Artículo Periodístico 3.536º: “El dolor de las palabras”.
Las
palabras arrastran dolores y sufrimientos y penas y angustias, también,
alegrías y felicidades y gozos. Las palabras son el reflejo mismo de lo que
somos, individuos y colectivos.
Releo de la notable columnista Rosa Belmonte, una columna titulada Odiadores
y zotes, publicada en Colpisa, el 15 de abril del 2023, en
que a raíz del fallecimiento de Sánchez
Dragó nos comenta, en definitiva, entiendo modestamente, las cosas que
decimos de las personas cuando fallecen, las cosas que los familiares tienen
que soportar en cuanto a las palabras en esos trances, y, las cosas que antes
han tenido que oír…
La envidia siempre se ha dicho es
el pecado capital de nuestra sociedad y de los colectivos y de los individuos
que lo forman y conforman. Eso siempre se ha indicado, siempre se decía: los
franceses la avaricia, los españoles la envidia –quizás, debido a siglos de
trifulcas ideológicas-culturales-religiosas…-. Pero me temo que no solo es la
envidia sino también mezclada con grandes dosis de avaricia y de lujuria…
Siempre he pensado que la fama y
la notoriedad no es buena, que trae mas elementos negativos y perniciosos,
especialmente, envidias de otros, y, quizás alguno bueno. Pero hoy en nuestra
sociedad, también sé, que la marca y el personaje, al menos en cultura es muy
importante, para poder vivir y existir como escritor. Los ejemplos son muchos: Serna, Cela, Dalí, Umbral. Pero yo, yo
siempre he pensado que lo ideal, es que se valore el trabajo, y, el autor-a de
carne y hueso quede en un quinto lugar. Pero esta es una ecuación que
desconozco. Por tanto, tener un perfil muy bajo como persona, e, intentar que
el trabajo sea valorado, es una fórmula que no sé, si alguien ha encontrado en
nuestra sociedad. Salvo aquellos escritores americanos, que no se conocen, ni
sus fotos, que algunos existen…
He redactado un par de artículos
en homenaje a Sánchez Dragó a raíz
de su fallecimiento, he indicado, como siempre que “no juzgo a la persona, solo
valoro su trabajo cultural”, aunque para mí la ética y la estética deben ir
unidas, la personalidad psicológica y la personalidad moral y la personalidad
profesional deben ir relacionadas y compenetradas, que para mí, es mejor una
persona de un oficio modesto que sea buena persona, moralmente hablando, que no
una persona que tenga diez Premios Nobel y sea moralmente indigna. Porque no
caer en uno o en varios de los siete pecados capitales o siete errores morales
graves, es la lucha de cada persona, cada día…
Opino que las personas de la
cultura, deberían no solo buscar la verdad, sino el bien en distintos campos y
el bien moral, la bondad y la belleza. Esto aplicable a todos los saberes
–ciencias, tecnologías, filosofías, artes, literatura, teologías, cultura en
general…-. Porque hoy, el ser humano está en una situación paradójica y quizás,
de enorme transcendencia. Todas las épocas han tenido sus enormes dilemas y
trilemas. Hoy también, hoy quizás más. Se habla que estamos entrando en un
cambio de etapa histórica, no solo en un cambio de fase histórica…
La cuarta fase de la Revolución
Industrial, en la que estamos insertos, la primera fue en 1750, se están
produciendo cambios, desde la informática y teleinformática y otras realidades,
que no somos capaces de prever sus consecuencias, ni siquiera los cambios que
se producirán. Puede que después, dentro de unas generaciones hayan surgido o
nacido tales cambios y modificaciones que ya no solo será una nueva sociedad,
sino un nuevo tipo de definición del ser humano, y, por consecuencia cambios en
todas las temáticas y órdenes de la realidad…
Hoy, como nunca, hay indicios,
pruebas, datos, intuiciones, premisas, pesquisas posibles, que pueden existir
colectivos y grupos y poderes, que desean “controlar y gestionar a los seres
humanos, con la realidad irracional del ser humano”. Es decir, con la dimensión
pasional, emocional, sentimental, libidinal o llevando al ser humano a unas
experiencias y vivencias de hipersensualidad e hipersexualidad. No buscando el
equilibrio, la unidad esencial y substancial del y con el ser humano, esa
unidad esencial y substancial que ya preconizaba el maestro Aristóteles. Sino desbocando y
desorganizando al ser humano desde la afectividad… ¡¿Y, así llevarlo hacia una
dirección y/o hacia otra…?!
En el fondo existe un problema
esencial en la civilización actual, que puede plantearse de muchos modos y de
muchas maneras. Y, para mi es especialmente grave. No pondré nombres, pero he
tenido a algunos científicos como casi pequeños dioses y pequeños ídolos,
durante lustros y décadas. Esto puede suceder lo mismo en otros grandes genios,
menos en genias –porque las mujeres son más equilibradas que los hombres, en
general-, de distintos saberes, y, después han llevado en algunos aspectos de
su vida, formas de ser y de hacer y de actuar, no suficientemente morales…
La gran cuestión es, si tenemos
que valorar y ponderar y juzgar, en sentido estricto, serio y ortodoxo, no solo
las grandes acciones o concepciones del saber propio de esas genialidades, sino
también, juzgar a la luz de los Derechos Humanos, las actuaciones de esos
mismos seres humanos… porque quizás, la tolerancia nos lleva a no tocar esos
temas. ¿Pero en un hombre se puede diferenciar tanto sus actuaciones morales de
sus actuaciones sea en filosofía o en literatura o en ciencia o en pintura…?
¿Es que existen dos hombres en el mismo, o los dos forman su/una realidad esencial…?
No soy yo, el que voy a juzgar a Sánchez Dragó en sus acciones, sean
reales o sean mentiras o sean imaginarias. Pienso que fue un ser humano que
llevó una enorme herida toda la existencia por la muerte de su padre, y, de la
forma que falleció, y, no haber conocido a su padre. Pienso que toda la vida
estuvo buscando de alguna forma y manera a su padre. Pero también sé, que si
hubiese evolucionado ideológicamente hacia otra posición, y, no como lo hizo,
muchas críticas que se le han hecho durante estas décadas, no se la habrían
hecho, aunque su vida hubiese sido igual o semejante…
Aquí, se plantea, que la
intelectualidad, debe valorar y estudiar y analizar, si hay que entrar no solo
en la producción cultural de los hombres geniales, sino también, en su forma de
ser y actuar y hacer, a la luz de la libertad de pensamiento y de conciencia de
cada uno, pero también a la luz de los Derechos Humanos y de una ética moral
mínima universal… ¿¡Pero nosotros desde fuera, podemos conocer otro corazón
humano, o solo podemos hablar de grandes principios…!? ¡Pero si alguien se
salta algún Derecho Humano, tendremos que indicarlo, para que otras personas no
lo hagan…! ¡Mi homenaje a/l Sánchez Dragó, un ser que siempre estuvo
buscándose…!
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jmm caminero (18-19 abril 2023 cr).
Fin artículo 3.536º:
“El dolor de las palabras”.
E. 19 abril