Artículo 4.809º: “La Semana Santa y tú”.
Creo
que nunca he escrito un artículo sobre Semana Santa, me parece una realidad tan
compleja y tan simple. Y, desde niño ésta ha pasado ya por tantas fases, que no
sé si hacerlo.
Me
he encontrado con una columna del maestro del articulismo Francisco Umbral, titulada simplemente: Semana Santa, publicada
en El
Mundo, el 23 de marzo del 2005, dos años y cuatro meses antes de su
tránsito. Porque al final, la Semana Santa tiene mucho que ver con la vida y
con la no-vida, con la vida de todo y con la muerte de todo, pero sobretodo con
la muerte propia. Como casi todo lo que hace el ser humano, siempre hay una
realidad externa, más o menos objetiva, y, otra realidad interna, más o menos
subjetiva.
Tengan
en cuenta ustedes, que de niño, todavía recuerdo, el día del Viernes Santo, por
multitud de razones, en mi ciudad, no había cines, es decir, existiendo cines
se cerraban las proyecciones. La sociedad en cierto modo, no era solo un día de
fiesta, aunque los mercados si estaban abiertos, si mi memoria no me falla, hay
que continuar comiendo, pero se restringía todo, para que el ser humano
reflexionase, orase, meditase, pensase. Aquella vida, que yo ya llegué en sus
últimos estertores, aquella vida era otra vida a la actual. No sé, cuántos
ciudadanos jóvenes de hoy, menos de tres décadas en años, saben los orígenes de
la Pascua o Semana Santa cristiana en relación a la del Antiguo Testamento…
Según
el adagio de siglos, Dios es como una tarta, y cada uno coge o toma o degusta
lo que quiere o lo que puede. Esto pasa con todo lo religioso. Debo confesar
que nunca me han gustado mucho las procesiones, pero también debo indicar que
no he estado en contra de ellas. Creo que surja en el espacio público algo de
lo sagrado es bueno para el equilibrio personal e individual y colectivo de los
grupos y de los pueblos y de las sociedades y de los individuos y de las
familias.
Al
final, sabemos que existían procesiones en el mundo Antiguo Egipto, en Grecia,
en Roma, y, posiblemente en todas las miles de ciudades Estados del mundo
antiguo, y, posiblemente en todos los imperios que surgieron en Oriente Medio
al mismo tiempo que el Antiguo Egipto. Tenemos que aprender a pensar, que no
somos solo de Grecia y Roma, sino también de Cartago, herederos de cientos o
miles de ciudades-comarca-Estado repartidas durante siglos y milenios antes que
esos imperios. Y, desde luego biznietos de los imperios mesopotámicos, del
antiguo Egipto, del Oriente Medio...
Muchos
niegan el valor de la Semana Santa, de las procesiones incluidas, por algunas
razones, pero no son conscientes, que la Semana Santa, es mucho más, que las
procesiones, más que los días de descanso, más que los ritos religiosos. La
Semana Santa es algo que nos une, no solo a Atenas y Roma y Cartago, sino
también a Jerusalén… y, éstas estaban unidas a sistemas sociopolíticos, son
herederas en parte de los imperios antiguos… Se han encontrado un sarcófago en
el Antiguo Egipto, que están enterrados y momificados unas docenas de toros,
toros sagrados. Se celebraban fiestas en su honor, procesiones, y, ritos. El
ser humano necesita los ritos, ritos seculares, que todavía asistimos a su
realidad, ritos religiosos, ritos mitad religiosos y mitad seculares...
Creo
que si Europa mirase más al mundo antiguo, no solo Roma, Cartago, Grecia,
Jerusalén, pueblos celtas y germanos, no solo a esa época y sus imperios y sus
ciudades-Estados o tribus federadas, a cientos repartidas por Europa y el
Mediterráneo, sino antes de ellas, entenderían y entenderíamos mejor el mundo
presente. Si de verdad mirasen hacia el pasado, el pasado más allá del pasado,
si mirasen los cuatro y cinco último milenios antes de nosotros –no olviden que
las Pirámides, las Grandes se montaron hace cuatro mil quinientos años-, para
realizar esos monumentos ya tendría que haber Estados organizados. Y, un Estado
está montado cuándo dispone de Poderes ejecutivos-legislativos-judiciales,
militares, religiosos, culturales, etc.
Si
esta Semana Santa –no sé cuándo se hará realidad pública este artículo, si
mirasen más esta realidad de Semana Santa-, y mirasen más seriamente los cinco
últimos milenios aquí en la cuenca del Mediterráneo, entiendo Mediterráneo,
toda Europa actual, toda la cuenca del Mediterráneo, las dos orillas de este
trozo de Océanos Atlántico que es el Mare Nostrum, y, el Oriente Medio y
Próximo, se darían cuenta, mirando cuatro o cinco milenios de evolución, que
Europa necesita hacerse un Estado, un Único Estado lo antes posible, y, que
España no se debe dividir. Porque siempre el futuro, el futuro a medio plazo,
no ya solo el lejano no se sabe lo que sucederá. Jamás, los humanos no prevén
el futuro. Y, juntos como diría en la película de Gladiator, “juntos y unidos, que ya somos pocos estando juntos,
pero juntos podemos hacer frente a los que nos venga del futuro o al menos
hacerlo mejor…”.
Cuándo,
vea usted una procesión por su pueblo o aldea o barrio o por la televisión, o
por el lugar donde se ha ido de vacaciones. No se ría por dentro, no caiga en
el error de darle poca importancia. Porque la procesión que usted está viendo,
es la evolución cultural, de milenios, al menos de cuatro o cinco, posiblemente
de más.
Y,
por otro lado, esa procesión es un símbolo de lo que somos, de la unidad que
somos, de la esencia metafísica de la que somos y aspiramos. La metafísica es
el pilar de la civilización, y, no es lo mismo tener una metafísica de fondo
cristiana, que budista o védica o
confuciana o… No lo olvide. No lo olvide, si de verdad se quiere a usted
mismo, y, quiere a sus potenciales biznietos. No lo olvide sea ateo o agnóstico
o… Paz y bien.
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (06-13 abril 2025 cr).
Fin artículo 4.809º:
“La Semana Santa y tú”.
E.
13 abril