Artículo Periodístico 3.627º: “Gabriel Albiac: ser sabio o ser santo”.
¿Cuál
es el ideal humano más alto y más elevado, más verídico o verdadero como humano
y humanos, más bondadoso, más racional, más útil a la larga y a la corta, más
prudente…?
Suponemos que lo ideal sería una
persona de un alto conocimiento y entendimiento de la realidad, y, al mismo
tiempo, un alto nivel teórico y práctico ético o moral. Pero si tenemos que
seleccionar o escoger cual de los dos sistemas de vectores-factores-valores es
el más importante, cual escogeríamos o cual creeríamos es el mejor, mejor en
todos los sentidos o el menos malo…
¿Qué prefiere usted encontrarse
hoy, o le gustaría hallarse hoy, ante diez personas, por distintos motivos y
profesiones, que fuesen más bondadosos o más morales pero menos sabios o menos
entendidos en su saber o en su especialidad o en su oficio, o, por el
contrario, que preferiría usted encontrarse con diez personas, en distintos
oficios, muy competentes en sus oficios, pero con un nivel ético y moral y de
bondad y de bien moral más inferior…?
Supongo que cuándo tengamos
programas de investigación informáticos que puedan entrar/responder a estas
preguntas con una serie de imputs, para hacerse y hacerles estas cuestiones,
nos dirán soluciones posibles o proporcionadas o cualitativas. Cuándo se
utilicen los ordenadores cuánticos, supongo que este problema será muy fácil de
resolver. Pero hoy, hoy y aquí, es enormemente complejo, al menos, para mis
conocimientos, mi inteligencia, mi voluntad, mi sensibilidad y mi percepción.
En definitiva, hay que combinar intereses y fines de muchas clases, además de
causas y de hechos y datos concretos y problemas reales… las famosas cuatro
causas aristotélicas, que en tiempos pasados, tuve el atrevimiento, de insertar
una quinta –que en toda la barahúnda o masa de escritos, en algún lugar estará,
si es que no se ha perdido…-.
El filósofo y escritor y
articulista notable, Gabriel Albiac
–se esté o no se esté de acuerdo con él, en todos los parámetros, pero quién
está de acuerdo en todo con uno mismo-, en un artículo publicado el 24 de abril
del 2023 en El Debate, titulado: ¿Peor un malvado o un tonto? Que es
en definitiva, trata/r la cuestión anterior, o mejor dicho, es un caso de la
temática que anteriormente hemos citado… Ciertamente, que el columnista Albiac plantea esta cuestión, en forma
negativa y en una temática concreta. Pero la realidad es tan compleja, y las
palabras son tantas y las percepciones tienen tantos matices…
Pueden que muchos articulistas,
-si me puedo admitir dentro del gremio de esta esfera o área o conjunto de Cantor-, la mayoría resuelven problemas
y cuestiones, y, yo, como modesto plumífero, más bien planteo
cuestiones-preguntas-dudas. Porque mi inteligencia y voluntad y
conocimientos-cultura y sensibilidad es limitada. Percibo que muchas
cuestiones, son demasiado complejas para mí, me temo, que también para el
estadio actual de la evolución cultural de mi tiempo y especie y acumulación
cultural social…
Recuerdo, hace ya, quizás muchos
años, en un prólogo a un santoral –un santoral, por si no lo sabe, son pequeñas
biografías de santos y santas y beatos y beatas admitidos y aprobados
oficialmente por la Autoridad de la Iglesia Católica, y, se expresan de forma
diaria, cada día-. Dicho esto, en ese prólogo ese escritor del santoral,
modesto y pequeño era el libro, jesuita, -ya que existe una gran tradición de
esta temática entre los jesuitas, porque a Ignacio
de Loyola, le influyó mucho un santoral medieval, cuanto estaba enfermo, le
influyó mucho en/a su conversión-. Se hacia esta pregunta: ¿Qué es mejor ser
santo o ser sabio…? Y, él indicaba, si mi memoria no me falla, y, posiblemente,
yo haya añadido razones en estos largos años. Que lo ideal es que todo el mundo
fuese santo y sabio.
Es decir, fuese y tuviese grandes
conocimientos teóricos y prácticos, en su oficio y su profesión y en su vida
teórica y práctica, así pudiese ejercer su función humana y social y familiar
de forma eficiente y, sirviese de ese modo al bien común y general, y, al bien
de otras personas, con su buen oficio: ser un buen médico, ser un buen
electricista, ser un buen panadero, ser un buen articulista, ser un buen
padre/madre/hijo. Y, al mismo tiempo, ser santo, intentar alcanzar la
perfección moral y espiritual –no puedo aquí explicar que la perfección moral y
ética, no es exactamente, lo mismo, aunque muy interrelacionado con la
perfección espiritual, debida en el cristianismo a los dones y gracias de Dios
y del Espíritu Santo, quizás a usted le suene estas distinciones un poco
largas/abstrusas/abstractas/ideales/irreales en el tiempo y en el
entendimiento…
El problema de una persona
inmoral, amoral antimoral, en mayor o menor grado, es que si tiene un alto
grado de inteligencia y un alto grado de conocimientos-cultura, y, si encima
tiene un alto grado de persuasión y de manipulación y, si tiene un alto grado
de poder en una entidad: el mal que puede hacer y construir es enorme…
Pero una persona buena o
bondadosa, aunque no tenga un alto grado de conocimientos, de eficiencia, de
cultura, de inteligencia, de poder… quizás, hará su oficio lo mejor posible,
quizás su oficio será modesto, pero el bien que sembrará será grande, y el mal
que dejará de construir y de hacer y de sembrar, también será grande…
Quizás, una persona no sabía o no
demasiado sabía, no descubrirá grandes principios, ni escribirá grandes frases,
pero sembrará mucho menos cizaña, y, en esa suma de positivos y negativos,
dejará más flores que secanos… ¡¿Quizás hacer menos pero bien, que no hacer
mucho pero mal –mal en varios sentidos…-!?
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (05-14 junio 2023 cr).
Fin artículo 3.627º:
Gabriel Albiac: ser sabio o ser santo”.
E. 14 junio