Artículo Periodístico 3.602º: “Gastronomía: Cocido de Lalín”.
La
voluntad y la necesidad del ser humano es capaz de crear e imaginar realidades
distintas, del cocido gallego en una transformación se ha hecho fiesta, la
necesidad arte y Arte.
El cocido de Lalín, fiesta y
feria de los sentidos y del corazón. La historia y la necesidad transformada en
viaje interior y exterior, en turismo y en reunión de seres humanos alrededor
del fuego de la comida. El ser humano necesita olvidar y olvidarse de las
realidades cotidianas, alegres y tristes, y cambiar hacia otro horizonte. Ese
es el misterio de la fiesta. La comida es fiesta, toda fiesta anida sobre la
comida. Y, en todo ese entorno está la realidad y realización del ser y del
estar, de lo posible y lo no-posible, lo imposible y lo imaginario. Somos
palabras que comen alimentos, alimentos que degustan palabras. No hay comida,
en grupo sin palabras, ni palabras en grupo sin comida.
Recombinamos los
alimentos-substancias: repollo, unto, costilla, rabo de cerdo, lacón,
garbanzos, chorizo de carne y cebolla, cabeza de cerdo, panceta, huesos de
espinazo, pata de cerdo, lengua, patatas, carne de ternera, muslo de gallina,
grelo, sal, agua, aire, fuego…
El cocido de Lalín es como una
arquitectura, un palacio de sabores y olores y colores y formas. Es, sintetizar
en un plato, en una comida venida de siglos, es ir conformando como una especie
de palacio y catedral de las miradas y de los olores y de los sabores. Es
alimentarnos para poder vivir y sobrevivir y ser y estar en este mundo. Somos
animales que comemos y degustamos, no solo comemos sino que nos alimentamos. El
alimentar y alimentarse es añadir significados a la realidad. Todo lo que toca
el ser humano lo cambia y lo modifica. Lo real lo hace simbólico, lo simbólico
lo convierte en signo, el signo y lo simbólico en múltiples significantes y
significados y contenidos y continentes…
¡Cuántas esperanzas al lado de un
cocido, cuántas al lado del cocido de Lalín, cuántas mozas casaderas esperando
la mirada que se atraviese en su corazón, que le otorgue esperanza de un futuro
en compañía y pequeños seres que empiecen a andar y corretear por los suelos de
la vivienda…! ¡La comida es esperanza y espera de muchas realidades, la comida
es multisignificativa, para cada ser tiene un contenido, según la época y la
necesidad…!
¡La abuela espera a sus hijos y
sus nietos, ya pasó su tiempo de buscar el amor y el amar de un hombre, que después,
resultó el padre y el abuelo, el abuelo que ya falleció, pero la abuela, vuelve
al cocido, y, a la fiesta, para la alegría de sus nietos, que están lejos, y,
que vienen a la feria y fiesta del cerdo y del cocido de Lalín…! ¡Somos seres
humanos, que hacemos tragedias tristes y que no deseamos recordar, -el siglo
veinte se han llenado de algunas de esos teatros trágicos-, pero también
creamos y criamos multitud de realidades pequeñas, que son alegres y
esperanzadoras y sonrientes y que calientan el alma y la carne y el corazón y
la conciencia, una de ellas es la fiesta del cocido que comentamos y el cocido
en sí…!
Nosotros los que redactamos
hormigas de palabras formando ideas e imágenes y conceptos, y que después lo
incrustamos en una salchicha que llamamos artículo periodístico. Redactamos
ideas para mostrar esperanza, para lo rutinario y normal, abrirle las carnes y
los colores, y, que encontremos nuevas imágenes y perspectivas y dimensiones,
nuevas esperanzas. Que lo obvio y evidente, de tanto verlo, de tanto
saborearlo, de tanto conocerlo, de tanto oírlo, quizás, una frase de cuatro
palabras, nos otorguen un pequeño significado nuevo y matiz… Queremos calentar
las almas con palabras y con garbanzos. Porque somos muchas realidades en una
unidad substancial. Queremos que con una frase, a alguien, le hagamos olvidar
sus heridas, ya que todos arrastramos esas sinfonías de dolores, antiguos o
nuevos, o temores de futuros, o ausencias. O, realidades que podrían haber sido
de otra manera. Es arar y unir y sembrar lo terreno y lo cotidiano y lo
metafísico, en un segundo, en una cucharada de garbanzos en la forma del cocido
gallego…
La comida es el carrusel de haber
cambiado ingredientes naturales en otras realidades, que llamamos comida
humana. Una vida de cien años, si cada día, degustásemos una comida/plato
diferente, nos faltarían varios siglos para haber probado todas las comidas,
todos los alimentos, todas las combinaciones, todas las formas que hemos sido
capaces los seres humanos, a lo largo de milenios de haber sido capaces de
crear e inventar y criar y construir y producir e inventar… somos inventores de
comidas, no solo de palacios, no solo de catedrales, no solo de ciudades!
¡Las comidas crean lugares, crean
aldeas, crean ciudades, crean culturas, crean amores, crean niños, crean
esperanzas, crean sociedades, crean Estados…! ¡Somos comida, aunque no solo
somos comida…! ¡Somos como una especie de gran cocido…!
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jmm caminero (20-31 mayo 2023 cr).
Fin artículo 3.602º:
“Gastronomía: Cocido de Lalín”.
E.
31 mayo