Artículo Periodístico 3.477º: “Accidentes de tráfico y recuerdos”.
Se
analizan multitud de factores y variables y causas y consecuencias de los
accidentes de tráfico, pero menos, diríamos las heridas psicológicas, morales,
familiares…
A semejanza que toda persona,
cada una de ellas en una sociedad o una colectividad o incluso en continentes
enteros, recordará lo que estaba haciendo ese día o ese instante o esas horas
si sucede, un acontecimiento mundial de gravedad, pongamos el 11S. Después, cada persona o cada
familia, igual que rememora fechas de nacimiento y de defunción y bodas y otros
acontecimientos, también ocurre de alguna manera, si esa persona se ha visto
implicada en un accidente de tráfico grave, haya sido actuante o paciente. En
definitiva, victima de una manera o de otra…
A semejanza, que si alguien
redacta uno o diez poemas, su voluntad implícita o explícita, lo exprese o no,
es que pudiese servir y existir mil años. Porque, aunque en la práctica la
inmensa mayoría de los poemas se pierdan, quizás, permanezcan hasta la tercera
o cuarta generación de herederos, pero hasta ahora, lo rutinario es que se
vayan desapareciendo en los traslados y otros menesteres. Un artículo de
opinión, de corte literario y personal y poético, el violín solo o el soneto
del periodismo, como nos diría el maestro del articulismo Umbral. Pues está hecho para que perdure, aunque la inmensa mayoría
le suceda como a los poemas.
Esta digresión es importante.
Porque el que reciba estas cientos de palabras en forma de afecto, debe saber,
en qué campo está jugando. Le explico, existe en la nomenclatura clásica, dos
acepciones al concepto o subgénero del artículo o de la columna dentro del
periodismo. La analítica, que siempre se indica que predominan los análisis y datos
y argumentos y consecuencias. Y, la segunda la columna de opinión, más latina,
en la que sin negar los datos y análisis y argumentos, entra en el cocido de
este artilugio, mucha parte de la estética, la belleza, la opinión personal, la
afectividad, la emocionabilidad…
Pues usted, cuando está nadando y
buceando en las columnas, de esta firma, ésta y otras, puede que traten
cualquier temática, pero siempre, debe saber, que está jugando al ajedrez de la
columna de opinión personal o literaria, y, no al póker del artículo de
análisis y de opinión. No es que se hipervalore la emocionabilidad,
sentimentalidad, afectividad, pero sí, que se tiene en cuenta, factores y
variables, diríamos, microhistóricos, y no macrohistóricos de un fenómeno. En
este caso, no sé, si somos conscientes, de “como un accidente de tráfico, no solo puede afectar a una familia, sino
a un individuo, con heridas o traumas o recuerdos durante años y décadas…”.
Sé de personas que han retrasado,
no su aprobación del carnet de conducir. Pero si teniéndolo, no han conducido
durante lustros, hasta que no han tenido mas remedio. Porque quizás, tuvieron
un accidente vial de niños, y, aunque se pudiese recuperar, quizás, estuvo
durante meses y meses sin poder caminar. Literalmente, tuviese que aprender a
caminar dos veces, la primera y natural, y, la segunda, después de dicho
accidente…
He redactado en estos años, en
esta decena de años, varias docenas de artículos sobre accidente de tráfico,
especialmente, siempre intentando buscar pequeñas soluciones, quizás, simples
mediterráneos, medidas o normas o variables, que ya estarían descubiertas, que
quizás, podrían reducir el número de accidentes de tráfico. Hoy, no voy a
indicar cifras y números, de la diversidad de variables que este fenómeno
engendra: muertes directas, heridas graves durante semanas o meses, número de
fallecimientos a nivel mundial, nacional, regional, número de fallecidos de
personas de más de una edad o de menos, accidentes en distintos vehículos, sean
motos o bicicletas o patinetes o vehículos o camiones, causas por alcohol y
otras substancias, por sueño, por despiste, por móvil, situación de los puntos
negros, cambios de personalidad que sufren algunas personas cuándo empiezan a
conducir…
La última campaña de la DGT, de la que redacté un modesto
artículo, trataba, de que alguien se imaginase, cómo podría haber envejecido el
padre y los hijos y la esposa, cuando hace treinta años o veinte o cuarenta el
progenitor/a quedó su corazón sin latir en alguna carretera, quedó truncada su
vida y su existencia, quedó toda la familia con el dolor y herida permanente…
Una campaña de concienciación, creo enormemente correcta y adecuada y real y
realista y, que tiene en cuenta, que las victimas, no solo son las personas que
por desgracia se quedan sin respirar en alguna vía, y, todas las consecuencias
médicas, legales, personales, económicas, de seguros, etc. Sino cómo se queda
una o dos familias, la familia directa, conyugue e hijos, la familia de los
padres de la persona fallecida, las personas, en mayor o menor grado relacionadas…
Hoy, quiero hablar de usted.
Porque usted, posiblemente, sea de esas personas, quizás falleció su padre
madre o su hijo o su nieto o su abuelo, o quizás su primo o su yerno o su
nieta, quizás un amigo íntimo y personal de décadas. Quizás… (¡Quizás, una
campaña de concienciación futura, podría ser preguntar a personas que es lo que
recuerdan cuándo sufrieron hace diez o treinta años un accidente de tráfico…!
¡Quizás, cientos de testimonios, podrían pasar a los medios de comunicación,
una campaña permanente, quedar en la bodega de Internet durante años…!)
¡Pero, hoy, quizás, también me
acuerde de aquel niño, de unos cinco años, que recuerda siempre, en un día de
agosto, como quedó atrapado en las ruedas debajo de un coche, al lado, de un
bar, y salieron varios hombres de dicha tasca, y levantaron el coche, y lo
sacaron… y, y, ya no recuerda más lo que sucedió después, aunque sí de algunas
imágenes y de algo que expresó en esos momentos…!
¡Quizás, aquel niño que después,
décadas después, empezó a redactar artículos sobre como evitar accidentes de
tráfico…!
http://twitter.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (05-15 marzo 2023 cr).
Fin artículo 3.477º:
“Accidentes de tráfico y recuerdos”.
E.
15 marzo