Artículo 5.149º: “El hambre de los dioses y Eugenio Trías”.
Los humanos aman lo absoluto, y,
toda vida, tiene algo de búsqueda del absoluto, puede ser una Entidad
Trascendente o Dios, en todas sus formas, puede ser una idea-ideal.
Creo que no te encontrarás un ser
humano que no busque la totalidad o el absoluto. Y, cómo el ser humano es tan
complejo y tan simple, como dispone de tantas aristas, áreas, dimensiones,
perspectivas, ángulos pues cada uno, de alguna manera, ese absoluto es una cosa
diferente, aunque existen grupos y agrupaciones. Una especie de hipermercado
del absoluto. Unos, pueden ponerlo en lo Trascendente, sea en la
interpretaciones orientales o las occidentales, otros en inmanentes, sean de
tipo sociopolítico, artístico-estético-cultural, sea experiencias biográficas y
personales, sean económicas, políticas, sensuales, de divertimento, etc.
Aquello del torero es real: “hay gente pa too”. Que se le achaca al torero el Bomba o el Bombita al hablar con Ortega y Gasset –bueno, existen
diversas interpretaciones de autores y autoridades-.
Me he encontrado un
texto-artículo, una ráfaga de palabras, y, como toda columna periodística habla
algo de todo o de casi todo de algo, una de Eugenio Trías, que nos habla de su amigo Alberto Cardin, lo recuerda por su fallecimiento, lo homenajea, lo
siente que haya fallecido. Es agradable en el mundo de la cultura, leer y
percibir, que los autores sienten el fallecimiento de otros autores. Que
valoran la amistad, y, que no están siempre de forma suave o menos suave
levantando las espadas de las confrontaciones ideológicas. Las palabras hacen
daño. No puedes estar de acuerdo con todo y con todos y en todo y en todos. No
puedes. Así se desarrolla la rueda del saber, de las ciencias, de las
filosofías, de las artes. Pero las diferencias se pueden expresar con perfumes
y frutas endulzadas o con vinagre con espadas de fuego.
Dicho artículo, se denomina: El
hambre de los dioses, de Eugenio
Trías Sagnier (1942-2013), publicado en La Vanguardia el día 12
de julio de 1994. Nos cuenta en una nota a pie de página, que al principio Cardin no estaba de acuerdo con los
escritos de Trias, pero los dos
llegaron a ese ideal, de estar en desacuerdo intelectualmente, en algunos
conceptos pero respetarse con amistad sincera. De tal modo, que según el relato
llegaron a comer, como forma ritual casi, varias veces cada año. Hasta que la
enfermedad del homenajeado se volvió mortal. La famosa última enfermedad,
aquello del humor, todos los minutos duelen, pero el último mata.
Yo, que también tengo cierta
edad, en mi juventud y primera adultez recuerdo los ecos intelectuales de Cardin, por España, evidentemente
también de E. Trias. Estos artículos
cuando cito a algún autor o algún artículo, siempre tienen el sentido de
homenaje, de recuerdo del recuerdo, de esa pequeña historia por el articulismo
hispánico que vamos haciendo, y, otros contenidos y continentes, significantes
y significados…
Los artículos es como la
filosofía “ex”, es de alguna manera ante un tema o una cuestión o un hecho o un
dato o una nimiedad o una idea, mostrar algo del saber acumulado, más bien
experiencialmente, en los distintos ámbitos en que cada sujeto se ha movido.
Uno, combinará la realidad, sea actual o no, con la literatura, otros con las
artes, aquellos con las ciencias sociales, estos de al lado con la
filosofía-teología, aquel, aquel en fin…
Unos, unos meterán más ethos o
experiencias personales, o cada uno hace un refrito-combinado-cóctel intentando
que este invento humano de la columna periodística sea agradable a los ojos del
Buen Dios, y, de todos los humanos, que se acerquen a beber-pensar un poco en
esas líneas de palabras. Quizás, estando esperando en la consulta de un médico,
quizás paseando y se sienta un poco para descansar, quién sabe, en el metro o
autobús… La experiencia humana es ilimitada, aunque después se concentre en
varios tipos, la experiencia de los autores, también es ilimitada pero simple.
Creo que los humanos tienen
hambre de lo Infinito, de lo Ilimitado, de lo Imposible, de lo Trascendente, de
la Trascendencia, de Dios. Tienen hambre de infinito de muchas maneras y de
muchas formas. La inmensa mayoría hasta ahora, podemos decir, al menos, en
estos miles de años, en algo que es Algo, que llamamos Dios, en Oriente sería,
algo así, como “la ilimitación del ser, concentrado en el nirvana, o en la
detención de la rueda del sufrimiento, o nirvana”. En definitiva, los hombres
tienen hambre de Dios, aunque sea como en aquella película, aquella imagen de
film, que tengo de aquel personaje se encerraba en el vaso del whisky/güiski,
para representar el director ese hambre de infinito, en este caso mal
utilizado, un infinito del alcohol que lleva a la destrucción de la persona…
Que las sociedades y las
colectividades, tengan una concepción de Trascendente, las diversas orientales,
o, tenga otra, las diversas occidentales, o, diga no tener ninguna de esas dos
anteriores, sino disponer de ideales-idealismos inmanentes, pueden ser
diversos, o exprese no tener ninguna, sean
relativismos-materialismos-sensualismos, aunque éstas se pueden combinar con
las terceras. No sólo hacen una sociedad y Estado diferente, sino un ser
diferente, individual y colectivo. Aunque usted no lo crea según la
metafísica-trascendencia que crea es cierta, o pueda serlo, cada ser humano es
diferente y diferenciado de otros, se va haciendo diferente-diferenciado poco a
poco de otro, al menos en sus palabras, en sus hechos, en sus creencias… Al
final de nuestra vida individual sabremos si existe el Buen Dios, si existe
Alma inmortal individual, si existe Cielo y No-Cielo… Son grandes preguntas.
Quizás, a usted no le agrade que alguien le haga estas preguntas, pero usted ha
podido dejar de leer este cúmulo de palabras-ideas. Usted es libre para ello.
El error occidental, es que una
parte de la población está perdiendo el concepto de Trascendencia, en el
sentido de un Ser, Ser Personal e Ilimitado e Infinito y Trascendente o Dios.
Este es el gran drama occidental, su gran debilidad ir abandonando ese
concepto. Echamos a Dios por la puerta, y, dejamos que entren por la ventana
mil ídolos, mil supersticiones, mil no-dioses. Este es el drama de Occidente
actual. Porque la metafísica es el pilar sobre el que se fundamenta toda la
sociedad, todos los individuos, todo el Estado.
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (04 octubre 2025 cr).
Fin
artículo 5.149º: “El hambre de los dioses y Eugenio Trías”.
E.
12 octubre