Artículo Periodístico 3.517º: “Perderse cultura y Cultura”.
Decenas
de miles de autores y autoras les llega un momento que tienen el siguiente
problema: ¿Qué va a suceder en las próximas décadas con su producción cultural?
Sea el campo que sea, la
disciplina que sea, el saber que sea, el arte que sea… existe una cuestión que
como espada de Damocles está siempre
sobre cada autor o autora, sea en la disciplina que sea. ¿Qué va a suceder con
su producción cultural, qué habrá pasado ya…?
Todo autor o autora, sea en el
saber que sea, creativo o de investigación o de divulgación, tiene como dos
grandes componentes o áreas o dimensiones: una, la que durante su vida haya
podido plasmar o publicar de una manera o de otra con los cauces oficiales, y,
que esa producción exista una posibilidad de permanencia para y en el futuro
–digamos, una publicación en forma de libro y libro de papel, que varios ejemplares,
puedan quedan en las bibliotecas oficiales que tienen la responsabilidad de
conservar un ejemplar para el futuro-.
Y, en segundo lugar, cada autor o
autora, se haya dedicado a una rama de la búsqueda o investigación, o de la
autoría o creación, sea en la disciplina que sea, tiene un material, que puede
ser más amplio o menos, que está inédito, que se queda entre sus papeles y sus
cajones. Este segundo material, no hecho público o realizado en formas muy
modestas, tiene un grave peligro de perderse. De los cajones del autor-a pasará
a los cajones de los herederos primeros, y, de estos a la segunda generación de
descendientes… Existen muchas posibilidades que cuándo llegue a la tercera
generación se haya perdido mucha cantidad de ese material inédito…
Sinteticemos, si ha sido
publicado en forma de libro y de publicación libro en material de papel. Si es
la forma tradicional y queda algunos ejemplares en distintas bibliotecas, ese
material, en principio, puede conservarse varias generaciones o siglos. Segunda
posibilidad que dicha publicación haya sido en reprografía –en este tipo de
material, el papel es peor, y, la existencia puede quedar más mermada-, además,
que algunas bibliotecas oficiales que los deben conservar, puede que no lo
cataloguen. Tercero la publicación se haga en sistema electrónico –en este
caso, la permanencia es menor, los formatos van cambiando: disquete, CD, DWD,
algunos indican que en buen estado de conservación solo dura una decena de
años…-.
Si es material plástico y las
obras se han ido enviando a distintas colecciones, archivos, bibliotecas,
museos, etc. La durabilidad de esos materiales, depende de distintas variables:
la fama o notoriedad o la firma o la importancia económica o cultural de ese
material y de ese autor/a. Y, después, las vicisitudes y cuidados que se deben
otorgar ante esa producción cultural…
Por lo tanto, sea doloroso y
angustioso, para miles o decenas de miles de personas, autores y autoras, que
han dedicado una parte de su tiempo, esfuerzo, preparación, estudio, formación,
trabajo a la producción y creación cultural, sea en ramas de investigación, sea
en ramas de autoría-creación. Todos saben, a determinada edad, que ya no buscan
predominantemente que la industria cultural les haga un hueco en sus sistemas, buscar
un lugar en la cultura o en la rama a la que se hayan dedicado, o, vivir de
ello, o tener un nombre, o, por vanidad o soberbia o buscando sea un oficio que
complete otros… A determinada edad y época, la gran pregunta que se hacen, es
doble:
- ¿Todo lo que han hecho y está
por el mundo sigue existiendo…? ¿Y, seguirá existiendo dentro de equis tiempo:
treinta o cincuenta o cien años después, de que ellos como personas hayan
besado la tierra?
- ¿Segundo, que va a suceder con
todo el material inédito que está en los cajones de madera de sus vitrinas o en
los vientres de los ordenadores, teniendo en cuenta, que lo electrónicos se
puede perder o borrar o deteriorar muy fácilmente…?
Así, sí así de este modo, se
pueden perder cientos de miles de páginas escritas, cientos de miles de
producciones culturales –conozco a un autor, que en vida, se le ha borrado de
los sistemas electrónicos ocho mil fotografías artísticas y documentales-.
No voy a indicar aquí, que todo
ese material, sea de primera categoría, notable, excelente, genial que merezca
ser recordado durante milenios. No voy a expresar ese juicio o enunciado o
concepto, pero puede ser que parte de ese material, tenga valor en su
disciplina, si no a nivel internacional, si quizás a nivel regional, provincial,
local, comarcal. Como reflejo de una época o un tiempo, como riqueza artística
o científica o documental de esa entidad geográfica. Como identidad comarcal o
provincial o local. Al final, el valor de una pequeña ermita de un pueblo de
hace dos siglos, no es comparable con la Catedral de León o de Burgos o de
Sevilla o de Toledo, pero tiene un valor…
Como no sirve ninguna filosofía
que no intente curar algún mal humano, como decían los viejos maestros griegos…
¿No podrían diversas entidades, bibliotecas, museos, fundaciones públicas o
privadas abordar esta cuestión y este problema…?
¿Aunque sabemos que conservar
ocupa lugar y espacio, sea físico o material o sea electrónico, no deberían
buscar formas o maneras, que los autores que deseen o quieran, sea en la rama
que sea, en el material que sea, puedan enviar y depositar sus materiales
creativos o de investigación, en las ramas que sean, para que exista una
posibilidad de conservación para el futuro…? ¿Sea en forma de textos o sea en
forma de imágenes electrónicas –para su más fácil conservación y ocupen el
menor espacio posible…-?
¿Porque quizás, el futuro juzgue
y valore de otras formas lo hecho cien años antes, porque quizás, sea una
función de justicia y equidad, darle el pequeño consuelo, a cientos o miles de
autores o autoras, que (se) han dedicado en una gran parte de su labor, a la
producción cultural en una rama, que haya una posibilidad que se conserve para
el futuro, todo el material publicado según las normas administrativas, todo el
material inédito, que consideren los autores/as deba conservarse…?
Pondré un ejemplo, que está
sucediendo en estos últimos años, bibliotecas muy importantes están aceptando
en donación materiales de humor gráfico de grandes viñetistas nacionales o
regionales –materiales de humor gráfico, pero también otros documentos
biográficos…-. La propiedad intelectual e industrial la siguen conservando los
autores y los herederos. Pero ese material, miles de viñetas de humor gráfico,
se está poniendo las bases de conservación para el futuro. Y, en el futuro ya
lo emplearán de las formas que crean conveniente… Cierto que son viñetistas de
autores de una fama enorme –nacional o regional…-.
¿Pero la sociedad, la industria
cultural, las entidades públicas y privadas no deberían plantearse que ya ha
llegado el momento, que a semejanza, que se recicla todos los tipos de
materiales físicos, se debe buscar que cientos de miles de páginas escritas, o
cientos de miles de obras artísticas, -al menos, imágenes de ellas, si no se
pueden conservar de forma material-, podrían buscarse fórmulas para que se
conserven para el futuro…?
¿No deberían bibliotecas o
archivos o museos o fundaciones provinciales, locales, comarcales, regionales
abrirse a la posibilidad a aceptar en depósito, en forma de imágenes o de
textos, cientos de miles de páginas escritas, o imágenes de obras en otros
materiales, para la conservación para y en el futuro…, sin tener en cuenta, la
fama o notoriedad de esos autores o investigadores en su tiempo de existencia
en esta plaza de toros de la vida…? ¡Paz y bien…!
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jmm caminero (09-12 abril 2023 cr).
Fin artículo 3.517º:
“Perderse cultura y Cultura”.
E. 12 abril