Artículo Periodístico 4.392º: “¿Las Autoridades Máximas caminan por la calle?”.
Me
he preguntado siempre, si es conveniente, que de incógnito aunque lleven diez
escoltas escondidos, si las Autoridades Máximas deben un día al mes, al menos
andar por la calle.
Se
cuenta de Pedro el Grande, de la
Gran Rusia, se habla de Alfonso XIII,
de España, que por distintos menesteres, salían a la calle, varias veces cada mes.
Reitero por distintos motivos. Se dice que Pedro,
el Grande, que era una figura enorme en lo físico, estuvo, casi de
incógnito, varios meses por Europa, incluso trabajando en los astilleros, no sé
si de Holanda, como si fuese uno
más. O, eso dicen…
Pero
me pregunto, cuándo el Poder Político Máximo, el Poder Económico Máximo, el
Poder Legislativo Máximo, el Poder Jurídico Máximo, cuándo o cómo o en qué
línea/momento dejan de caminar y andar
por la calle. No digo todos los días, sino al menos una vez cada semana o cada
mes. Cuándo, cuánto poder se alcanza a nivel económico, político, social,
cultural, religioso cuándo una persona que sustenta ese Poder o ese poder, ya
empieza a dejar de caminar por la calle, ya utiliza coches oficiales o de
empresa, que le llevan desde su casa que es un residencial cerrado a los
aeropuertos o a su trabajo o a los mil menesteres de la vida. Cuándo habla con
todo el mundo, pero diríamos en un horizonte ya desde una línea hacia arriba…
pero no hacia abajo.
Siempre
me he hecho esta pregunta, pero no sé contestarla, no sé, si es conveniente,
que esas máximas figuras del poder, una vez al mes, durante tres horas, suban
en metro, aunque lleven diez escoltas camuflados, vayan a un bar del pueblo,
con mil voces, que caminen por las aceras, que se mezclen con unos y con otros,
que se rocen, o que incluso choquen en la acera… pero que nadie los reconozca,
porque llevarán barba o pelo teñido o sombrero o mil artilugios del disfraz.
No
soy demagogo, nunca lo he sido, no sé si el riesgo, porque siempre se filtran
los datos y las noticias, de que le hagan un atentado a una Gran Figura sea del
mundo que sea –político, ejecutivo, legislativo, judicial, económico,
religioso, etc.-. El peligro de que sufra un atentado es mucho mayor, que lo que
puede aprender y aprehender tomando un café en un bar normal o menos normal de
la calle Serrano o Velázquez o la Castellana o Delicias de Madrid, rodeado de
guardaespaldas camuflados, y, que los niños que juegan a su lado, o los
ancianos que toman un café o antes leían el periódico de papel, o alguien que
habla mal del gobierno. No sé, si eso valdría la pena, tendría más valor esa
realidad, ese conocimiento, aunque sea un día del pueblo, tendría más valor, le
aportaría mucho, teniendo en cuenta el riesgo. Evidentemente, sin que nadie de
ese pueblo lo supiese. Entonces, tendría que ponerse un disfraz y cambiarse el
rostro… Porque si no el juego no tendría gracia…
Nunca
he llegado a una conclusión definitiva. No sé, si este tema existirá en un
capítulo de alguna rama o asignatura, de lo que ahora se llaman Ciencias
Políticas, antes formadas por la Historia Política, la Filosofía Política, la
Teoría Política, la Economía Política, El Derecho Jurídico y Político, porque
todo sistema jurídico es político y viceversa, etc.
Indicábamos
que llegaba un momento en la existencia de esas personas, que dejan de andar
por la calle de forma normal, porque aunque lo hagan alguna vez, todo el mundo
reconoce sus rostros, y, por tanto, todo el mundo representa un papel. No solo
ellos o ellas, sino el pueblo, que puede atravesar sus ojos y sus tiempos y
espacios de forma momentánea…
Dirán
que es suficiente, que conocen en demasía, por informes económicos, de
inteligencia y de mil cosas y mil maneras, conocen lo suficiente la realidad en
la que viven y que vivimos. Que es tal el conocimiento que tienen, de cientos
de asesores o docenas, según si son grandes empresas económicas, o son
determinados poderes del Estado, que reciben suficientes informes y datos y
teorías y concepciones… ¡Y, que no necesitarían caminar por ningún barrio de
ninguna ciudad de España, de incógnito, porque el riesgo es muy superior a lo
que podrían aprender y aprehender, además de un tiempo, demasiado largo que
tienen que ocupar en mil otras funciones, no podrían atender las llamadas
nacionales e internacionales discretas y secretas…!
Pero
la doble pregunta, sigue en pie: ¿cuándo alguien que ha ascendido en una
responsabilidad del poder o de algún poder, deja de tomar café en algún bar
normal, o, deja de caminar por el autobús normal, oyendo las conversaciones y
los silencios del pueblo…?
¿Segundo,
sería conveniente, que una vez al mes, al menos, las Autoridades Máximas de los
distintos poderes, incluidos las grandes empresas, caminasen sin nadie
conocerlos, con disfraz incluido, unas dos o tres horas, por las realidades
humanas, aunque lleven de incógnito diez guardaespaldas… sería conveniente?
¿Quizás,
no aprenderían nada del pueblo, pero quizás, recordarían cuándo fueron ellos
pueblo –si es que alguna vez lo han sido, aunque si sus abuelos o bisabuelos o
tatarabuelos, pero eso no se hereda por las moléculas de las neuronas, que se
sepa-, y, nadie se fijaba especialmente en ellos, nadie les guardaba pleitesía,
nadie hacia teatro y representaba un papel ante ellos…?
¿Bueno,
espero la opinión de los expertos…?
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (22-25 agosto 2024 cr).
Fin artículo 4.392º:
“¿Las Autoridades Máximas caminan por la calle?”.
E.
25 agosto