Artículo Periodístico 3.632º: “Las cuatro virtudes cardinales y Marta Robles”.
Desde
la antigüedad, antes, incluso que los curas y el cristianismo existiesen,
siempre se habló de las grandes virtudes para la vida social y política y
familiar e individual.
Estas cuatro virtudes, como todo
lo humano, se ha ido fraguando a lo largo de siglos y milenios, son en el
lenguaje actual: prudencia, equidad-justicia, fortaleza y templanza.
Durante siglos, al menos en
Europa y al menos en España, no olvidemos que cuando se produjo la
Independencia Americana, -se dijo/dice, que entonces, se editaban y
publicaban en Norteamérica más libros sobre cristianismo y sobre moralidad
cristiana y religión cristiana, en todas sus formas de iglesias evangélicas,
que se llama ahora, que libros de otras materias-. Es decir, que el
cristianismo, aunque está/esté olvidado/ignorado/tapado/escondido este dato,
fue un elemento esencial en la ideología de aquella época de las Trece
Colonias, y, por tanto, también en los procesos sociales e históricos de
aquellos momentos.
El error del hoy, y, hoy, es un
signo temporal muy largo, puede ser ayer y puede ser mañana, y, puede ser desde
la segunda guerra mundial, y, no sé, hasta donde continuará, pero parece que en
Occidente seguirá varias décadas, se ha olvidado, en/de la teorización y conceptualización
y enseñanza, eso de las cuatro virtudes cardinales y eso de los siete errores
morales graves –antes llamados pecados capitales-. Y, sin estos dos conjuntos
de conceptos, el ser humano, nos guste o disguste no se puede entender a sí
mismo, no puede entender a los otros. Sin estas dos concepciones teóricas, y,
después, intentando llevarlas a la práctica, el ser humano es un ser, no solo
de lejanías, según la oratoria poética y literaria, de un famoso libro y
concepto, sino que es una marioneta en manos de todo/s, menos del propio
individuo…
Todo esto me ha llevado a pensar
y repensar, ampliando el marco, sin quedarme en la anécdota o realidad o motivo
de él, a raíz de un artículo de la escritora y periodista y articulista Marta Robles, titulado La
Templanza, publicado el 20 de mayo del 2023 en La Razón. No soy yo,
quién va a juzgar el artículo porque no lo hago, en casi ningún caso, y, como
ya saben, si es que tengo algún lector/a fiel, estoy rodeando esta península
ibérica, recordando a decenas de articulistas y artículos redactados en estos
dos últimos siglos. Y, hoy, le ha tocado a esta escritora columnista.
Me interesa más, si algún
periodista saliese a la calle, o cualquier persona, yo le he hecho la pregunta
a personas que enseñan hoy ética o enseñan religión, sin entrar en qué adjetivo
o en qué concreción, si enseñan los siete pecados capitales y si enseñan las
cuatro virtudes cardinales. Cardinales, porque de ellas nacen y surgen otras
nuevas. Diríamos son el fundamento y el pilar de una moral de virtudes y de
bondades que todo ser humano se construye. Es el edificio moral esencial de una
persona. Porque hay que fundamentar bien un ego y un yo y un nosotros colectivo
en lo ético y lo moral. Para desde allí ir haciendo crecer el mundo interior, y
la proyección del mundo interior hacia el exterior. Decía, que si se enseñaba,
y, me han dicho que no…
Si los periodistas hiciesen una
encuesta en el público general, verían que una gran parte de la población no
conoce estos conceptos. Si las palabras, porque todavía no han sido asesinadas
del saber popular y general. Pero muchos y muchas no sabrían lo que significan…
¿Y, qué significan le pregunto a usted apreciable y estimado/a lector/a?
No sé si la epidemia, porque es
una epidemia, no solo pandemia, de amoralidad, inmoralidad, antimoralidad
existente hoy en Europa, también en España, se debe todos los factores/causas:
debido a las evoluciones sociales y naturales de individuos y colectivos y
Estados y culturas, debido a la libertad y a la tolerancia. No solo si es
debido a eso. Pero este conjunto de factores, se completan y complementan.
Porque diríamos, que quizás, hayan colectivos y poderes, que piensan que con
una amoralidad social, es más fácil venderle toda clase de objetos y cosas y
mercancías y servicios.
Y, también, otros colectivos de
poder, puedan pensar, que con una amoralidad social, solo que sea/exista el
resorte la ley general jurídica, es más fácil dirigirlos y gestionarlos
políticamente. Y, no sé, si existe un colectivo, minoritario, muy minoritario,
pero con cierto poder, que desean que los hombres caigan en el mal, y por tanto
en la inmoralidad, y, por consecuencia más
sufrimientos-angustia-penas-desesperaciones atrae siempre la no-moralidad
correcta, y, así haya más personas que vayan al infierno…
Podría indicar, otros grupos de
posibles razones. Pero este cuatro conjunto de causas, motivos, razones,
argumentos, instrumentos, quizás, estén en el fondo, de este intento, evidente
y claro, de relativismo y materialismo y hedonismo y antimoralidad. Esa
moralidad que hemos heredado de siglos. Y, esa moralidad que nos ha hecho
grandes, ser lo que somos… Esa moralidad, evolucionada durante siglos, desde el
mundo griego y el mundo hebraico que nos ha hecho ser grandes civilizaciones y
culturas y atravesar los siglos y las crisis de cada siglo…
¿La pregunta es, sin una
moralidad correcta, mayoritaria en una sociedad, esa sociedad no acaba cayendo
a/en la decadencia, y por tanto, todo caerá tarde o temprano…? ¿Caerá la
hegemonía política, la hegemonía cultural, la hegemonía moral, la hegemonía
estatal, caerá, quién sabe Occidente y caerá Europa, y, quizás, pasemos siglos
bajo el mando y el mandato de otras morales y de otras hegemonías y de otras
culturas y de otros Estados…?
¿Pero es eso lo que quieren,
algunos o muchos, que caiga Occidente, que caiga Europa, que caiga España…?
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jmm caminero (10-14 junio 2023 cr).
Fin artículo 3.632º:
“Las cuatro virtudes cardinales y Marta Robles”.
E.
14 junio