Artículo Periodístico 4.310º: “¿Qué hacen los escritores consagrados con los escritos de otros escritores no consagrados?”.
¿O, concretemos que hacen los
escritores, especialmente consagrados, cuándo reciben manuscritos fotocopiados,
primeras ediciones de autores/as desconocidos?
Este es un tema que raramente se
toca, se escribe, se dice o se habla. Pero todos, si miras las biografías de
las genialidades, de antaño y del presente, todos o casi todos, no digo que
hayan tenido mentores, pero si en muchos casos, algo semejante a este concepto.
A muchos, por recomendación de otros, sea epistolar, sea telefónica se le han
abierto estudios y talleres de otras personas que llevan décadas en esa
actividad cultural –sea la que sea-, y, por tanto han tenido un contacto con
ellos o con ellas.
Por tanto, lo anterior es casi
universal. Pero existe otro grupo, que no tienen acceso de viva voz, de entrada
a sus estudios, de tomar un café, de llevar una carta, como aquellas que Umbral nos indica que Delibes le otorgó, para presentarse
ante varias personas en Madrid. Sino que existen otras personas, autores y
autoras, que no tienen ninguna forma de conocer de rostro y de hablar, aunque
sea en un modesto cafetín ante un humilde café y hablar de cafés y cafeterías y
cafeteros culturales y de escritores o pintores o músicos o ensayistas –según
la especialidad…-.
¿Qué hacen esas personas…? Hasta
dónde conozco por la voz de otros, y, por la experiencia, pues de vez en
cuando, si son capaces de encontrarse con alguna dirección, envían en sobres
sus manuscritos fotocopiados, sus primeras ediciones, sus disquetes cuándo
existían, sus discos en CD o DVD, ya en decadencia, ahora los Pen Drive, y,
cosas semejantes. Con la esperanza, uno, no sabe si esa persona lo valore y le
conteste y le descubra, o le presente a otras personas. Así, suele ocurrir que
de vez en cuando, va enviando y mostrando a unos y a otros, según tiempos.
Ahora, también por correos electrónicos.
Y, lo mismo no solo a otros
escritores, sino también críticos, profesores de universidad del ramo,
entidades culturales, personas de la administración en ese saber, bibliotecas,
fundaciones, etc. En definitiva, que si juntasen todo el dinero que se han
gastado en fotocopias y semejantes, en autoediciones, y en envíos más de uno se
compraría un trozo de tierra en forma de garaje apreciable.
Por eso y otras razones, he
indicado multitud de veces, que se creen directorios, dónde el que quiera
estar, sin selección previa, exista una ficha de cada persona, por
especialidades o artes o saberes, y, así, el que quiera saber o conocer tenga
un lugar dónde ir. Cada autor/a una página con mil palabras, dónde se introduce
algo del trabajo de esa persona, bibliografía, curriculum, enlaces a redes,
etc. Eso, haría pasar las actividades culturales del siglo diecinueve al
veintiuno. Más hoy, que la electrónica lo permite…
Pues en esta dicotomía y diálogo
y dilema y debate y monólogo, me he encontrado con un artículo, del notable
escritor, fallecido hace casi dos años, Javier
Marías Franco, en el cual de alguna manera toca este tema entre otros, titulado:
A
Kant ni caso, publicado en El
Semanal, con
fecha del 27 del ocho del 2.000 en el que trata de esa correspondencia entre
lectores y escritores –pero que se podría extender a todas las actividades
humanas-, entre escritores consagrados y escritores olvidados...
Ahora, nos encontramos con una
situación particular. A mi entender. Cada persona recibe tanta información y
tanta documentación, en forma de imágenes, sonidos, palabras, conceptos, ideas,
que podemos pensar que es imposible que alguien pueda leer con detenimiento y
pensar todos esos datos, y, a todas las personas que están detrás de esas
informaciones y conceptos o argumentos o razones o motivos o fines o intereses…
Hoy, la gran pregunta es si una obra genial se puede perder, para muchos es imposible,
porque existen las redes electrónicas, y, para otros es más fácil, porque en un
silo con cien toneladas de granos de arroz, quizás sea más fácil se pierda o se
olvide un grano de diamante o de plata o de otro o de platino entre el arroz
cereal comestible y con glucosa…
Pero todos los autores y autoras,
o casi todos, por si existe una excepción ha intentado hablar con algún pope de
la cultura de su especialidad, todos o casi todos, por si existe una excepción
ha escrito alguna vez, o muchas veces, a algunos de los popes de la cultura de
su especialidad. En este caso de la escritura, de la literatura, del
periodismo, de y de…
Debo confesar, que yo he escrito
a cientos de personas, a miles de personas que tienen el titular de escritores,
pensadores, filósofos, ensayistas, he escrito cartas, he escrito correos
electrónicos, he enviado documentación… y, debo confesar que de los popes de la
cultura, solo me contestó Eduardo
Mendoza, con una pequeña tarjeta. Cosa que siempre he agradecido.
Aquí, mi homenaje a Javier Marías que nunca me contestó y,
a Eduardo Mendoza que si lo hizo…
Paz y bien y buena voluntad y eficiencia racional también en la cultura…
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (04-07 julio 2024 cr).
Fin artículo 4.310º:
“¿Qué hacen los escritores
consagrados con los escritos de otros escritores no consagrados?”.
E.
07 julio