Artículo Periodístico 3.484º: “Accidentes de Tráfico y Alcohol”.
Según
la DGT el alcohol está presente entre el treinta y el cincuenta por ciento de
accidentes de tráfico mortales…
Desde que era niño, en televisión
como un anuncio más, se hizo una campaña con dibujos animados, en que alguien
salía de un bar, y tomaba el coche e iba muy deprisa. En lo que recuerdo porque
ya hace varias décadas, era una campaña contra la velocidad excesiva e
inadecuada, contra el consumo de alcohol, y contra la pérdida de tiempo en algo
y después quererlo recuperar con la velocidad…
Año tras año, nos recuerdan las
mismas normas, y, parece que existen dos modelos de realidades: algunos
errores, que los humanos cometen, sin darse cuenta, sin quererlo, por mil
motivos, y, otros, en los que se ha caído en una costumbre o actitud o aptitud
ya permanente, por ejemplo, se indica que en el año 2020, el 26% de fallecidos en carretera no llevaban
cinturón de seguridad… -cifra arriba o abajo, según años, parece ser que
seguimos así…-.
¿Qué decir, qué hacer, qué
pensar…? Esta es la verdadera cuestión, al menos, veamos la cuestión desde el
campo en el que me muevo, el pensar y el pensar desde las causas, el pensar
desde las raíces, el pensar desde la filosofía. ¿Qué podemos decir y hacer y
pensar y repensar de este fenómeno,
desde puntos de vista de las raíces y causas profundas y esenciales…?
¿Es que es tan difícil, primero,
entender, que si bebes, no puedes conducir, que si conduces, aunque sea diez
metros de distancia, tienes que ponerte el cinturón de seguridad, y, si
conduces, tienes que atenerte a la velocidad de la vía, lo que indica y según
la situación de esta y tu propia seguridad, pero siempre respetando el límite
de la señal, es que es tan difícil entender y comprender este concepto, es que
hay que ser doctor en ciencias matemáticas para comprenderlo, o qué “leches o
cojones o mierdas” nos sucede –perdonen por el taco, jamás lo utilizo, pero
pienso que aquí es necesario y pedagógico...-. ¿Qué cojones nos sucede, que no
somos capaces de entender o comprender esto, nos tienen que hacer un cambio de
cerebro y ponernos otro…?
Decían los viejos maestros de la
escolástica, que para que el ser humano o una persona realice un acto bueno, se
necesitaban dos condiciones, que se interrelacionan, la primera, estaría dentro
de lo que se llama intelectualismo moral,
que viene del viejo maestro Sócrates,
primero, hay que saber, la teoría o concepto del bien o de lo bueno moral y
ético, el bien correcto y ético. En este caso, el concepto es simple: si bebes
no puedes conducir, si conduces tienes que ponerte en cinturón de seguridad, en
una vía tienes que respetar el máximo de velocidad, etc.
Y, la escolástica, y toda la
tradición ética filosófica, en general, de occidente, y, en particular del
judeocristianismo, indicaba el siguiente principio: “que no solo uno tiene que saber, lo que es el bien y lo que es correcto
moralmente, sino tener la voluntad y el querer de hacerlo, de llevarlo a la
práctica”. En este caso, usted y yo y su vecino y el del otro lado, “tiene que tener la voluntad, el deseo, la
afectividad, el sentimiento, la pasión, la emoción, el instinto incluso de
querer aplicar esa regla o norma” –incluso, si alguna vez por excepción de
excepción, porque somos humanos, se nos olvide, no nos demos cuenta, estemos
muy cansados, y mil otras realidades humanas, que nos suceden, porque no somos
perfectos-.
Pero tenemos que tener la firme voluntad
de cumplir, esas normas, tan sencillas y tan fáciles. Porque el conducir es un
juego muy simple y sintético y simplificado. Las reglas son muy fáciles. Por
favor, cumplamos las reglas –ya bastante tenemos con los errores sin darnos
cuenta, que cometemos, los errores hechos sin mala voluntad, los errores que
habría que analizar en otro momento…-.
Creo que hay que aportar un
tercer concepto o premisa: ¿Cómo enseñar a alguien, no solo a saber lo que es
el bien teórico, cómo enseñarle lo que es la buena voluntad, sino enseñarle
también a caminar hacia esa buena voluntad y ese bien…? ¿Para que alguien vaya
del punto A al B, tiene que saber, que existe el punto B, tiene que tener la
voluntad de ir al punto B, y hay que enseñarle como ir al punto B…?
¿En este tema cómo enseñar a toda
la población y a nosotros mismos, que si bebemos no podemos conducir, que
tenemos que coger con nuestra manita y ponernos el cinturón de seguridad, que
por mucho que nos emocionemos no podemos pasar de una velocidad, qué… y qué…?
¡Esto, pienso que las ciencias sociales y la filosofía y la teología podría
enseñarnos mucho en estos temas… -pienso que una asignatura pendiente, a
descubrir…-!
Ni en la vida rutinaria y diaria
y normal, ni en el lenguaje común utilizo tacos, ni menos en la escritura… pero
hoy es necesario: ¿qué coño, qué cojones, qué mierda le pasa a usted, que
sistemáticamente, una de cada dos o de cada cinco o de cada diez veces, no
cumple la norma de no beber y conducir, no cumple la regla de ponerse el
cinturón, no cumple la regla de ir a la velocidad que le marca la señal y el
sentido común, y, no cumple…?
¿Cojones que le sucede a usted,
que después por su conducta, puede dejar a una familia sin padre o sin nieto, o
a su propia familia sin usted, o quizás, a alguien paralítico para treinta o
cincuenta años de vida que le queda, o, mil otras cosas…?
¿Podemos entender/comprender los
errores humanos pero cojones es que es tan difícil, que usted, tenga veinte o
setenta o cuarenta años, sea su cerebro de un color ideológico o de otro, sea
de un color de piel o de otro, tenga una situación económica o tenga otra, esté
casado o soltero, tenga un problema profundo o tenga diez… coño es que es tan
difícil que usted o yo o su vecino cumpla o cumplamos y nos esforcemos en cumplir
esas reglas o esas normas…?
¿Acaso es que acaso le/nos están
obligando/exigiendo a que descubra/mos la fórmula de la teoría de la
unificación o del todo del universo…?
http://filosliterarte.blogspot.com.es ©
jmm caminero (04-22 marzo 2023 cr).
Fin artículo 3.484º:
“Accidentes de Tráfico y Alcohol”.
E. 22 marzo