Artículo Periodístico 4.301º: “Qué podemos decir sobre las ciudades y Manuel Machado”.
Si
miramos crónicas sobre ciudades del pasado, nos encontramos con detalles que
nos sorprenden, pero mientas alabamos las grandes capitales del mundo olvidamos
la nuestra.
Qué
es una ciudad y qué es un viaje. Dicen que en fotografía, que desde hace
décadas hay asociaciones de fotógrafos en todos los lugares de Occidente,
supongo que del mundo. Que los mismos asociados en sus ciudades o comarcas o
aldeas, piensan que hay pocos motivos de fotografiar, pero van a otras, y, todo
les sorprende y todo es potencialmente fotografiado.
Algo
semejante ocurre con las ciudades, alabamos hasta la saciedad las grandes
ciudades, antes solo de Europa, después se anexionó Norteamérica, desde hace
unas décadas el planeta… Ya, no solo existe Paris o Berlín o Londres o Madrid o Roma o Nuevas York, sino
docenas de ciudades con más de un millón de habitantes que existen en todos los
continentes.
Los
medios de comunicación, sea televisión o Internet ha puesto de moda dos realidades:
una la gastronomía, otra los viajes. Ambas unidas. Y, así, por un lado se
incentiva el ánimo de viajar, el ánimo de mover el dinero, el ánimo de que la
economía siga funcionando y no colapse. Cada principio de verano, las
televisiones te inundan de esas realidades, de los viajes, cuando saben que la
mitad de la población no lo hará, o solo a sus pueblos de origen, o solo
algunos días. Es como si en el verano las fiebres del movimiento se abrieran en
las carnes de las conciencias y consciencias.
Hoy,
en este viaje cultural que estamos haciendo por el articulismo de esta Piel de
Toro, nos hemos encontrado con Manuel
Machado Ruiz (1874-1947), un artículo titulado: Un libro encantador sobre Paris,
publicado en El Liberal, el 10 de junio de 1902. Como se lee deprisa, quizás
no seamos conscientes que ha pasado ya ciento veintidós años. Dicho libro lo
publica Gómez Carrillo en Barcelona.
Supongo que usted, ni yo, conocemos quién fue este escritor y quién fue este
viajero…
¡Quién
sabe, me pregunto! Si este libro que narra realidades y cosas de Paris, influyó, pudo haber ser leído
por el joven Picasso y otros
artistas que llegaron por esos tiempos a ese mar de Paris, dónde estaban todas las vanguardias artísticas. Porque a
veces, olvidamos que no empezó la vanguardia el cubismo, sino antes hubo el
impresionismo y el simbolismo y los fauve y... París era la capital del arte plástico y de otras artes en aquellos
tiempos. Después las guerras internas europeas llevaron la capital de las
Artes, saltaron y cruzaron el charco del Atlántico, el Mare Nostrum de la época
moderna, el Mare Nostrum del mundo anglófilo…
Estimo
y valoro y creo que el viaje es exterior y físico y el viaje es interior y
mental y espiritual. Los dos viajes se pueden producir al mismo tiempo. Pero
nadie narra, una realidad existente, que tanto se está incentivando el viaje y
la necesidad del viaje, que no nos narran y cuentan, que también ocurren cosas
desagradables en esos periplos. Que intentar ser un Ulises moderno, tiene sus peligros, y, que muchas personas no son
prudentes en sus viajes, especialmente, fuera de sus propios países, culturas,
sociedades, religiones, civilizaciones. Con lo cual, no voy a ser yo, quién va
a hablar mal del viaje, pero me veo obligado a indicar, que también, muchas personas
traen lloros amargos de los viajes, porque les pueden suceder cosas negativas…
Por tanto, prudencia.
Pero
ocurre una realidad, también real, realidad-real, diríamos, alguien viaje mil
kilómetros o diez mil kilómetros, y, no ha visitado ninguna vez, un museo que
existe en su localidad concreta, que está a mil metros de su casa y vivienda y
hogar. Puede suceder, que existen en las ciudades medianas de esta Hispania,
una media docena de museos o una docena, y, algunos no han sido visitados, por
la misma persona que viaja cien mil metros.
También
sucede y puede suceder, que alguien en ese turismo cultural natural y del
paisaje que tanto se estila, que hace unos días, para recorrer las montañas y
los valles y los ríos de tal lugar lejano y exótico, y, quizás a veinte o
treinta o cincuenta metros de su lugar de nacimiento o de su espacio de
vivienda habitual, jamás lo haya visitado…
Como
todo artículo periodístico de opinión, expresa simple y llanamente una opinión.
Y, dicha opinión puede ser errada o equivocada o acertada o verídica, o ambas
cosas a la vez, en proporciones diversas. Hoy, aconsejo dos cosas, que quizás Manuel Machado ha quedado obnubilado y
solapado bajo el peso de su propio hermano y, que quizás se le debería leer más
a Manuel Machado, y, segundo, que
vaya usted a su localidad, si existe oficina de turismo, recoja un papel que le
enseñe los lugares, y, que empiece a visitar tranquila y sosegadamente sus
calles, sus esculturas, sus monumentos, sus historias.
Encontrará
que a unas decenas o cientos de metros encontrará de su hogar, a su lado,
hallará realidades que pueden ser importantes. Que también su pueblo tiene
historia. Porque en su pueblo o aldea o comarca o ciudad mediana han existido
corazones que han aspirado a la verdad, al bien, a la bondad, a la belleza.
También su pueblo tiene historia… También su pueblo es y existe…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (26 junio-07 jul 24 cr).
Fin artículo 4.301º:
“Qué podemos decir sobre las ciudades y Manuel Machado”.
E.
07 julio