Artículo Periodístico 3.487º: “Puchero de café español”.
Nosotros para nosotros somos un
enigma, incluso un misterio. Llevamos siglos intentando definirnos y
describirnos como realidades sociales y colectivas y estatales.
Como el mito de Sísifo, parece que tenemos el destino
de ascender la piedra constantemente, de comernos a nosotros el hígado
constantemente. No sé porqué es y porqué será. Hasta que llegue una vez, que el
hígado no se vuelva a reproducir, que la piedra se quede en la alta montaña o,
quién sabe qué y cómo. Desde 1640 parece
que estamos en retroceso. Cada generación un pequeño retroceso. De vez en
cuando uno más grande. Otros son más simbólicos y paradigmáticos.
Quizás la famosa emancipación de
América fue mucho más radical, pero como terminamos de una guerra de
independencia contra el francés –el francés en muchos sentidos-, pues quizás no
fuese tan traumático. Y, el 98, siendo menos el territorio fue mucho más. En
este asunto, siempre hay que recordar que quizás zonas y comarcas de
Extremadura o la Mancha vivían en esos tiempos, las personas peor que en muchas
zonas de América española, de esa época.
Quizás, las cafeterías no las
inventamos nosotros. Quizás nos viniese de Centroeuropa en el siglo diecinueve,
quizás fue un poso que se fue dejando en forma de tascas y tabernas en la Piel
de Toro, de las legiones romanas y del imperio romano, que atravesó los
visigodos, y que después, siglos después, se asentó otra vez con loa árabes o
bereberes que arribaron a estos lugares y convivieron en estos espacios y
tiempos… Quizás, la invención del café y de la cafetería que achacamos a los
europeos, no es esencialmente europea, en nuestro caso no es de esos lugares,
sino que está antes con nosotros desde hace siglos.
El notable y excelente escritor JG, que posiblemente, se mereció el Nobel, si las fuerzas vivas y
semivivas de este territorio, lo hubiesen apoyado. Aunque no se esté
totalmente de acuerdo con todos sus postulados. Porque la inteligencia cultural
y política y económica francesa o inglesa apoya a sus candidatos posibles y
potenciales, aunque no estén de acuerdo con ellos, en todos los temas. Por eso,
ahora, que yo sepa, no tenemos ningún Premio Nobel nacido en la Península
Ibérica.
El egregio y eximio escritor Juan Goytisolo, redactó un artículo: El
café español, publicado en Cuadernos de Ruedo Ibérico, en
agosto-septiembre de 1965, en el que nos relata y narra y describe y argumenta
algo de los migrantes españoles, los viejos exilados y exiliados, y, algo de
los cafés como fondo de la tertulia, como fondo del encuentro, como fondo de
las esperas y esperanzas de cambios y recambios en esta Celtiberia tan larga en
el tiempo, tan alta y ancha en hectáreas, a veces, la denomino Rectángulo casi
perfecto, a veces, Pentágono casi perfecto –en total según si introducimos a
Portugal, o si no…-.
En todas las capitales de
provincias, en todos los pueblos grandes o medianos, en todos durante este
último siglo, en algunos lugares antes, por influencias europeas modernas, se
han insertado los cafés tertulias y las tertulias de café. En todas las
capitales siempre existía un lugar. Donde se concentraban la intelligentsia
en/de parte de esos lugares, en las grandes capitales, varios, según las
personalidades de los grandes contertulios que dirigían dicho cotarro. En
ellos, hablaban de todo, se veían todos, intentaban llegar a ser grandes en sus
oficios y profesiones, casi siempre artísticas. Era un modo fácil y
relativamente barato de conocer a todos los de la profesión. En España, durante
el anterior sistema sociopolítico, también fácil para informar e informarse a y
en y para las instancias superiores…
Todo el mundo ha soñado con el Café Gijón, todo el mundo, más cuándo Umbral le otorgó el último balompié de
ponerlo en el candelero. Pero debemos aceptar la realidad, son más los llamados
que los escogidos, en casi todos los campos de la realidad. Hay muchos
empresarios que desearían ser como el señor de Mercadona o Zara o… y, se tienen que conformar solo con llegar a
ser gestores y propietarios de medianas empresas o, incluso de pequeñas. Hay
muchos que desean ser como Velázquez o
Goya o El Greco o Picasso, pero que al final, sus nombres se olvidan,
incluso por sus descendientes. Y, también en la escritura-literatura…
¿Dónde se reúnen ahora, porque
ese deseo continúa siempre siendo y existiendo, dónde? ¿Quizás en torno a
revistas culturales en papel, cada vez menos, quizás, en torno a revistas
digitales, quizás en redes sociales, quizás, todavía continúan los grupos, como
decía una escritora, que de la noche a la mañana, tuvo un gran premio, y, se
reunía en una reunión café y tertulia de escritores, en una ciudad del Norte de
España, ellos no hacen nada más que hablar, yo, también escribo, o hablo menos
que escribo…? ¡No sé que habrá pasado de esa escritora, después de aquel gran
éxito…!
¡Cada uno lleva su pequeña luz y
antorcha y vela a un café literario-artístico, real o imaginario, esperando que
otros, le otorguen y le valoren que su lucecita es un enorme rayo de claridad y
de significado…! ¡Pero son más los llamados que los escogidos, pero mejor es
dedicarse un tiempo al trabajo/familia y otro tiempo a la literatura, que no un
tiempo al trabajo/familia y otro tiempo a los alcoholes o semejantes…!
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (13-22 marzo 2023 cr).
Fin
artículo 3.487º: “Puchero de café español”.
E. 22 marzo