Artículo Periodístico 4.204º: “No nos enseñan a soportar el sufrimiento”.
¿No aprendemos a soportar el
sufrimiento, las heridas, los traumas, las frustraciones psicológicas,
biológicas, morales, materiales, afectivas, y, de otros tipos…?
No es que deseemos y queramos las
heridas, los traumas, las frustraciones, los sufrimientos, las penas y las
angustias, pero queramos o no, forman parte de la vida, igual que el invierno o
el hielo o el frío o las tormentas o las noches, también los amaneceres, las
primaveras, las alegrías y las felicidades…
Pero la cuestión, hagámoslo en
forma afirmativa o enunciativa o interrogativa o admirativa, pero la cuestión
es si aprendemos, si se nos enseña a soportar lo bueno y también lo malo. Lo
malo hasta que se resuelva.
Tenemos que plantearnos si
aprendemos y se nos enseña, si existen cauces de aprendizaje para captar las
realidades buenas y positivas, saber disfrutar de ellas, de forma legal y de
forma moral y de forma racional, y, en lo malo y negativo, somos capaces de
aprender y aprehender esas realidades, para soportarlas mejor, y, desde ese
punto o lugar intentar superarlas antes y del mejor modo posible.
Es como una enfermedad biológica,
tenemos que los especialistas nos diagnostiquen lo mejor posible, y aceptar los
tratamientos, y, mientras la cura se produce pues tenemos que soportar las
incomodidades del dolor físico y del dolor psicológico y del dolor moral y de
las circunstancias que nos acarrean ese dolor…
No es que deseemos el dolor y la
pena y el sufrimiento, no. No lo deseamos, ni en nosotros mismos, ni en nadie,
ni en ningún ser humano, ni siquiera en ningún ser biológico. Pero el dolor y
la pena y la angustia existen. Por tanto, no voy aquí a indicar un recetario de
libro de autoayuda, no soy un psicólogo, no estoy preparado para esos
menesteres, no soy un psicoterapeuta, no soy un presbítero que también saben
mucho de todo esto, aunque nos parezca lo contrario… No, soy un modesto
escritor que observa y analiza. Solo eso. No soy y sé más que usted,
simplemente, me atrevo a redactar más preguntas que afirmaciones. Simplemente
soy un buscador de la racionalidad verdadera de trozos de la realidad y de lo
real… No soy más que usted, no sé más que usted…
Pero mi modesto papel, en estos
momentos, en este teatro del mundo, o, uno de mis pequeños papeles, es redactar
algo que los humanos hemos diseñado e inventado como artículos de opinión
periodísticos. Que es una invención que hemos hecho no para solucionar
problemas o cuestiones, sino simplemente mostrar posibilidades de
interpretación del mundo. Más bien, cuándo usted vaya en autobús, si lee una
columna periodística sea consciente que existen otras realidades, que quizás,
no haya pensado. Si usted está leyendo este batallón de palabras, usted,
quizás, esta mañana reflexione sobre esta cuestión del sufrimiento y del
no-sufrimiento.
Creo y estimo y valoro y
conceptualizo que los articulistas no estamos para resolver problemas, sino
para mostrar, como en un supermercado, que no solo existen cien cosas en la
realidad humana, sino existen cientos. Cada uno muestra algunas temáticas
diversas, para que usted sea capaz de ser consciente del valor del alfarero que
hace esos botijos que tiene usted a la entrada de su casa como adorno, para
mostrarle el mérito de ese vendedor que le muestra cada mañana en el mercado de
abastos los limones recién traídos de algún lugar del mundo, o, del médico que
se esfuerza en curar tu enfermedad, y, mil otras actividades que los humanos
hacemos… tipos de actividades podríamos indicar…
Un artículo es un instrumento o
invento que los humanos hemos descubierto, una columna periodística para
mostrar que la castañetera del Retiro de Madrid, puede estar, al menos, en el
papel, al lado del nombramiento del Primer Ministro del País. Que en una página
de un periódico pueda estar en una misma hoja, el nombramiento del Presidente
del Gobierno y al lado, un artículo que alguien ha escrito hablando de los
sinsabores o alegrías del camarero del café de al lado de la puerta del Congreso…
Que en un mismo medio, de veinte o cincuenta páginas, cuándo eran en papel,
estén las grandes noticias internacionales, las grandes nacionales, y, también
las pequeñas cosas de millones de personas, como la importancia de tomar un
buen café, el problema del noviazgo y del amor de la portera de tu edificio, de
las penumbras de los cirujanos de gran fama, y, que después cien años después
nadie se acuerda de ellos, y, mil otras cosas…
Que eso se produzca es el milagro
de la democracia y del periodismo… que el último acto del Presidente de la
República esté al lado del último acto de la castañetera que castañetea
vendiendo castañas en el Retiro… para que aprendamos en algo a soportar las
penas y el sufrimiento y algo de la angustia de la vida.
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (24 abril-12 mayo 2024 cr).
Fin artículo 4.204º:
“No nos enseñan a soportar el
sufrimiento”.
E.
12 mayo