Artículo Periodístico 4.357º: “Dejar de fumar y Carmen Martín Gaite”.
No hablaremos de dejar de fumar,
sino de buenos y malos hábitos. Malos usos, malas costumbres, malos hábitos.
Esta es la cuestión. No caer en malas ideas, costumbres, actos.
Decían,
los viejos maestros de la escolástica, quizás venga la idea de antes, que los
hábitos o deshabitos del ser humanos, son y constituyen en una segunda
naturaleza. La primera sería la naturaleza física y biológica, pero la segunda
naturaleza, tan fuerte como la anterior, sería la naturaleza psicológica y
moral.
De
ahí, que todo ser humano, tiene una lucha durante toda su existencia, de
intentar, hacer actos que sean correctos desde el sentido común, la realidad
del saber ortodoxo o verdad, en la medida que se pueda, y, desde la
realidad-verdad-bien psicológico, y, desde luego el moral o ético. Sé que es
simple y es complejo el problema. Es no caer en vicios, y desarrollar virtudes.
Hablar
con este lenguaje hoy en día, es casi como tocar la campana de la iglesia para
que vayan a los servicios religiosos a las tres de la mañana, una noche de
enero de cualquier época. Cada etapa o fase de la vida, tiene sus grandezas y
bondades, y, sus miserias y penalidades. Esta es la realidad de lo real y lo
real de la realidad.
Pero
el ser humano, cada ser humano, o colectivos o grupos o comunidades de ser
humano, se van o nos vamos haciendo una escultura psicológica y moral, de cada
uno de si mismo, individuos o colectivos. Esta es la cuestión eterna. Somos
naturaleza física-biológica, pero también somos naturaleza psicológica-moral.
Tenemos que construirnos en ambos mundos, tenemos que cuidar de la salud del
cuerpo y tenemos que cuidar la salud de la mente y del alma… Este es uno de
nuestros trabajos, entre muchos.
Durante
siglos, los púlpitos era la filosofía para el pueblo, se enseñaba y expresaba
la filosofía y el filosofar para el pueblo. Y, el pueblo, no solo aprendía
teología, fuese de la iglesia ortodoxa bizantina-rusa, o fuese de los
evangélicos o fuese de los católicos romanos. Sino dentro de la teología
existía mucha filosofía, y, con la filosofía mucha moral, que no solo venía de
Jerusalén, sino de Grecia y Roma pasando por las estaciones de la Edad Media,
Renacimiento, Edad Moderna y la actual.
Pero
ahora, sucede que cada vez, va disminuyendo más y más la presencia de las
personas en las iglesias, por tanto, las personas cada vez van teniendo menos
conocimiento del mundo de la moral y de la ética y de la teología. Y, estos
mundos son necesarios, para intentar llevar una vida correcta, realizar unos
actos que sean psicológica y moralmente correctos, racionales, prudentes, lo
más cercano a la verdad y al bien-bondad… Este es el drama de nuestro tiempo.
Salen de la tierra cada vez más generaciones, que no distinguen muy bien, lo
que es verdad-bondad-bien moral, de lo que no es verdad, ni bien, ni bondad
moral…
Somos
como unos animalillos, que no somos conscientes, que hacer actos buenos, en
verdad y en bien y en bondad, van haciendo a ese sujeto más virtuoso y mejor,
y, hacer actos malos, en error y en mal, van haciendo al hombre más desvirtuoso
y peor, con más errores psicológico-morales, lo que antes se indicaba como
vicios.
Los
errores psicológicos morales, son decenas y cientos, y, el vecino ha caído en
uno, en una clase de ellos, y, tú eres o no eres consciente, pero tú, tú o yo,
podemos haber caído en otro, en otra clase de errores psicológicos y morales.
Y, pueden existir, potencialmente, cientos de actos buenos y cientos de actos
malos, cientos de hábitos buenos y cientos de hábitos malos. Y, potencialmente,
usted puede caer en unos y yo en otros. Y, este es el problema. Que es fácil
caer, y, no ser consciente del todo que hemos caído en ello. Y, es fácil caer y
después, no lo es tan fácil salir. De ahí, la necesidad de no entrar en el pozo
negro y obscuro, aunque al principio, siempre es claro y dulce y suave, pero
después se va convirtiendo en agrio y duro y ácido…
Y,
ya hemos indicado, lo de la segunda naturaleza, los hábitos humanos son una
segunda naturaleza. Un acto o un tipo de actos equis, de una realidad zeta
hacen un hábito, y, ese hábito, esa segunda naturaleza que dirían los
escolásticos, es esencial, para intentar entender y comprender el mundo, de
vivir de forma correcta o no. Podría poner decenas de actos y de hábitos buenos
y no-buenos, buenos y malos, pero eso se lo dejo a usted. Hemos empezado con el
fumar, pero el fumar solo sería un tipo o clase…
Nos
hemos encontrado con un artículo-columna periodístico, de la notable escritora Carmen Martín Gaite (1925-2000),
titulado: Dejar de fumar, publicado en Actualidad Tabaquera, de
julio de 1984. Ya hace cuatro décadas.
Y,
cómo verán a nivel psicológico y moral-ético, los humanos vamos heredando
similares cuestiones, durante siglos. Quizás, en un tiempo será un tema o una
cuestión o un hecho o un tipo de acto, y, en otro será otro. Decir que buenos
actos, que sean buenos a nivel psicológico y moral, hacen buenos hábitos, y,
los hábitos es una segunda naturaleza. Quizás, usted ya no vaya al púlpito a
oír la filosofía-teología de siglos, pero quizás, este artículo periodístico,
puede recordarle cosas que quizás haya olvidado hace tiempo. Quizás, por este
artículo y tema, no reciba grandes elogios y laureles, sino lo contrario, pero
quizás, sea el deber como columnista de opinión, aunque sea modesto y sin
brillo y sin laureles. Paz y bien.
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (30 julio-04 agosto 2024 cr).
Fin artículo 4.357º:
“Dejar de fumar y Carmen
Martín Gaite”.
E.
04 agosto