Artículo Periodístico 3.628º: “Luz Sánchez-Mellado y la literatura audiovisual”.
Ya,
llevo unas cuántas décadas existiendo sobre este planeta redondeado que es un
trozo de una galaxia y un trocito de un universo inmenso que no sabemos lo que
es todavía.
Lo cual me ha llevado a darme
cuenta y ser consciente, que en cada década, la mayoría de la población,
indica, que no percibe y gasta algo de sus minutos, al menos, cada semana, en
percibir algo de esos programas, que tienen muchos nombres y muchas temáticas,
pero que indican que son de bajo nivel estético y bajo nivel conceptual y bajo
nivel cultural…
No voy a entrar aquí, si son
ciertas todas esas características, que puede que lo sean, a semejanza que
existe filosofía de alto calado y de mediano calado, literatura de alto nivel y
de bajo nivel, y productos televisivos, incluido el cine, y, todas las artes,
que los humanos las califican de alta calidad y de media calidad y de baja
calidad.
En la calle, hace décadas, todo
el mundo veía los programas documentales de la “
Yo, mismo hace años, lustros ya,
cuándo los descendientes eran pequeños, después del colegio, para que
degustarán mejor la comida, quizás para que olvidasen un poco la rutina, poníamos
algunas veces, algunos días, trozos de tiempo de aquello, “Aquí hay tomate…”. Un
alguien siempre con preguntas y cuestiones metafísicas, incluso cuándo va
caminando, dedicaba un tiempo, varios tiempos a la semana, a dicha proyección…
La periodista y articulista
notable Luz Sánchez-Mellado, redacta
un artículo el 11 de mayo del 2023, en El País, titulado: Yo
veía ´Sálvame´. Creo que la tesis de esta escritora es acertada. Puede
existir literatura de alto nivel y literatura de mediano nivel y literatura de
bajo nivel –al menos, siempre que no sea inmoral e ilegal-, pues cumplen fines.
No todos, podemos entender, la
alta matemática, yo, al menos no, pero me temo que no todo pueden entender el Ulises
de Joyce, o En Busca del Tiempo Perdido
de Proust, o La Fenomenología del Espíritu
de Hegel, o La Capilla Sixtina de Miguel Ángel, o La Summa del Aquinate… -yo, a medias o a un cuarto,
quede claro que tampoco me estoy poniendo medallas, pero también es cierto, que
toda la vida, he intentando descifrar esos productos culturales y
antropológicos y psicológicos y metafísicos, usted quizás, no tenga esa
obligación, pero yo sí…-.
No sé si es que nos sentimos
inferiores, en muchos aspectos, y no queremos demostrarlo, ni mostrarlo. Por
eso en mis tiempos de hace décadas, nadie veía el “Aquí hay tomate”, todo el
mundo veía la cadena dos de RTVE. Y, ahora, nadie percibe esos programas que
tienen muchos nombres, como adjetivos, programas de la realidad, pero que estos
siguen, en la parrilla, algunos años, uno del amor, otro de las tentaciones,
otros en algunas cadenas regionales también de parejas-amor, que ya no sé,
cuántos siglos está puesto –no citaremos nombres…-.
Al final, la mayoría de personas
le interesa el amor y el amar y el sentirse amados y el sentir que se ama. Quizás,
la gran literatura o el gran arte o el gran cine y la gran televisión, como la
media o baja, como producto de contenido y estético y perceptivo, lo que se
define, es si describe esa necesidad del ser humano de ser amado y ser querido
y ser estimado y ser valorado y ser/estar. Todo ente necesita ser, diría
reinterpretando a Tomás de Aquino,
yo diría, ser y estar. Eso sí, con verdad y bien y bondad y racionalidad… y,
mesura…
Ahora nadie, veía Sálvame,
cuándo ahora, se saben los minutos y la cantidad de personas que están delante
del televisor o del móvil o del ordenador. Al final, sentimos y necesitamos
conocer las vidas de famosos y famoseados. Porque así, sentimos, que los ricos
también lloran. La verdadera novela, no es como en el siglo diecinueve, las
novelas a trozos, publicadas en periódicos, sino son estos programas de
televisión.
Que tal persona y personaje se
casa, que esa tal tiene un hijo como usted, que también después, existen
problemas familiares, quizás, que les ponen arboladuras, que al rato de meses,
se encuentra con otro amor. Está usted viendo una obra de teatro y una novela y
una película… pero real o casi real. No es ficción, le sucede no a un personaje
inventado, sino a un personal real medio inventado…
Por eso, esos programas cumplen
funciones de alto nivel estético y artístico y cultural, son una especie de
curación de los males que todos llevamos dentro. Si esa actriz con unas tetas
como montañas, que se mueven los peces cuándo va al mar para mirarlas. Si esa
persona con esos atributos también llora por el amor y el desamor como usted.
Pues eso produce en la mente consciente e inconsciente, una especie de
consuelo, de catarsis, de terapia, de curación o semicuración.
No solo somos iguales todos,
hasta ahora, ante la muerte, sino también ante el desamor… Por eso, estos
programas son literatura, por eso, cambiarán de títulos, de presentadores, de
marcos estéticos, de guiones, pero al final, todos tratarán de los mismos
temas, de esos en los que todos somos iguales: del amor y del desamor, de las
alegrías y de las penas, de la edad que atraviesa nuestras pieles y nuestros
corazones, y, también, de las bodas y de los nacimientos y de los sepelios. Por
eso Luz Sánchez-Mellado, periodista
y escritora y observadora de la realidad, intentando que sea sin
hipocresías/mentiras/autoengaños, lleva razón, todos vemos estos programas, o
al menos, algunos trozos y en algunos días/tardes/noches… Paz y bien…
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es ©
jmm caminero (07-14 junio 2023 cr).
Fin artículo 3.628º:
“Luz Sánchez-Mellado y la literatura audiovisual”.
E. 14 junio