Artículo Periodístico 3.672º: “El enigma del pensar: K. Marx y E. Trías”.
Existe un misterio y enigma
inconmensurable en la escritura y el pensamiento. Miles de pensadores se
dedican a ello, publican sus textos y después jamás saben sus consecuencias.
Eugenio
Trías Sagnier, notable y loable y excelente filósofo y pensador
de la segunda mitad del siglo veinte. De esos que entrarán en la historia del
pensamiento, al menos, español e hispánico y catalán, redactó una columna
titulada: Comedia triste, publicada en El ABC, el día 12 enero
del 2013, en el que nos relata algo de los artículos y columnas que redactó Karl Marx. Marx como periodista.
Y Trías a raíz de ese acontecimiento, recordando que Marx fue también
periodista o columnista, diríamos hoy, comentaba los acontecimientos
históricos, y, redactó que sepamos unos cientos de ellos. Y Trías recordaba
como buen pensador y buen articulista, toma una temática y después, como el
género lo permite y lo incentiva toca-roza-besa diversos temas. Siguiendo la
tradición de este género literario y periodístico. Mi modesta pluma hará lo
mismo…
Trataremos el tema que está,
siempre dentro de todo pensar y de toda filosofía, ¿los criadores, cuidadores,
creadores de cultura, sean a nivel filosófico o sociopolítico o religioso, son
responsables de todas las consecuencias que sus teorías después tienen, o de
las interpretaciones que después acaban disponiendo…? ¡De las mezclas de sus
conceptos e ideas, de los interpretadores de ellas y de los aplicadores de
ellas, y de las materializaciones que se van haciendo a multitud de temas que
van surgiendo a y en la vida y en la existencia…?
¿Acaso Marx, en su rincón y en su casa, dicen que a veces, llena de humo,
y, en la Biblioteca Británica estudiando y trabajando, llegó a pensar que su
sistema filosófico político, heredero de la gran tradición filosófica europea y
alemana, de la economía inglesa, y del utopismo de la Ilustración y de la
Revolución Francesa, pudo imaginar que acabaría teniendo el poder en medio
mundo, y, ahora, aunque muchos piensan que se ha terminado, tiene
consecuencias, políticas de enorme calado, y, a y en todos los terrenos de las
ciencias sociales…?
Un pensador y filósofo, ahora,
diríamos un científico social, puede pasarse media vida, y sus postulados tener
mucha aceptación académica, social y cultural. Pero puede ser, que quede
desapercibido, y dormido y, casi siempre olvidado durante siglos. Pero de vez,
de vez en cuando, surge la fuente de agua que llega a las nubes, y, las ideas
de ese pensador-filósofo-científico social cambia la faz de la tierra, -en lo
bueno y en lo menos bueno-. Por los misterios del mundo, los misterios de la historia,
terminan siendo presentes en millones de seres humanos…
Un enunciado, nunca se sabe las
consecuencias que tendrán, cien enunciados formando un sistema teórico, nunca
se conoce por quién lo hace-crea-inventa-diseña, las consecuencias que
dispondrá. Más aún, si en vida del autor o autora, apenas tiene algún lugar en
la cultura y en la sociedad y en la academia y en la universidad. Es más, puede
fallecer dicho autor, sintiendo que ha fracasado, puede morir pensando que sus
escritos, esencialmente, serán olvidados, serán perdidos y destruidos y comidos
por el tiempo, quedará quizás alguna copia, que con varias generaciones
terminarán igual, ¡en la nada!. Y, los manuscritos, esos con toda seguridad
sucederá lo mismo…
Cómo prácticamente, casi nadie,
le hace caso en vida, ni la oficialidad académica, ni la oficialidad cultural.
Apenas nadie critica sus tesis, con argumentos y datos. Por consecuencia, no
puede rectificar. No tiene un sistema de ideas al que enfrentarse y
confrontarse, de críticas actuales y vivas, para matizar o modificar sus puntos
de vista. Con lo cual, sus ideas, que las ha escrito, que son consecuencias de
siglos de evolución, que no han sido corregidas por lo general, pueden tener
consecuencias imprevisibles diez o cincuenta años después –si tienen aceptación
social y política y económica y cultural o religiosa…-. Cuándo ya el autor
posiblemente no exista en esta tierra…
Vienen los seguidores, sean de
las teorías psicoanalíticas, Freud,
vienen los seguidores de teorías psicológicas y antropológicas y metafísicas, Nietzsche, vienen los seguidores, de
las teorías sociopolíticas, Marx. Y,
se forman grupos y subescuelas, interpretadores, bizantinismos, subacademías,
tendencias. Y, empiezan sus ideas y conceptos a ponerlos en práctica, a tener
materialidad y carne en la sociedad.
Y, se aplican a multitud de
aspectos, porque desde una temática, se puede mover la tierra, como el principio de Arquímedes. Desde la
psicología se puede revolver todo, desde la metafísica se puede cambiar
multitud de parámetros, desde la sociopolítica y economía, qué podemos indicar.
Y, nos revuelven y nos recambian y nos remodifican el mundo. Eso es lo que
hicieron los pensadores llamados de la sospecha: Marx, Freud, Nietzsche… -Y, también la revolución que supuso D. F. Strauss en el terreno de la
Biblia, aunque ahora se ha olvidado, pienso que es uno de esos autores de la
sospecha… tanto o más que la triada antes indicada…-.
¿La gran pregunta, siempre queda
en pie, es Marx responsable del uso
y de la interpretación que se hizo después, de su pensamiento, de la
aplicación…? ¿O, por el contrario si esos tres/cuatro grandes cabezas de
occidente se levantarán, criticarían hasta las raíces las ideas de sus propios
libros, de sus propios pensamientos, y, desde luego de sus aplicaciones
prácticas, entre otras, porque han pasado ya varias generaciones, y, las
ciencias y el saber han cambiado radicalmente…? ¿Quizás, en los usos y
aplicaciones que de sus conceptos se han hecho, ellos mismos lo rechazarían,
aquello que se le achaca a Marx,
“yo, yo no soy marxista”?
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (28 junio-12 julio 2023 cr).
Fin artículo 3.672º:
“El enigma del pensar: K. Marx y
E. Trías”.
E.
12 julio