Artículo Periodístico 3.669º: “Pan y prestigio”.
La
psicología habla de que todos los humanos tenemos unas necesidades primarias y
otras secundarias que se interrelacionan –algunos hablan, incluso de
terciarias-.
No soy/somos psicólogos, los
comentarios-críticos-crónicos-articulistas-columnistas somos una mezcla
hibridación, un cocido o una tortilla o una paella formada y conformada por
muchas variables, muchos saberes, uno de ellos, es algo de psicología, o mucho
de psicología. Pero en definitiva, los humanos necesitan comida, cobijo,
vestido, seguridad, ser queridos, como necesidades primarias.
Y, como secundarias: alcanzar un
nivel suficiente de notoriedad, bienes secundarios que no son absolutamente
necesarios para sobrevivir, pero si para vivir, algunos dirían, suficientes
bienes de fortuna, notoriedad social o cultural, honor, prestigio, buena fama,
ser queridos y estimados… En palabras más sencillas necesitamos pan, como
necesidad primaria, y, jamón como necesidad secundaria, y, jamón en un
restaurante de fama, para que nos vean otros y nos veamos nosotros, de que
hemos triunfado, como necesidad terciaria.
A veces, pienso y opino y
recuerdo, que todas las sociedades y civilizaciones, incluso todas las especies
animales, necesitan vivir y sobrevivir, para eso necesitan energía, energía en
forma de alimentos, o energía en forma de calor, y, además también cobijo,
seguridad, reproducción o sexualidad. Los humanos tenemos esas necesidades de
todos los animales, porque al final, somos herederos de ellos. Somos animales
evolucionados, pero somos animales.
Aquellas personas que no tienen
en cuenta su animalidad, es un peligro para ellos mismos, pero aquellas otras,
que no tienen en cuenta, que además son racionales o su racionalidad, también
es/son un peligro, porque somos animales racionales. Algunos/muchos piensan que
con espíritu-alma-espiritualidad o trascendencia –que existen realidades
metafísicas, no solo somos un primate evolucionado, sino que tenemos un plus,
que llamamos alma inmortal o principio de inmortalidad…-.
En este periplo por el
articulismo/columnismo español, me he encontrado con el teólogo, antropólogo,
escritor de libros y creador de más de ochocientos artículos, según su Web
oficial, José Antonio Jáuregui
(1941-2005) que en El ABC del 17 de marzo de 1974, publicó un artículo titulado: Pan y
prestigio.
Opino que toda la historia de la
humanidad, desde el primer homo, homo habilis, desde Lucy, ha sido intentar disponer de suficientes bienes primarios y
bienes secundarios. Es más, herederos que somos de los homínidos –antecesores
de los homo-, y anteriormente los primates, y anteriormente los simios y,
anteriormente de toda la cadena de animales y animalidad, que nos indican los
biólogos y antropólogos, pues todo ha estado alrededor de poder comer y vestir
y tener seguridad todos los días, para vivir y sobrevivir, porque parafraseando
al gran Tomás de Aquino, todo ente o
todo organismo individual, desea y quiere perdurar, ese es su instinto.
Pero ese instinto y pulsión de
vivir y sobrevivir, los humanos lo tenemos que comediar y mesurar y
racionalizar con la racionalidad-libertad-creatividad-imaginación. Somos una
mezcla de racionalidad e irracionalidad, de inteligencia y de
pulsiones-emociones-pasiones-deseos-libidos… Esa combinación es una lucha
interna a/en cada individuo, constante y permanente, y, al mismo tiempo, es una
lucha constante de toda la sociedad y de todas las entidades sociales y
culturales. La política son sistemas que los humanos han ido
descubriendo/inventando desde sus bases biológicas, para poder estar uno con
uno mismo, uno con los otros, los otros con cada uno de los individuos o
personas…
En gran parte todo el saber
humano es, simple y llanamente, intentar vivir y sobrevivir, intentar
satisfacer las necesidades primarias y secundarias y terciarias, para todos y
en todos y con todos. Todos los sistemas culturales, metafísicos, filosóficos,
científicos, religiosos, sociales, políticos, económicos y el resto solo tienen
como una finalidad esencial, de que cada humano pueda vivir con suficiencia con
uno mismo, y con suficiencia con los otros…
Dicen, que hemos pasado, de
tiempos de Napoleón, que todo el
planeta estaba formado por mil millones de habitantes, ahora, que somos algo
más de ocho mil millones… Bajo, mi modesto entender y comprender, el siglo
diecinueve, con las sucesivas revoluciones industriales y científicas, permitió
una eclosión demográfica, que en el siglo veinte produjo los movimientos
sociales y políticos contradictorios, y que terminaron en guerras mundiales.
Ahora tenemos, la grave pregunta y la grave respuesta, cómo alimentar a diez
mil millones de personas, que parece ser estarán y serán al final de este
siglo, algunos indican que cuando se llegue a nueve mil millones se
estabilizará…
Algunos indican/piensan/perciben
que muchas realidades de hoy, medidas teóricas y prácticas, tienen como
finalidad esencial, ralentizar y disminuir la población mundial. Por un lado
alimentarla totalmente, en segundo lugar, reducir/ralentizar/detener su
aumento, tercero, reducirla. No tengo suficientes conocimientos, ni fuentes
fiables para saber si es esta una de las grandes finalidades del mundo actual,
que están detrás de por ejemplo las revoluciones sexuales que se predican en
todos los foros, entre otras medidas…
Pero de momento, tenemos que
buscar que todo ser humano, todos y cada uno, tenga/n las necesidades primarias
satisfechas, y que vivan con dignidad y humanidad, sean aplicables a cada
individuo, todos los derechos humanos aprobados en
Mientras tanto, por favor,
occidentales europeos españoles, cuando vayan a un bar, no se dejen toda la
tapa sin comer, para ser tirada. No la pidan, si no quieren comérsela. No
olviden, que sus bisabuelos formaron y sufrieron una cruenta incivil y cruel
guerra civil, porque muchos, no podían y no tenían suficiente para comer todos
los días… Honren y recuerden a sus bisabuelos y abuelos, bisabuelas y abuelas…
Paz y bien…
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© jmm caminero (26 junio-12 julio 2023 cr).
Fin artículo 3.669º:
“Pan y prestigio”.
E. 12 julio