Artículo Periodístico 3.640º: “Andrea Momoitio: ¿Quién soy, quien eres?”.
Todos
los seres humanos de una manera o de otra, tienen la capacidad y la necesidad
de hacerse la gran pregunta: qué/quién soy, qué será de mí, existe eternidad,
qué y qué…
Son variedades de las tres
grandes preguntas que Kant ya se
hizo, pero antes de Kant, se la han
hecho todas las religiones y todas las filosofías, y, hasta dónde sabemos todas
las civilizaciones y todas las culturas y todos los sistemas teóricos y
prácticos. Posiblemente, quizás venga del Neolítico, quizás antes del
Neolítico, quizás, por todas las especies humanas que han sido y han estado
aquí en este mundo antes de la actual, denominamos Homo de Cromagnon –porque usted sabe, que antes de llegar a lo que
somos, hemos ido evolucionando, al menos en una decena de especies, en un
enorme árbol de ramas…-.
Todo ser humano se hace esta pregunta,
y, otras. Se sea analfabeto o se sea Premio Nóbel, se sea hombre o se sea
mujer. Lo único que cada ser humano responde a ella, según su estructura
biopsicológica, su situación socioeconómica, la inserción cultural en su
sociedad y en su tiempo, según las experiencias y vivencias… Es más todos los
sistemas teóricos o megateóricos, todas las ideologías, filosofías, religiones,
y, en parte, todas las ciencias y las ciencias sociales, intentan responder de
alguna manera a esta pregunta.
Con lo cual, usted se puede
levantar esta mañana, y como si fuese un hipermercado de ideas y concepto y
enunciados, puede mezclar su estructura interna de su ser, con lo que le ofrece
el mundo en cuanto a esta realidad. Y, al final, de la tarde-noche ha podido
llegar a un concepto de lo que es el ser humano, diverso y diferentes al de su
vecino, en mayor o menor medida...
Con lo cual, me parece, que cada
ser humano tiene una concepción diferente, en mayor o menor grado de lo que es
el ser humano, en general, de lo que debe ser, de lo que dice ser pero que no
es, de lo que cree ser, y, lo mismo de si mismo. Porque se combinan las dos
realidades lo que creemos es el ser humano como especie, lo que creemos que
somos nosotros, seres individuales, en este tema, como en todos.
La periodista Andrea Momoitio, en su blog personal,
además de ser la coordinadora de PiKara Magazine, indica en la
entrada esta idea-frase-máxima-eslogan-principio-enunciado: ¿Quién
soy? Eso me gustaría saber a mí. Se hace la gran pregunta. Dicen que la
filosofía y la metafísica se han perdido de la cultura humana, pero esta
escritora-periodista sitúa, precisamente, en la entrada, a fecha de hoy, este
panegírico o este dosel de palabras que nos sitúa en el enorme problema.
Todo el mundo se va buscando, en
mayor o menor medida. Como todo lo humano, todo lo psicológico-mental, toda
facultad-potencia humana, a mi modo de ver, existen escalas. Las personas, unas
están, diríamos en esta ocupación o preocupación más altas y otras, las tienen
más hacia abajo. Si existen decenas de factores psicológicos mentales, según el
psicólogo Louis Leon Thurstone,
nadie es el hombre cien, ni la mujer cien, en algunos factores-variables-ítems
estamos por encima de la media, en otros por debajo de la media, y, en la
mayoría en la media como la inmensa mayoría.
Aquí, nos planteamos ante un
doble problema y problemática, una, es la teórica o teorización o
conceptualización, conocer y conocerse según el saber ortodoxo o más cierto y
verdadero de cada época; en segundo lugar, conocerse de forma práctica o
existencial o vivencial, teniendo en cuenta, la dimensión teórica, más las
experiencias y deseos y afectos y emociones de cada uno, esa mezcla substancial
que somos del mundo racional e irracional…
¿Qué sugeriría yo, mi modesta
pluma y mi modesta cabeza y mi modesta experiencia vivencial que ha ido
recorriendo ya veinticuatro mil días, en este lago y valle de alegrías y
lágrimas, que constituye la vida… cada vida…?
Yo, aconsejaría y sugeriría, que
cada uno según su capacidad y sus posibilidades, teniendo en cuenta, que
existen unas veintitantas ciencias ortodoxas, divididas en ciencias
matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales-humanas. Yo, sugeriría, que
poco a poco, en la medida de lo posible, leyese y meditarse y estudiase y analizase,
no cualquier libro, sino manuales de cada uno de los saberes ortodoxos. Porque
estos te pueden permitir tener un sistema teórico más preciso de la realidad.
No leer, por ejemplo, cualquier
libro de psicología o de antropología o de economía o de política o de
sociología o de… sino manuales, es decir tratados completos, que la mayoría,
tienen más de quinientas páginas, de cada una de esas realidades… ¿Qué sucederá
entonces…? Que usted no puede ser especialista en todo. Pero tendrá un
conocimiento más preciso de cada una de estas ramas del saber, y, por tanto de
usted.
No leerá y no pensará y no se
sentirá y no se pensará usted desde un libro equis, que defiende la teoría
psicoanalítica, o la de la gestalt, o la del humanismo o la del estructuralismo
psicológico… -y, lo mismo en el resto de ciencias sociales y humanas-, sino
desde un manual, que le habrá dado una idea general, de cada parte del saber
ortodoxo. Y, así, con dos o tres manuales de cada ciencia, irá entendiendo y
comprendiendo mejor su existir, su vivir, sus deseos y sus conceptos… (Otro
día, nos encargaremos del resto de saber que no son ciencias: filosofía,
artes-estéticas, tecnologías, religiones-teologías…).
Si esto, lo va haciendo en diez o
doce ramas del saber ortodoxo. Al cabo de unos años, porque esto es una lectura
pensante y pensativa, habrá llegado a entender el mundo de otra manera, y,
pienso que más cierta y más verdadera. Y, por tanto, habrá llegado a conocerse
a usted misma, de una forma más precisa y más profunda y más esencial. Un
concepto sabrá interpretarlo según varias teorías o tendencias de esa ciencia
social. Eso es lo que creo. Paz y bien.
http://filosliterarte.blogspot.com.es ©
jmm caminero (12-21 junio 2023 cr).
Fin artículo 3.640º:
“Andrea Momoitio: ¿Quién
soy, quien eres?”.
E. 21 junio