Artículo Periodístico 4.307º: “Gente de Letras y Ramiro de Maeztu”.
Me
pregunto, que aunque las cosas cambian, existen costumbres arraigadas en el
mundo de la cultura, quizás demasiada crítica a los otros, poca autocrítica,
quizás muchos silencios…
Quizás,
desde el siglo dieciséis/diecisiete hemos caído aquí en el foso hispánico a
demasiada crítica en el mundo de la cultura, el siglo de oro estuvo lleno de
oro y de plata y de platino y de mierda. Hubo demasiada crítica, demasiadas
espadas verbales, aprovechando realidades ambientales fuera de la literatura en
sí, unos que eran descendientes de y eran sangre nueva, otros, que no tenían
suficiente talento, aquellos que venían de familias de pocos maravedíes. En
fin, no les voy a contar aquí, la historia de Cervantes, Teresa de Jesús, Juan de Yepes, Fray Luis de León, Quevedo,
Góngora, Lope de Vega, Calderón, y, otros, denominados de primera o de
segunda o de tercera espada y espadas. No soy yo, quiénes van a juzgar el valor
de las obras, para eso están los cátedros y críticos.
Pues
eso ha continuado, pero ahora, o siempre se ha hecho de dos formas
especialmente duras y trágicas y cortantes. Una, criticar a los otros, personas
y obras, sin piedad. Otra, ignorarlos y olvidarlos a sus personas y sus
producciones culturales. Estas dos dimensiones de la cultura, continúa siglo
tras siglo, sea en Madrid, sea en provincias. Parece que este virus evolutivo
darwiniano va constantemente adaptándose a las circunstancias y a los
ambientes. Ahora, indican que se han multiplicado en las Redes Sociales. Se
alaba unos productos hasta montañas como el Everest, y, quizás no sean tanto;
se critica otros hasta las fosas de las Marianas, y, quizás no sean tan bajos,
y, sobretodo se ignoran a otras personas y obras, como si estuviesen relegados
en campos de concentración del Sahara, perdidos en cuevas sin contacto con el
aire del mundo…
Me
he encontrado con un artículo de Ramiro
de Maeztu, titulado: Gente de Letras, firmado en 1896,
que lo he tomado del libro, Una mirada a España, que es una
antología de columnas de Maeztu. Y,
me atrevería a indicar y a expresar y a decir, que con la legalidad vigente de
los derechos de autor, que alguna revista de cultura o algún suplemento cultural
o algún periódico vuelvan a publicar esta columna periodística de opinión.
Porque, evidentemente, con las modificaciones de los tiempos, en lo esencial
ocurre lo mismo hoy.
Cierto
es, que hoy, no existen tertulias literarias, como las que él cuenta, que los
contertulios se pasaban toda la tarde en ellas, e, iban a sus casas y volvían
hasta altas horas de la noche. No sé, si esto es posible. ¿Porque de qué vivían
y de qué trabajaban, y, cuando escribían y cuándo pensaban y cuándo leían…? No
sé, cuánto es o era realidad y cuánto es y era metáfora e hipérbole y
exageración y cuento en este artículo de Maeztu,
aunque con una esencia de realidad y de verdad.
Ahora,
ahora dirán se pasan muchos, tardes enteras, de alguna manera y de otra,
picoteando como las gallinas en decenas de páginas de Internet, algunos
comentando unas cosas y otras, aquellos leyendo lo que se dicen sobre sus
producciones y sobre los otros. También, en medio informándose de lo último y
de lo actual. Pero es inmenso este dragón no hay término, no hay final, siempre
hay algo nuevo. Y, quizás lo bueno y nuevo, se pierde en la ingente cantidad de
trigo y cereal esparcido por el mundo de la cultura. ¿Hoy, hay que seguir
haciéndose la pregunta eterna, se perderán obras geniales y maestras en la barahúnda
de masa de toneladas de cultura creada o inventada o imaginada o diseñada…?
Cierto
es, que cada uno habla según le va la feria de la cultura. Según la edad, según
las esperanzas. Un escritor y articulista notable, el señor Jesús Nieto de Málaga, leía el otro día que indicaba, que solo si se
quiere triunfar en las letras, hay que venir a Madrid. Si entendí bien, muchos,
se encontrarán con el silencio y el fracaso expresaba a media voz, pero que
alguno o algunas voces triunfarían. Que hay que seguir haciéndolo en Madrid.
En
definitiva, en el reino de las tertulias, aunque ahora no sean como las de
finales del siglo diecinueve, que de alguna manera, perduraron hasta 1950. Y,
después, el mundo cambió, cuando decía Mingote,
también estando en tertulias, que entonces, hacia los años cincuenta las tardes
eran interminables, pero que ahora, hablando de finales del veinte, ya nadie
tenía tiempo…
Diré,
diré otra vez, lo que he escrito hasta la saciedad. Creo que la cultura le
faltan directorios, directorios por artes y por oficios y por territorios. Esos
directorios, fichas de cada autor o autora, como máximo de mil palabras.
Podrían explicar la labor de cada uno. Y, así, el que quisiese enterarse de la
producción de los otros, tendría un hilo del que tirar. Creo que esto es lo
esencial y este es la llave si queremos que la cultura tenga una realidad real.
Que la cultura sea y sirva para el ser humano. Si queremos que sea justa, que
alguien que lleve diez o treinta o cincuenta años fabricando ideas culturales,
en el campo que sea, al menos tenga una posibilidad de ser y estar en este
mundo, de que su trabajo permanezca, aunque sea a medias...
Esto
les digo a las Gentes de Letras…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (29 junio-07 jul. 24 cr).
Fin artículo 4.307º:
“Gente de Letras y Ramiro de Maeztu”.
E.
07 julio