Artículo Periodístico 3.671º: “Victimas y verdugos”.
Existen
unas decenas de ciencias sociales, y, entre otros puntos estudian el de la
justicia e injusticia incardinadas en decenas de formas, el problema de
victimas/verdugos.
Cuando
denominamos a algo justicia o injusticia, equidad o inequidad tenemos que
disponer de unos parámetros mentales, no solo conceptuales, sino perceptibles,
de sensibilidad moral o sensibilidad psicológica.
También
tenemos que plantearnos no solo lo que es justo o bueno o más perfecto, sino
también lo que no es. Pero también, cómo llegar a ese camino o meta, nunca
conseguida, de más perfección moral, más perfección ética, más equidad y más
justicia…
Los
siglos están llenos de actos individuales y colectivos de bondad y, también de
no-bondad, incluso de mal y de maldad. Qué hace a un ser humano ir caminando
hacia lo bueno-moral y bueno-espiritual, y, qué hace que se vaya alejando de lo
bueno moral y de lo bueno espiritual…
Dirán
muchos que se deben a factores epigenéticos, en el vientre de la madre, quizás
factores genéticos, quizás moleculares bioquímicos del cerebro, quizás las
primeras etapas en el seno familiar, y, las avenencias y desavenencias que se
puedan producir en él, quizás la educación y enseñanza, quizás las
circunstancias de su época y su tiempo, quizás las amistades y la escuela y
todas las realidades sociales, los azares. Quizás, en unos, como en una
sinfonía, se forman esos conglomerados, según unas notas o según otras. Según
unas variables y según otras. Pero unos seres humanos se van encaminando hacia
sistemas de paz y de equidad y de justicia, en casi todo, y, otros, en algunos
temas importantes, se van deslizando por caminos no buenos, ni psicológica, ni
moralmente, ni espiritualmente…
El
loable escritor y pensador y filósofos y articulista y aficionado a las
carreras de caballos, Fernando Savater,
en una columna publicada en El Correo del 30 de diciembre del
2015, titulada. Bruto y víctima. Nos habla de algunos aspectos de los jóvenes,
la educación, la moralidad, lo correcto y lo incorrecto. Quizás, el mal es que
no exista adultos, personas adultas, o existan muy pocas, o en poca proporción,
como el maestro Savater nos indica,
que le expresa un amigo suyo, psicoanalista.
Quizás,
debamos pensar, que por la evolución de los acontecimientos, de los hechos
sociohistóricos, formados por cientos de variables y factores y funciones y
relaciones e interrelaciones. Quizás, por todo ello, el mundo se encamina hacia
una dirección o direcciones de demasiado neohedonismos y neoepicureísmos y
neosnesusalismos y neomaterialismos y neoescepticismos y neoateísmos y
neoagnosticismos, y, los humanos, no sean capaces de autocontrolar su ser y su
estar, de forma correcta, racional y moralmente.
Quizás,
existan poderes y colectivos y grupos, quizás más o menos minoritarios, que
quieran que las sociedades se dirijan, no hacia el bien y la bondad y lo justo
y lo equitativo y lo racional y el sentido común, sino hacia grados de irracionalidad,
porque así piensan son más fácilmente gobernables y por tanto, sea más fácil
guardar y soportar el orden social y todo lo que eso conlleva, pensando que
cumplen un bien común y bien general, aunque tenga algunas deficiencias.
Quizás,
otros quieran que los humane se dirijan a niveles de maldad, al mal por el mal,
porque quieren que los humanos vayan al no-cielo o al infierno. Que los humanos
al no seguir reglas de justicia y equidad, morales y espirituales, se hagan más
daño a si mismos, más daño a los otros, caigan en mayores tentaciones y en
mayores males, cada uno consigo mismo, cada uno con otros. Unos caeremos en la
vanidad, o en la soberbia, o en la lujuria, o en la pereza o en… y, así el
mundo se irá llenando de errores morales graves, de pecados capitales, y por
tanto, de actos y actitudes y aptos y aptitudes de mal y de maldad. No todos
caeremos en todos, pero unos como en el hipermercado haremos nuestra compra de
males, para nosotros y para otros. Así, los humanos caerán en mayores grados de
desesperación, y, así, habrá más sufrimiento, angustia, penas, desalientos,
desesperación, y, quién sabe más posibilidades de ir hacia el mal y la maldad,
y alejarse del Buen Dios, ni siquiera arrepentirse en el último momento…
Durantes
siglos y milenios, las culturas y civilizaciones y los Estados y las sociedades
se mantienen/mantuvieron/sostuvieron, si defienden una moral mínima, universal
y natural. Si distinguen el bien y el no-bien y el mal, si distinguen la bondad
y la maldad. Todo tiene como fundamento esto. Si destrozamos esto, al final,
ese ser humano se hundirá por dentro, y, lo mismo, lo harán las sociedades que
así obran, las culturas y los Estados. Aviso para bebedores de agua o
granizados en veranos de calor…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero
(28 junio-12 jul. 23 cr).
Fin artículo 3.671º:
“Victimas y verdugos”.
E. 12 julio