Artículo Periodístico 4.313º: “Recuerdos y Javier Marías”.
Me digo a mi mismo, debería
redactar más textos con recuerdos, cambiando en algo, de tanto que he
visto/padecido, de tanto que he pensado. Como todos rellenar artículos con ese
tema.
Puedes
narrar algo de la/tu infancia, algo de tu/la adolescencia, algo de las etapas
diversas de ser adulto, algo de la tercera edad. Algo de tus ojos y tu espejo y
de alma en y frente al espejo de otras personas. No es tu vida más importante
que los demás y que las demás, pero al narrar algo de ti, cuentas algo del
otro, ese universal que todos tenemos. No es egotismo, ni egoísmo, ni vanidad,
ni soberbia. Es, diríamos la realidad, alguien que se acerque a un texto
articulista de opinión, sabe que si el plumífero escribe de un panadero y una
panadería, está hablando de todos los oficios, y, también algo del pan.
Pero
siempre, te encuentras frente a la realidad, no deseas hablar de nadie, ni con
siglas, ni con invenciones, no deseas hacerlo, porque si realizas ese acto,
tienes que relatar que la luna pasa muchas fases. No puedes hablar bien de ti,
y, no bien de otros, no puedes hablar mal de ti, y, no mal de otros. No puedes
hablar solo bien de unos y solo mal de otros, sino que en todos y en ti y en
mí, existen venenos y dulces sabores de colores y formas y maneras…
Somos
una especie de racionalidad e irracionalidad, y, quizás, ninguna de las dos
somos capaces de autocontrolar de forma correcta y adecuada. Esta es la
realidad, y, este es el verso y el arado y el yunque de cada día. En cualquier
oficio. Cuándo y cual es la línea, que debes pensar y pisar, que alguien es mas
mala persona que buena, o cual es el surco donde una persona es más buena que
mala. Qué es una persona de buena voluntad. Siempre hablamos de los mismos
temas y problemas de siempre…
Hoy,
mirando y remirando me he encontrado un artículo que publicó en El
Semanal, con fecha del 14 de noviembre de 1999, por el fallecido hace
unos meses, el maestro de la narrativa y del articulismo, Javier Marías Franco (1951-2022) titulado: O quizá artimaña, que nos
narra unos hechos de una estancia en Estados Unidos, unos recuerdos de esos
hechos, unas interpretaciones… Estas son las tres realidades que disponemos
ante la memoria: intentar conocer qué recuerdos, unos hechos que representan
esos hechos y hasta qué grado y, unas interpretaciones de los supuestos hechos
y de los supuestos recuerdos…
Y,
todos soportamos ese baúl en la cabeza y en la carne y en el alma. Algunos
recuerdos, vuelven una y otra vez. Cómo fui capaz de hacer esto, cómo fui capaz
de soportar esto, cómo fui capaz de hablar esto, cómo no tomé otra decisión. Y,
se mezclan hechos y recuerdos, y, al final, ya no sabes dónde empieza uno y
donde termina otro. Y, luego y al mismo tiempo, se combina con la
interpretación. Y, así nos vamos curando, degustando ese cocido hecho de
patatas, garbanzos y berzas, que son hechos y recuerdos e interpretaciones…
Hace
unas semanas, en una conferencia o entrevista, ya no recuerdo bien, el
articulista de opinión política, Ignacio
Camacho, que ha publicado un libro sobre obituarios, de artículos de
obituarios, decía, con otras palabras, que no escribía esas piezas
periodísticas, para hacer sangre y cortar y pasar facturas a otras personas.
Por tanto, si entendí bien, indicaba, si de un obituario no podía decir algo
bueno, y, solo no-bueno o malo de alguien, no lo hacía. Que no era, no recuerdo
la palabra y la frase exacta, pero muy acertada, algo así, que no era una
matador de personas ya fallecidas en su memoria…
Digo
lo anterior, porque creo que esto también es aplicable a mi modesta pluma sin
tinta negra de hollín rezumado, sino de tinta electrónica. Alguno pensará, que
a todos los que cito, les digo o les pongo y expongo como un escritor o
pensador o artista plástico notable. Pues algo semejante pienso, lo mismo o
semejante que I.C., Ignacio Camacho.
No veo todo bueno y todo claro y todo luz, en mí mismo, por tanto, tampoco lo
percibo en los demás, en todos, yo y los demás, veo grises, porque no estoy de
acuerdo con todas sus ideas o con todas sus conductas, pero si cito a alguien,
no es para defenestrarlo, no soy crítico literario, ni crítico político, ni
crítico cultural, solo soy un modesto observador que piensa, que se acerca a la
ventana del mundo y se acerca a intentar entender y comprender...
Por
tanto, estoy haciendo una especie de homenaje, a mi estilo del articulismo
español o ibérico o celtibérico, por tanto, lo hago, besando sus artículos
concretos. Y, sé, que si se lee el original del autor equis, pongamos este
caso, el de Javier Marías, y, se
relee del que soy autor, pues son quizás, tienen un punto en común, pero
después, son dos árboles que miran hacia distinto lado. No escribo para
criticar a ningún autor/a, sino para aprender y aprehender de ellos y de ellas.
Y, si encima que aprendo algo, porque siempre aprendo algo, tengo que tener la
dignidad, aunque existan otras cosas, que no me gusten, pero tengo que tener la
caballerosidad de quitarme el sombrero imaginario que no tengo, y, darle un
pequeño homenaje.
Y,
si en un caso, no puedo hacerlo, simplemente no escribo un artículo –cierto que
de cientos no escribiré, no por eso, sino que existen cientos y cientos de
columnistas en este terruño ibérico, no puedo hacer de todos, ni de todas una
columna-. Por eso, invito a usted que continúe saboreando artículos de opinión,
en general, de muchos autores/as y también, de Javier Marías, aquí mi homenaje, lamentablemente, esperábamos que
le otorgasen el Nóbel, pero la luna se lo ha llevado a su seno… Busquemos a
otro autor/a de este Terruño Patrio y Matrio para que le otorguen el Nóbel…
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (01-14 julio 2024 cr).
Fin artículo 4.313º:
“Recuerdos y Javier Marías”.
E.
14 julio