Artículo Periodístico 3.680º: “Hipergrafía: la escritura permanente”.
Se
entiende como hipergrafía la necesidad de la escritura compulsiva, la escritura
permanente de todo lo que a un sujeto le sucede o piensa o siente o percibe...
Siendo
un no especialista, ni experto en estas temáticas, creo que hay que distinguir
dos fenómenos que pueden estar relacionados, pero que son distintos, tanto
aplicado a la literatura, al arte, a la pintura, a la composición musical, a la
creación matemática –Euler, por
ejemplo, Picasso en la pintura y dibujo…-, etc.
Una
dimensión, sería aquella personas, que tienen un orden y sistema organizado,
por ejemplo, escribe una página cada día, o está un tiempo cada día trabajando
en una realidad creativa o de investigación o de búsqueda, sea matemáticas o
física o arte plástico o… Entonces en este caso, pongamos que una persona
escriba una página al día, sea de la temática que sea, dedique una hora o cinco
horas, en cincuenta años, puede haber redactado veinte mil páginas. Si hace lo
mismo, con dos páginas, pues sería el doble –ya está la diferencia entre las
materias, Picasso pintó/dibujó/grabó
decenas de miles de obras, de todos los géneros, al menos más de veinticinco
mil, -los especialistas, no se ponen de acuerdo-. Euler, matemático, todavía se están publicando material inéditos de
todas las ramas de las matemáticas, El
Tostado redactó miles de folios, en su época, hace cuatro siglos, Mingote o Forges en las viñetas…-.
Y,
otra realidad es aquella persona, que sin parar y sin detenerse o sin casi
hacer otra cosa. Todo el tiempo libre lo dedica a escribir o pintar o hacer
música, sin detenerse, contando y relatando en su lenguaje todo lo que le
sucede. Es una práctica casi adictiva, compulsiva, sin suficiente racionalidad,
sin someterse al criterio de los especialistas en su materia, casi para consumo
propio…
En
el primer caso o tipo, aunque en algunos casos se podría parecer a los del
segundo. En la primera clasificación son personas que se dedican, un tiempo
cada día, a la creación o a la búsqueda o a la investigación en una temática.
En el segundo tipo o clase, que los especialistas y expertos, psicólogos y
psiquiatras y médicos deben indicarnos, rozaría, claramente un síndrome o
patología, en mayor o menor grado compleja y dañina para el individuo, sería un
tipo de adicción –semejante, como aquellas personas que están siempre jugando a
un determinado juego, o, ahora seducidos a todas horas por Internet, sea en
forma de móvil, etc.-.
Cierto
es, que alguien, podría indicar con razón, que entre el primer caso y el
segundo, puede existir, una línea muy fina. Y, que habría que distinguir
caminos y modos y maneras. Pero quizás, una pequeña diferencia, es que los del
primer caso, quieren hacer un producto de conocimiento o estético que pueda
tener un lugar en la cultura de su sociedad. Intentan someterse al criterio de
especialistas y de expertos en la materia, quieren contribuir al acervo común
de la cultura e interpretación del mundo, de forma ortodoxa, según los
parámetros de cada saber…
Por
ejemplo, existen columnistas, que se indica que han redactado unos veinte mil,
a lo largo de toda su vida, o, incluso más, porque todos los días, han
rellenado una hoja, una columna, un artículo, tendríamos Umbral, Campmany, Cunqueiro, Alfonso Sánchez, Ruano, Alcántara…
serían personas que además redactaron docenas de libros, de distintas materias.
Intentan
encontrar y buscar trozos de la realidad, preguntas, cuestiones, argumentos, y,
después, en la medida que pueden los publican, los muestran a los demás, para
que otros expertos o especialistas o entendidos en la materia señalen, su grado
de veracidad, verdad, verosimilitud, en definitiva, realidad…
Y,
otra cosa muy distinta es realizar una escritura o pintura compulsiva, casi
para el alimento propio, sin intentar o apenas casi, publicarlo y editarlo, y
que sea valorado por los demás, juzgado y analizado, y entre en los circuitos,
no solo de la cultura, digamos popular, sino también, en la de los
especialistas…
Se
podría indicar que cada caso es un caso, cada caso es un mundo, siguiendo el
lenguaje popular, pero no negando esto. No podemos olvidar, pienso esta
clasificación. Porque entonces Euler,
tendríamos que admitirlo en una categoría o en otra, Menéndez y Pelayo, sucedería lo mismo.
Debemos
admitir, no podemos negar, que hay personas con una enorme capacidad perceptiva
o sensitiva o de visión o de encuentro con la realidad interpretativa. Tienen
una capacidad enorme de exégesis, heurística, hermenéutica de la realidad,
desde su perspectiva o dimensión de un/su saber, sea científico o filosófico o
literario o artístico o… No podemos negar, tampoco, que si existen decenas de
potencias o facultades o variables humanas, a nivel conceptual o mental o
intelectual, a semejanza, de que existen personas con gran memoria o gran
inteligencia existan personas con una alta capacidad de creatividad o de
búsqueda o de investigación.
Podríamos,
indicar si un escritor que redacta muchos textos, intenta comprender la
realidad, e, intenta mostrarla a los demás, y, si se pasa un día sin escribir
no entra en crisis interna o personal, sería una categoría, muy diferente, de
la persona que está redactando compulsivamente textos, sin desear ponerlos a la
crítica de los demás, del mundo de los especialistas y expertos, que sufren una
especie de adicción de la escritura, pintura, música, etc.
De
todas formas, este texto es un modesto artículo de opinión, como en casi todo,
consulte usted con especialistas sanitarios, titulados oficialmente. Paz y
bien…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (08-19 julio 2023 cr).
Fin artículo 3.680º:
“Hipergrafía: la escritura permanente”.
E. 19 julio