los errores de la Democracia Española
en estas casi cinco décadas…?
¿Alguien entidad personal
individual, o entidad jurídica, institucional o privada, especialmente, miles de catedráticos de todas las ramas
del saber, que ocupan y han ocupado sus puestos en esta entidad pública de la
Universidad, quieren someter a análisis la realidad de la sociedad, las
ideologías, las políticas, el Estado democráticos de estos casi cinco décadas
desde la desaparición del Anterior Régimen…? ¿Y, sin por eso recibir
silencios y silencios y silencios…?
¿Alguien quiere hacerlo,
alguienes-algunos antes que el sistema o entramado sociopolítico o estatal o
individual o colectivo se desmorone del todo…? ¡Paz y pax y pan y bien…!
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (28 febrero-08 marzo 2023 cr).
Fin artículo 3.465º:
“Los errores de un ente o una entidad”.
E.
08 marzo