Artículo Periodístico 3.511º: “Camba y Sobre la pereza”.
Me
temo que una parte importante de la población no conocería de memoria los siete
errores morales graves o siete pecados capitales que durante siglos se han
admitido.
Para hacer el bien y huir del
mal, del mal moral y ético, una persona debe saber y conocer qué es el bien y
el bien moral-ético o ético-moral, después tener buena voluntad para hacerlo,
hacer el bien moral, y alejarse de su contrario el mal moral sobre esa materia,
y, en tercer lugar, tener unas herramientas mínimas para caminar hacia ese bien
moral, no solo tener buena voluntad. Para ir del punto A al B, hay que conocer
cual es el punto B, segundo, tener la voluntad de ir al punto B, y, tercero
tener las herramientas para ir al punto B –sea andando o sea en coche…-.
La cuestión es grave, la
civilización europea, sin negar sus altos niveles económicos y de bienestar y
de estado del bienestar, dicho de otro modo, los grandes derechos individuales
y colectivos que se le otorgan a la sociedad y al individuo y a los grupos, por
parte de todos y por parte del Estado. Porque al final, es el Estado el que
organiza y gestiona la sociedad.
Sin negar todos esos grande
derechos constitucionales que se disponen en Europa. La cuestión y la pregunta
es que en todos ellos hemos alcanzado grandes niveles. En cuanto a la ética y
moralidad personal e individual, en muchos aspectos, hemos reducido la
capacidad de hacer el bien. Podríamos plantearnos que unos caemos en la
lujuria, otros en la avaricia, aquellos en la envidia, los de un lado en la
soberbia o en la vanidad o en la gula o en la ira-cólera o en la pereza… Con lo
cual, nos hacemos un enorme mal a cada uno de nosotros, a los demás, cercanos o
lejanos…
Hemos conformado un mundo,
paradójico que a niveles constitucionales, en Europa y Occidente, es un mundo
como jamás se ha visto de derechos individuales y de derechos humanos y de
derechos sociales, con grandes principios morales y éticos, que por lo general,
rigen los sistemas jurídicos, las sociedades en abstracto y general, y los
Estados, pero a nivel de la vida normal y rutinaria, el enorme grado de
libertad y tolerancia que se ha organizado y gestionado a nivel social, lleva a
individuos y grupos y colectivos, no a seguir unas normas morales personales y
de grupos, demasiado correcta, caemos en errores morales graves, cierto es, que
no en todos, pero la libertad y la tolerancia y la autoidentidad y autonomía
personal nos lleva a caer en que unos somos perezosos y nos parece que tenemos
derecho a serlo, -o ni siquiera sabemos que lo somos, siéndolo-, otros
lujuriosos, otros envidiosos, etc. Pero en definitiva, llamamos al bien, mal y,
demasiadas veces, al mal, bien…
Julio
Camba,
JCA, titulado Sobre la Pereza,
publicado en El Sol, el 16 de enero de 1920, nos señala en forma, entre
relato y relato personal y conceptos e
ideas, algunas reflexiones sobre esta cuestión. Que el señor Julio Camba, sea
un genio del artículismo, no podemos exigir a un ser humano que en todo
acierte, y en todo no se equivoque. Porque, primero, las concepciones humanas
pueden ir evolucionando, nadie puede conocer de todo y en el mismo grado de
profundidad, en cada persona interfieren y afectan las experiencias y vivencias
de todo tipo, los intereses y fines…
Dicen, algunos, que las
cuestiones morales, son esencialmente difíciles de dilucidar, otros, que son
fáciles. Que los grandes principios morales no son tan difíciles de aceptar, lo
difícil, es la aplicación o concretización o concreción o definición o
descripción o enunciación en casos concretos…
Los padres del desierto, los antiguos egipcios y semejantes, los padres
cristianos del antiguo Egipto y del Oriente Próximo, los eremitas y ermitaños y
cenobitas y monjes antiguos cristianos, indicaban que salían al desierto a
luchar contra el Tentador, y lo difícil, era luchar contra los propios malos
pensamientos, “los logismois”, -si mi memoria no me falla, la palabra griega
antigua era ésta-, era luchar contra los
malos pensamientos que nacen de uno mismo, o que le tienta el mundo
dándole y ofreciéndole esos pensamientos, o desde sus cavernas de su ser, o
tentado por el Tentador…
Los malos pensamientos que pueden
ser caer en la acidia-pereza, en la vanidad-soberbia, en la envidia, en la
gula, en la ira-cólera, en la lujuria, en la avaricia… ¡Y, esa es la lucha de
cada ser humano, durante toda su vida, cada día, cada hora, cada minuto…! ¡El
hombre y la mujer, tiene y lleva una enorme lucha dentro de si mismo, le surge
de dentro o le surge de fuera, que es la lucha contra el mal, contra el mal de una
manera o de otra, es la lucha de no caer en las tentaciones del mal, comerse un
trozo de jamón, es bueno y necesario, si se dispone de él, degustar medio kilo
de jamón cada tres días, es caer en la gula…!
Tenemos que plantearnos si hemos
caído en una sociedad y civilización y cultura que no valora suficiente el bien
moral, y, no distingue o no quiere distinguir el mal moral. De tal manera, que
no sabemos lo que es el bien moral y el mal moral, y, si no lo sabemos no
buscamos el bien moral y huimos del bien moral… Hemos caído en una enorme
crisis moral, sálvese quién se salve. Pero en general, nuestra sociedad y
cultura europea ha caído en una crisis moral enorme. Hemos perdido el norte y
el límite, a nivel ético y moral individual y colectivo, aunque no totalmente,
a nivel constitucional, jurídico de las grandes leyes, que se basan en derechos
humanos, que a su vez, están basados en derechos morales, en grandes normas
morales y éticas… ¿O, no…?
El fundamento de una sociedad y
cultura y Estado es una ética y moral correcta, adecuada, racional, prudente,
eficiente… La cuestión es si todo el fundamento y el pilar de nuestra sociedad,
cultura, civilización, Estado está basada en una ética y moral a nivel
individual, que no es adecuada. Si esto fuese así, tarde o temprano la
civilización se vería afectada, agrietada, debilitada… La cuestión es si una
ética y moral no correcta, por y para una gran parte de la población, puede
terminar en graves controversias, polémicas, debilidades del conjunto de la
sociedad… Somos un gigante con un torso moral jurídico constitucional de una
gran elevación y perfección basado en los Derechos Humanos, pero tenemos unas
piernas y pies morales y éticos individuales, muy debilitados, hemos caído en
una anarquía moral-relativismo moral-materialismo moral-escepticismo moral a
nivel individual y de grupos –evidentemente no todos, pero si una parte
importante de la población…-.
¿La cuestión, es si muchos
individuos y grupos han caído en una especie de enorme pereza-acidia, en un
enorme grado de no querer trabajar? ¿No quieren trabajar, por mil razones,
cuando están en la escuela, y, en los distintos grados escolares, y, no quieren
trabajar, de adultos, en distintos oficios o profesiones, según su
responsabilidad, formación, suerte, y, demás circunstancias…? ¿Esta es la
cuestión…? ¿Otro día podríamos hablar sobre otros errores morales graves, o
pecados capitales…? (¡Ya sé que este artículo le habrá resultado muy pesado y
no habrá pasado de tercer fragmento…!).
http://twitter.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (28 marzo-05 abril 2023 cr).
Fin artículo 3.511º:
“Camba y Sobre la pereza”.
E. 05 abril