Artículo Periodístico 3.537º: “¿¡Nunca seré un gran columnista!?”.
Quizás ya por la edad que
dispongo, diríamos la edad que me han dejado publicar en los periódicos, porque
lo he intentando muchas veces, durante lustros, en distintos medios.
También, porque apenas hablo de
política, menos aún, no critico o al menos, así lo intento, criticar a nadie,
de carne y hueso, sino intento percibir, en todo y en todos, algo bueno y algo
positivo –en general, es un reflejo, que salvo excepciones, continúo en la vida
normal y rutinaria, lo que a veces, lleva a que no enseñar los dientes y las
espadas, para muchos, piensan que no tienes criterio y análisis y evaluaciones
y heteroevaluaciones, y si algo te sobra es eso-.
Tampoco critico a colectivos,
grupos, ni tampoco ideologías, ni entes sociales o sociopolíticos. Los temas
que trato, siempre besan y rozan realidades actuales, pero no son plenamente de
la novedad y la actualidad, sino que son temas intemporales que están siempre
en el presente. No niego, tampoco lo cotidiano, a veces, regional o nacional o
internacional, pero menos. No creo que nadie tenga la absoluta y total verdad
en todo, ni nadie, que tenga la total y absoluta falsedad en todo. Aunque en
temas concretos, hay más verdad en unas posiciones y menos en otras…
Por todo ello, nunca seré
admitido en los grandes medios de comunicación periodísticos, ahora digitales.
Eso me dicen. Pero ese será el precio que tendré que pagar. No estoy en
posiciones relativistas del conocimiento, salvo en algunos temas, por tanto, no
es que me quiero esconder porque pienso que cualquier opinión es o da lo mismo,
o tiene el mismo valor. Pero no deseo entrar en encrucijadas de esas polémicas
que se forman y se conforman diariamente. No quiero que nadie, sepa de
antemano, ante una nueva cuestión, la posición que tendré. Porque saben una
supuesta ideología y te catalogan así.
Deseo que el pensar sea verídico
y verdadero y equitativo y libre. Es lo único que tenemos los escribidores y
observadores y pensadores. La libertad de conciencia y la libertad de análisis
y libertad de expresión y libertad de pensamiento. Hoy, puedo pensar que tal
grupo ideológico lleva razón en tal tema, pero mañana, no lo lleva en otro.
Además, la cabeza es redonda, diría, Savater,
para darle vuelta a los asuntos…
Es obvio y evidente, que el país
y la sociedad y el Estado y la Península Ibérica están en una situación
compleja –por decirlo de forma suave y humanitaria-. Yo, modestamente, quiero
intervenir en aumentar la paz y el sosiego, en análisis o trozos o retazos de
comentarios racionales, sin crear heridas, o, al menos intentarlo. Me digo a mi
mismo que nos diría, en esta situación, los grandes columnistas que hemos
tenido en estos últimos setenta y ochenta años –que ya muchos fallecieron por
las décadas de los setenta, ochenta, noventa…-. Me pregunto que nos diría hoy,
el maestro del columnismo Umbral.
Umbral en un
artículo titulado: Pavarotti canta de oído, publicado en El Mundo, del 26 del
siete de 1997, nos habla como suele hacer él, de un tema central y algunos
periféricos. En definitiva como hacen/hacemos todos y todas. Porque eso es la
esencia del articulismo de opinión personal, no el caso del articulismo de
análisis o de datos, que otros diferencian…
Pavarotti, que
no sé si mi memoria me engaña o miente o no recuerda, dicen que fue
carnicero/carnecero en su juventud, y, que no conozco como fue capaz de pasar a
la maestría de la suma y el sumo de su arte, de la ópera. Quizás, la ópera sea
el arte más completo e integral, porque asume todos. Es el arte total, es el
arte de la hibridación y síntesis y sinergias y combinaciones –el cine y el teatro
también serían el engendramiento de varias artes, después han venido los
happenings, las instalaciones…-.
Deben entender y comprender, que
cada persona, la mayoría de las personas, en sus oficios y profesiones,
especialmente, en vocaciones del saber y de todos los saberes y de las artes,
desean y quieren ser los Pavarotti de sus oficios. Desean ascender en el olimpo
de los dioses humanos. Esta es la realidad. No siempre es vanidad o soberbia o
grandilocuencia o… Quizás, muchas veces, es una manera, de saber, que lo que
esa personas ha realizado, en un determinado campo, es admitido, tiene valor,
tiene nombre, y, quién sabe si perdurará…
Porque no sé si ustedes saben,
que en el campo de las artes, durante el primer tercio de la vida individual,
intentan llegar a una altura suficiente. En el segundo tercio, de realizar
obras que puedan ser maestras, y, en el último tercio, se preguntan,
conscientes o no, si “su obra perdurará”, en las próximas generaciones o
siglos…
Modestamente, no deseo engañarle,
pero si debe conocer las intenciones de este modesto escribiente. Si usted lee
en cinco minutos un artículo de ochocientas palabras, que lleva la firma de
abajo, debe saber que este escribidor-pensador, intenta realizar una pequeña
obra maestra.
Que lo intente no quiere decir
que lo consiga. Pero debe usted saber, que si lee estas palabras, el que ha
juntado estos vocablos, ideas, imágenes, conceptos y argumentos, desearía,
tiene uno de sus fines, -ya que no le pagan ni un céntimo, al menos de
momento-, tiene la intención que este artículo o al menos, uno de cada cien,
puedan tener la suficiente altura, para estar al lado, en una antología de los
grandes del articulismo en español: Larra,
Mesoneros, Alarcón, Ortega, Unamuno, Clarín, Azorín, Plà, Cunqueiro, Umbral
y cien más…
Por tanto, la pregunta se
transforma y se presenta de este modo: “Pavarotti canta de oído, JMM escribe de
oído, usted habla de oído…”.
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (15-19 abril 2023 cr).
Fin
artículo 3.537º: “¿¡Nunca seré un gran columnista!?”.
E. 19 abril