Artículo Periodístico 4.226º: “Caminamos hacia un lugar y en un lugar y autolisis”.
Todos los días somos y estamos en
un lugar. Cada uno, según la edad, mira su presente y mira su pasado y mira su
posible futuro. Algunos abdican de su futuro y presente...
Cerca
de ochocientas mil personas en el 2022, no encuentran ningún grado suficiente
de motivación de/para vivir y existir en el presente, no se lo permiten los
hechos del presente, los hechos posibles del futuro, los hechos posibles del
pasado.
Qué
podemos decir e indicar ante estas situaciones, que pueden ser de multitud de
formas y maneras, por diversidad de causas y motivos, y, por distintos fines y
finalidades, incluido el castigo o la sanción a personas cercanas o medianas o
lejanas en la relación con el sujeto.
La
enfermedad y el dolor y el sufrimiento y la angustia y diversas patologías
pueden ser un factor esencial en muchos casos. No es este un artículo
científico, ni médico, ni sanitario, es una columna de alguien que se acerca a
esta cuestión, uniéndose multitud de raíces y fuentes. Esto es una realidad.
Abordamos este tema, desde diversidad de pareceres, quizás no
científicos-académicos, no sanitarios-terapéuticos, pero tampoco no-sanitarios,
no-científicos, sino el hombre que ha visto mucho y que expresa su pequeña voz
desde la acumulación de saberes y miradas...
Supongo
que usted lector/a se acercará a este tema, según sus vivencias y según sus
experiencias y según sus temores. Dicho de otro modo, si esta patología ha
estado cerca o lejos de usted, de alguien cercano a usted. Queda mucho dolor y
mucha angustia y mucha pena y muchas preguntas, después que sucede esto en el
seno de una entidad familiar o personas allegadas...
Creo
que la sociedad actual falla, a grandes rasgos, en una causa, -alguien dirá
entre otras y entre muchas-, que no somos capaces de disfrutar y alegrarnos de
las cosas pequeñas que nos suceden. Puede que usted tenga tal problema, tal
carencia, tal realidad, tal sentimiento, tal
proyección, tal cosa que le haya pasado. Pero la realidad es que no
disfrutamos y no nos alegramos de las cosas pequeñas.
Esas
cosas pequeñas que nos pueden estar sucediendo cada día, a decenas y en docenas
de temas, una buena comida, aunque sea simple y sencilla, unas patatas fritas
con huevo, unas pequeñas vacaciones de un día o dos a algún lugar, el hablar
con algunas personas cada mañana, aunque solo sea saludarlo, el sol que te
caliente en este día de otoño y parece que las mejillas empiezan a dar luz, la
esperanza de que el hijo ha aprobado una asignatura, aquella conversación
telefónica, esa nota o noticia o información que te acaba llegar al móvil, que
es un adelanto científico o técnico…
Es
una paradoja, pongan ustedes la palabra o substantivo o adjetivo que quieran,
jamás los europeos de ahora, salvo excepciones, han vivido y han tenido tantos
derechos como los actuales, jamás. Comparados con la vida de sus bisabuelos o
de sus tatarabuelos y tatarabuelas… jamás, y, jamás, tanta masa de seres
humanos sienten una angustia vital y existencial tan profunda, como dirían
todas las corrientes del existencialismo filosófico, que tanto daño hizo hace
sesenta años. Y, que aunque ya no está en el candelero, el fuego ideológico
sigue existiendo y continuando.
No
voy a ser yo, modesto articulista, quién no va a recordar o contar todas las
realidades negativas del siglo y del siglo pasado. Pero cada siglo trae cosas
buenas y cosas menos buenas. No voy a olvidar yo, los problemas o traumas o
heridas graves, que puede traer usted de la infancia o de la adolescencia, que
tiene que luchar contra ellas cada día, no voy yo a olvidar, el enorme problema
de competitividad que existe en la sociedad, ni tampoco los problemas
familiares, aunque también existen cosas buenas, ni voy a negar que a alguien
se le pone el sambenito de malo, siendo una persona de buena voluntad, y,
arrastra éste toda la vida, y, no voy a negar cuestiones sociopolíticas que
como espada
de Damocles están sobre nuestras cabezas… y, mil otras realidades –que
a algunos les afectan unas cosas y a otros, otras…-.
Ni
voy a negar que como tambores y campanas el pasado, algunas cosas del pasado
malas, te estén machacando, desde hace años, y, no sabes como compatibilizarlo,
ni voy a negar, que quizás hayas caído en una tristeza, angustia, pena,
melancolía, desesperación, depresión, por tal o cual motivo o razón o causa,
que se complica con las realidades presentes, aquello de las depresiones
endógenas y exógenas de la psiquiatría-psicología de hace lustros…
Pero
tampoco te voy a negar, que no olvides, todo lo bueno que hoy te sucederá, todo
ello, cosas pequeñas y medianas. Y, tampoco, de pasada, te debo indicar, y,
tú/usted desarrollarlo, porque las ochocientas palabras se terminan, que
intentes llevar una ética y una moral correcta, esa es la espada y la lanza y
el escudo y la malla que te defiende sobre todo tipos de males. Y, también te
voy a indicar, el tercer remedio, no olvides ir a los servicios sanitarios
oficiales y ortodoxos, no deje de ir. Y, por último, cuarto, no olvides a Dios,
el consuelo de Dios, la esperanza de Dios, la fe en Dios, el amor en Dios…
Creo
que todo esto, te ayudará a saborear un granizado en verano, como una sinfonía
de sabores, que la sociedad-cultura nos proporciona, o un café calentito o
chocolate calentito en invierno, como un sosiego al corazón, y, un mirar con
suavidad y tranquilidad el presente y el futuro, sin negar los problemas y
dolores que tienes, pero que con esta aptitud y actitud es más fácil ir
superándolos o sobrellevándolos, como nuevos Zenón de Citio, Epicteto, Séneca, Marco Aurelio o toda la escuela estoica y neoestoica del pensar y
del sentir… Paz y bien.
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (06-26 mayo 2024 cr).
Fin artículo 4.226º:
“Caminamos hacia un lugar y en un
lugar y autolisis”.
E.
26 mayo