Artículo 4.823º: “Gila: el genio y Manuel Vázquez Montalbán”.
No hay persona en este país, de
un color o de otro, que no haya oído hablar de esta persona/personaje, no ha
habido ningún escritor que no haya escrito alguna vez alguna línea sobre él.
Miguel
Gila Cuesta
(1919-2001) se le define como autor de viñetas de humor, pero especialmente
sobre los monólogos humorísticos. Aunque nadie sabe si ese humor es más
filosofía que mucha filosofía que se escribe por los grandes vates de los
especialistas. Gila es el símbolo de
nuestro país, una mezcla de Quevedo
y Cervantes, las dos grandes
tradiciones culturales, -siempre hay que incluir a Góngora, aquella tercera dimensión, que ante la realidad solo ponen
belleza-. Gila pone la belleza de la
palabra, para contar y curar las heridas de todos. Durante años, sí años en
televisión, si en la televisión nos narro lo absurdo y abstracto y lo
patafísico y lo surrealista de la guerra. Aunque dice, que estuvo frente a un pelotón
de fusilamiento y se escapó –nunca he sabido si esa noticia es cierta, porque
todo pelotón, siempre llevaba un responsable, y, no todos tendrían que estar
ebrios…-.
Gila es un
genio, Gila fue un genio. Gila fue el psicoterapeuta de varias
generaciones de españoles, especialmente después que vino de las Américas, y,
se instaló en Barcelona. De Gila,
personalmente recuerdo, algunas de sus viñetas, para algunos considerados uno
de los mayores genios en este género de la segunda mitad del veinte, sus monólogos
en televisión, y, también recuerdo, que el día que estaba en el tanatorio,
pasamos la familia por la misma calle, que veníamos del Museo del Barça, -por la
mañana en La Vanguardia, había leído su fallecimiento y dónde estaba su
féretro, y, que casualidad o azar, pasamos por la misma calle, a unos metros de
distancia-, si mi memoria no me falla, y, si es que estaba bien informado…
No sé, si existe en algún lugar
de esta Piel de Toro, algún monumento, no solo placa conmemorativa, una
escultura de Gila. Si no existe alguien, algún colectivo o entidad, de tantas
como existen, deberían hacerla. Hay quién piensa, que La Transición y Gila fueron los dos arietes de la pacificación de los
españoles, de las tres o cuatro Españas existentes, durante estos dos últimos
siglos. Las tres o cuatro están en el mismo territorio, están aquí. He vuelto a
Gila, porque me he encontrado con un
artículo del notable escritor y poeta y articulista y periodista Manuel
Vázquez Montalbán
(1939-2003), titulado precisamente: Gila o la Encarnación de la memoria,
publicado en El País, el 16 de septiembre de 1.989.
Por tanto, estamos mirando,
estamos mirándonos en dos grandes espejos, Gila
y Montalbán. Como todo en la vida,
no sabemos como serán considerados y valorados al final de este siglo, ni
siquiera sabemos qué consecuencias tendrán todos los cambios que las
tecnologías tendrán, especialmente la informática, en la Cultura. Quién sabe,
si dentro de cinco décadas existirán sistemas informáticos que escribirán
cientos de novelas cada día, cientos de viñetas de humor gráfico, cientos de
monólogos… y que serán tan profundos y tan esenciales y tan conceptuales y tan
estéticas, que no existirá persona de carne y nervios, que solo con su cabeza y
sensibilidad, sea capaz de distinguir si está realizada por “un programa
informático o por una persona de carne y hueso”, el famoso experimento de Turing.
Pero de momento tenemos que
considerar ambas personas, como dos grandes monumentos a la cultura, puede que
usted o su vecino no estén de acuerdo con la ideología de uno de los dos o con
los dos, o, por el contrario si esté de acuerdo. Pero la realidad es que son
monumentos de la cultura de estos últimos cinco décadas, digamos de la segunda
mitad del siglo veinte y algo del siguiente… al final, tenemos dos grandes
modos de conocer algo de la realidad, uno es el científico, y, otro es el
humanístico.
En el humanístico entran las
letras, las artes, incluso el humor, el humor del teatro, al final, el monólogo
es una variedad del género del teatro, o del humor en viñetas. Necesitamos reír
y reírnos y sonreír y sonreírnos de nosotros mismos. Para no morirnos de
tristeza y de angustia y de pena necesitamos la risa y la sonrisa. Por eso
existen, personas que pueden vivir profesionalmente de este oficio y profesión.
Incluso en las situaciones trágicas, siempre existe un momento, de cierta
ironía, de cierta sonrisa, es como si la mente necesitase ambas realidades, no
puede vivir y existir solo con la rutina, con lo negro, con lo diario, con lo
gris, sino que necesita un poco de color, un poco de sonrisa –dicen, que
incluso en las situaciones límites, si duran un cierto de tiempo, aflora algo
de la risa y de la sonrisa…-.
Creo que en estas semanas, en
este hoy que estamos viviendo en esta Celtiberia, necesitamos más que nunca
recuperar a Gila. Quizás, quizás Gila nos podría permitir volver a
reírnos un poco de nosotros mismos y del pasado. Sugerencia a quién quiera
escucharla, porqué alguna televisión, no vuelve a transmitir esos monólogos
después del telediario de la noche, un día a la semana o dos a la semana,
quizás, al ver otra vez a Gila y su
guerra, quizás seríamos capaces de curarnos las heridas, que parecían curadas,
pero que parece siempre están aflorando.
Mientras tanto, lea y relea
algunos de los nueve/diez mil artículos de opinión de Montalbán, porque entenderá el mundo, la realidad desde una
perspectiva diversa y diferente, Aunque usted o “su vecino Jose”, según el
anuncio, no estén de acuerdo con todas las ideas de ese autor, también es
bueno, tener en cuenta todas las perspectivas… Paz y pan y pax y bien, cosas
que tanto necesitamos aquí y ahora mismo, y, sosiego, y sosiego y sosiego…
http://youtube.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (14-20 abril 2025 cr).
Fin artículo 4.823º:
“Gila: el genio y Manuel
Vázquez Montalbán”.
E.
20 abril