Artículo Periodístico 4.384º: “Deporte y gordofobia”.
En
estos días ha surgido como noticia de actualidad, que algunas personas en
algunas redes sociales han atacado a una deportista de elite mundial, solamente
por su sobrepeso.
No
citaré nombres de personas implicadas. Diré de antemano, por si alguien no lo
tiene claro, lo siguiente: que es mejor tener un peso “normal”, porque el
sobrepeso puede acarrear problemas de salud y de otro tipo. Pero una cosa, es
que alguien lo ideal sea tener un peso más moderado, y, otra es atacar,
denigrar, marginar, silenciar a una persona porque tenga sobrepeso –sea en la
medida que sea-. Por tanto, defiendo a esta deportista, pongo aquí mi tinta y
mi pluma en su homenaje.
Los
seres humanos disponemos en nuestro ser y estar de decenas de características:
una pueda ser el cuerpo, la belleza, pero existen docenas de otras
características, variables, factores, ponderaciones, interrelaciones. Nadie, y,
nadie es nadie, tiene en todas el valor de cien… Unos, unos somos más en algo,
otros menos en algo, la mayoría casi semejantes en el resto.
Me
gustaría saber quienes han atacado a esta muchacha deportista –llamo muchacha,
porque es más joven que yo, lo digo con respeto y con amabilidad y con
ternura-, es cien en todo… Porque empecemos, es mejor tener estudios
universitarios que no tenerlos, nos reímos o marginamos o silenciamos a quienes
solo tienen la enseñanza básica o solo la secundaria. Es mejor tener suficiente
riqueza material y económica, se ríen estos de todos los que no la tienen, o
solo tienen la mínima. Es bueno tener trabajo y trabajo remunerado y trabajo
seguro, los que tienen trabajo en estas condiciones se ríen y se mofan y
critican a quienes no la tienen. Es bueno tener uno ochenta de altura, los que
tienen esa altura se ríen y se mofan de todo el resto que tiene menos. Y, así,
podríamos continuar decenas y decenas de características del ser humano…
Así…
Nadie es el hombre cien, ni la mujer cien… el que parece que tiene todo, le
falta algo. Recuerdo a un hijo de un gran potentado industrial español, de hace
ya muchas décadas, en unas declaraciones y entrevista, ya con cierta edad,
decía, que se acordaba de tazón con leche que su ama/doncella/asistenta que le cuidaba le
daba, es decir, se acordaba de aquella mujer, porque posiblemente su madre
tenía que atender a muchas realidades sociales… -en este caso, tampoco pondré
nombre, y raro en mí, recuerdo su nombre y su apellido…-.
No
deseaba entrar en este tema, que como cualquier realidad humana y social, tiene
muchas variables, causas, consecuencias, fines, etc. Porque aquí, tocamos el
mobbing, sea en la escuela, sea en senos familiares amplios, sea en los
trabajos, sea en asociaciones de todo tipo… Pero aquí diría, lo que siempre
expreso, lo digo con forma simbólica, casi como una ecuación metafórica: “usted
se ríe de mí, porque tengo siete dedos en cada mano, pero a usted no le gusta
se rían de usted, que tiene tres orejas…”.
No
podemos decir, que la ebriedad, que es un ejemplo, que casi siempre utilizo,
podría imaginar y emplear otros, pero creo que éste es más general e intuitivo:
Primero, nadie puede decir, que alguien que caiga en la ebriedad, sea bueno.
Segundo, que hay que intentar que esa persona vaya al sistema de salud.
Tercero, no se le puede marginar y silenciar y ningunear a una persona porque
haya caído en la ebriedad.
Una
realidad humana es negativa, es o sería mejor, que esa realidad no se
produjese, es mejor tener un “peso más comedido que sobrepeso”, pero ya que se
tiene, a esa persona, no hay que reírse de ella, no hay que mofarse de ella, no
hay que marginarla, no hay que
silenciarla, sino que hay que tratarla con dignidad, con la dignidad humana que
tiene, que tiene todo ser humano. Se le debe ayudar a que vaya reduciendo el
peso, por salud física y salud biológica y salud psicológica. Quizás, esa
persona ya paga precios muy altos y negativos, por esa característica. Ya, ya
está bien…
A
esos señores que han hecho mofa de esa mujer deportista de elite, mujer con
sobrepeso, no se le ha valorado todos sus méritos deportivos, no se le ha
valorado como persona. Porque esa persona deportista con sobrepeso, tiene cien
variables o cien características o cien dimensiones, y, me quedo corto, como
usted, y, en muchas estará por encima de la media, quizás, quizás, posiblemente
sea mejor persona que usted y que yo, quizás tenga más estudios que usted y que
yo, quizás tenga más bondad que usted y que yo… Quizás, no ha caído en ninguno
de los siete pecados capitales o errores morales graves, y, usted y yo, hemos
caído en uno o en dos, en la lujuria, en la gula, en la avaricia-codicia, en la
pereza, en la soberbia, en la ira-cólera, en… y, esta mujer y así, cientos y
miles como ésta, no han caído en ninguna de esas realidades psicológico y
morales negativas, también sociales y familiares…
A
esa persona que se han metido y denigrado a esta mujer, bella mujer por tener
sobrepeso, le preguntaría qué heridas o complejos o traumas tiene, que tiene
que pagar su mala leche y su ira y su maldad, con otra persona, que ni siquiera
conoce, que no le ha hecho nada a él en particular, que nos está representando
a todos, que es una mujer que está intentando vivir, sí, sí vivir como todo ser
viviente, solo su gran falta y pecado es vivir. Vivir como usted y como yo y
como su vecina.
Y,
también, para terminar le diré a usted, que quizás, examine mejor a su familia,
la historia de sus padres, tíos, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, quizás se
encuentre, no solo personas con sobrepeso, sino personas con faltas mucho más
grandes y graves, con pecados ocultos familiares muy graves. Y, le voy a decir
a usted también, posiblemente, su hijo o su nieto o su biznieto o biznieta,
tendrá sobrepeso o, alguno de ellos, o, lo que sea peor, alguna falta
psicológica o moral, incluso más grande y más grave.
Su
castigo y su sentencia será, cuándo vea a su nieta o biznieta como llega del
colegio llorando porque se han metido con ella, porque tiene “sobrepeso o
cualquier otra cosa”. Esa será su condena. No lo olvide, porque
irremediablemente le sucederá, porque nadie es el hombre cien, ni la mujer
cien… O, quizás, otra peor… ¡Dios, nos libre del mal y de la maldad de los
malos y de los medio-malos…! ¡No permita, no se permita que el mal y la maldad le
envuelvan por dentro o por fuera, aunque aparentemente por fuera sonría mucho y
sea muy extrovertido…! ¡Paz y bien y bondad y sentido común…!
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (15-25 agosto 2024 cr).
Fin artículo 4.384º:
“Deporte y gordofobia”
E.
25 agosto