Artículo Periodístico 4.266º: “Cervantes y Museo Casa Cervantes de Valladolid”.
Supongo que el Reino Unido no se
podrá entender sin Shakespeare, ni
Italia sin Dante, ni Francia sin Moliere, pues la Península Ibérica no
se puede entender sin Cervantes.
A
veces, pienso en esto mucho, me surge de dentro sin yo buscarlo, Cervantes, que llevó una vida tan
azarosa, qué diría cuándo siglos después, su figura y su obra, -quién sabe, si
en otras condiciones habría escrito más, o se habría conservado más-, está
desperdigada sus recuerdos por multitud de lugares de la Península y de América
del Sur, especialmente…
Los
que vivimos en este terruño pentagonal ibérico, no podemos entendernos sin
mirarnos en el espejo de La Biblia y en el espejo de El
Quijote. De hecho por toda la geografía hay una Red de Ciudades Cervantinas,
existen un ramillete de museos y casas en torno a esta obra –yo, sugiero, que
también se podría hacer lo mismo, en torno a Quevedo, a la Celestina, a Teresa de Jesús, etc.-. Porque todo está
tachonado de esas grandes figuras. Por todos estos sitios dieron sombra, con
sus palabras o sus carnes…
En
tiempos de preocupación como estamos pasando, bueno es recordar realidades
buenas que hemos sido y hemos hecho y en las que estamos. Una de ellas es
rememorar y conmemorar este Museo de Cervantes en Valladolid.
Dicen que toda la literatura posterior al siglo de oro en España o es
cervantina, o es quevedesca o es gongorina o teresiana. Quizás, la sensibilidad
hispánica está formada por rasgos de esos paradigmas, que ahora diría la
filosofía de la ciencia, y, término o vocablo que se repite en todos los sitios
y lugares y para cualquier cosa, hasta gastronomía paradigmática…
Cervantes nos guste o no, es una figura
trágica. Pudo hacer un libro que es mitad tragedia y mitad comedia. Fue capaz
con la realidad que había vivido, que era dolorosa y en muchos sentidos,
angustiosa, fue capaz de hacer o proyectar una producción cultural, que es a
mitad de camino entre ambos mundos. No podemos entendernos sin el
Quijote, no podemos entendernos hoy sin comprender el siglo de Oro, el siglo de los Austrias… si nos ponemos más
específicos, Roma antigua y los Austrias han formado las redes e hilos del
tapiz esencial de lo que somos y en lo que somos, ciertamente, hemos sido paso
de muchas civilizaciones y metafísicas, por tanto, somos biznietos de todos
ellos. Pero no cabe duda, que Roma sigue estando presente, y, el Siglo de Oro
también…
En
cierto sentido, Cervantes es un
enigma y un misterio para nosotros, es un espejo en el que nos miramos a la
fuerza. No tenemos más remedio, porque no hay ciudad que no tenga un bar que
tenga algún personaje del Quijote, no hay ninguna ciudad que no tenga plaza o
calle a su nombre o a algún personaje, no hay realidad humana que no la miremos
con ojos cervantinos, aunque no solo cervantinos. Igual que no hay ciudad hindú
que no se mire en el Ramayana o en el Mahabharata…
Dicen,
que estuvo por unos días, condenado a ser trasladado a Estambul, y, dicen, que
quiso irse a América, supongo que como muchos descendientes de judíos, porque
en América, supongo que ese problema de la cuestión de la sangre era menor, y,
existían más posibilidades de riqueza y de olvido, algunos hermanos de Teresa de Cepeda o de Ahumada o de Jesús,
dicen que emigraron, y, sin el capital judío en la primera expedición, no solo
el de Isabel la Católica, no habría
sido puesta en el mar las carabelas…
Me
pregunto que si hubiese sido trasladado a Estambul
o hubiese ido a América del Sur,
supongo que no habría podido crear o criar el Quijote en su corazón o en su
mente o en sus carnes o en su alma. Quizás, no habría conocido ese personaje en
el que se inspira, que dicen que es verídico, quizás no habría terminado sus
huesos en alguna cárcel de la Península Ibérica, no solo en Argel, suponemos que no se habrían dado
las condiciones para crear o criar, ni a Sancho,
ni a Dulcinea, ni a Sancha, ni al Quijano de Quijana o de Quejada o de Quijote… ¡Quién sabe si en
América hubiese tenido éxito económico habría escrito otros libros que habrían
sido publicados o no, o, quién sabe los misterios de la historia…!
¡Dígame
usted, de las diversas Casas y Museos existentes en España sobre el Quijote,
dígame usted cuántas ha visitado, una o dos o tres veces…!
Dicen
que el Quijote tiene 22.939 palabras
diferentes… Dicen que los actuales descendientes del Quijote aquí en este
terruño utilizamos unas diez mil…! ¿¡Nos hemos empobrecido culturalmente,
aunque nos creamos superiores a los del pasado…!?
http://filosliterarte.blogspot.com.es © jmm caminero (07-16 junio 2024 cr).
Fin artículo 4.266º:
“Cervantes y Museo Casa Cervantes de Valladolid”.
E.
16 junio