Artículo Periodístico 3.497º: “Cocido Lebaniego y Día del Cocido Lebaniego”.
Lo
típico de siglos es lo que está inserto en el corazón de los hombres y mujeres.
Nos pueden llamar mucho la atención las cosas extrañas o extraordinarias pero
en lo pequeño está la verdad.
Posiblemente
durante siglos, generaciones, una tras otra, han tenido que vivir y existir y
sobrevivir en y de la tierra/mar/aire. Esos ecosistemas nos han permitido estar
en este mundo, adquirir energía en forma de alimentos, energía en forma de
materiales para calentarnos y ahuyentar animales y ser más pasables las largas
tardes y atardeceres de invierno. La vida es la esperanza de la vida. La vida
es la espera que mañana tenga más esperanza que ayer y que hoy. Es el caminar
hacia el futuro, esperando siempre sea mejor.
Con
esa combinación de garbanzos de potes, costillas de cerdo adobabas, chorizo
casero lebaniego, jamón con hueso, dientes de ajo, huevos, aceite de oliva,
pimentón, zancarrón, tocino, morcilla de arroz, repollo o berzas, sal, agua,
aire y fuego… Se combina todos estos elementos o substancias o ingredientes y
se conforma una sinfonía de formas y colores y sabores y gustos y vida. Porque
la comida es vida. Vida no solo de energía para alimentarse, sino energía para
seguir viviendo y existiendo. Al lado de un cocido se han celebrado fiestas y
lutos, bodas y sepelios, nacimientos y términos, acogidas y venidas y ausencias
y viajes. Somos todo eso. No podemos nunca definirnos del todo, porque vamos
cambiando por dentro y por fuera. El exterior nos hace y deshace, el interior
nos hace y deshace…
Los
platos con cazuela o con agua, cocidos, puede que sean de las formas culinarias
más antiguas que haya descubierto o inventado el ser humano. Es, posiblemente,
junto el asado o el fuego directo a la carne. Echar en un recipiente, en la
prehistoria posiblemente, sería una piel, arrimar agua y todo lo que se
recogiese o recolectase aquel día, sería una manera fácil de alimentarse…
Imaginar un cuenco de pieles con agua, y, se introducía trozos de vegetales, de
algo de carne, y, dentro dos o tres piedras calientes… Solo esperar y, aquí
tendríamos el origen de todas las comidas que durante milenios se han ido
depurando. Cuándo se inventó o descubrió la cerámica, ya el recipiente cambió y
hasta ahora…
Los
humanos no solo necesitan comer para aprehender calorías y energía, para que el
cuerpo siga existiendo en este mundo. Sino que la comida casi siempre va
acompañada de fiesta, en algunos días, en algunas fechas, en algunos
movimientos del sol y la tierra, solsticios –que se piensa son las fiestas más
antiguas de los humanos, en ellas se reunirían, posiblemente, grupos de humanos
prehistóricos, e intercambiarían ideas y utensilios y habría comidas y
casamientos y ceremonias religiosas-. Si nos fijamos bien, hemos cambiado en algo,
pero no en tanto…
En
esencia en cada casa y en cada aldea y en cada comarca y en cada provincia y en
cada región del mundo hay una especie de cocido sea con garbanzos, o sea con
otro vegetal o legumbres o leguminosas de base (Cocido de Lalín, cocido madrileño,
cocido maragato, cocido pasiego…). Pero en la Península Ibérica los cocidos con
garbanzos son casi ilimitados. Además ahora, se generaliza o se incentiva la
diferencia, lo pequeño que aporta, quizás una comarca, no pueda aportar tener
una catedral como la de Santiago o la de Toledo o de la Burgos o la de León,
pero quizás, tenga un guiso o un cocido que los pájaros al probarlos cantan la
novena sinfonía de Beethoven. Somos comida y somos en la comida, aunque creemos
que no solo somos comida…
La
Fiesta del Cocido Lebaniego o de Potes es una síntesis de ese deseo del ser
humano por no estar solo, por salir de la soledad, por estar con otros, por
comer y degustar comida con otros, por descansar del trabajo diario y de los
afanes de la vida, de la tristeza que se va sedimentando, si los humanos no
salen de sí mismos, si no se olvidan un poco de sí mismos, si no buscan al otro
ser humano, sean familiares, sean amistades, sean conocidos… no hay fiesta sin
comida, no hay comida que de alguna manera no sea una fiesta, porque comer
todos los días, ha sido diríamos el guión eterno de los seres humanos, ese ha
sido el gran teatro del mundo, tener lo suficiente para poder comer hoy y
mañana y pasado mañana, tú y tus hijos y tus nietos y tus padres y tus abuelos…
somos, dicen algunos viaje.
Toda
la existencia humana desde la prehistoria nos hemos estado moviendo. Pero nos
hemos movido, por diversas razones, pero la esencial es por buscar los
garbanzos, tener los alimentos suficientes, la seguridad en la vida, la esperanza
de ser y estar mañana y hoy, en algún lugar, en paz y en sosiego. Hemos sido y
hemos estado siempre en/con la búsqueda del rincón de la comida, en definitiva,
de los garbanzos…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero
(05-29 marzo 2023 cr).
Fin artículo 3.497º:
“Cocido lebaniego y Día del Cocido Lebaniego”.
E. 29 marzo