Artículo 4.980º: “Ser normal quizás sea el mayor epíteto de una persona”.
Hemos vivido tiempos, décadas,
que parecía todo el mundo deseaba ser notable y extraordinario, pero quizás, la
normalidad, sea el mayor y mejor calificativo de una persona.
Ya sé que en psicología y
psiquiatría y en algunas ciencias sociales se pone en crisis o en duda el
concepto de normalidad. O, dicho de otro modo, no se niega la “normalidad”,
pero si de alguna forma o manera, la “no-normalidad”, qué es la normalidad, qué
es la no-normalidad. En la vida real y rutinaria, toda persona, tiene una serie
de características, vectores, valores, factores que son como la media de la
población, y, después otros, que son específicos de dicha persona, en cuanto
que algunos estarán por debajo de la escala, otros, otros por encima del nivel…
Quizás, se ha infravalorado
demasiado al pueblo, al pueblo que todas las mañanas se levanta para vivir el
día, para vivir la vida. Quizás, se haya alabado demasiado las grandes
características, que serán buenas o no serán tanto. Quizás, la fama y la
notoriedad se señalan mucho. En las escuelas se enseña los nombres de los
grandes descubridores, de los grandes políticos, de los grandes empresarios-economistas,
de los grandes físicos, de los grandes matemáticos, de… y de… pero raramente se
muestran los nombres, los recuerdos de las personas normales que llevan toda la
vida normal y rutinaria, pero que también son necesarios. No todo el mundo es Einstein, muchos lo intentan, quizás,
pocos lo consiguen… En todo sucede lo mismo… Incluso Einstein, Galileo, Newton, en su vida normal y rutinaria, en
algunos aspectos dejaban mucho que desear…
Todo el mundo, decíamos tiene
algún factor o vector extraordinario, distinto a la media de la población. Y,
que es bueno y legal y moral dicho vector o característica de su ser y de su
personalidad, pero evidentemente, hay que descubrirlo. Qué característica puedo
tener o disponer yo, o usted o su amistad que destaca sobre los demás… y, que
es buena. Algunas personas la descubren, otras no… Por otro lado, eso de
explotar los talentos del Nuevo Testamento. Esa frase que
dice, que “todo el mundo es extraordinario en algo”. Pero el problema es
descubrirlo…
Quizás, en tiempos de famas de
quince minutos, la famosa frase de Warhol.
Que demasiadas personas se presentan en programas televisivos, que mal
traducidos, llaman de la realidad. Quizás, sea bueno y necesario indicar, que
las “personas normales”, que siguen sus vidas, con rutinas que son buenas, que
se levantan todas las mañanas para cumplir sus deberes y sus obligaciones, son
también héroes anónimos…
Acaso no es un héroe anónimo,
miles de panaderos que se levantan de madrugada a hacer el pan, acaso no son
héroes anónimos miles de agricultores que hacen lo mismo, acaso no son héroes
centenas de miles de mujeres que cuidan sus casas y los que respiran en ella,
acaso no son héroes decenas de miles de médicos que intentan curarnos
enfermedades, acaso no son héroes anónimos, miles de concejales que en sus
ayuntamientos hacen lo que pueden, sin recibir compensaciones económicas y sí
dolores de cabeza, acaso no son héroes cientos de articulistas de opinión, que
intentan poner algo de luz al panorama tan complejo y de tantas variables de la
vida actual, y, la inmensa mayoría no cobran nada de dineritos…
Como tengo el defecto o la virtud
académica y universitaria de la cita. Podría continuar esta columna de opinión,
o, darle el remate final, sin citar a nadie, pero creo que hay que hacerlo y
nombrar y citar. Así, así se muestra que esto del columnismo es una carrera de
relevos, unos vamos copiando ideas y argumentos y razones y datos y títulos de
temas, unos de otros, es una enorme rueda. Tomamos de la calle, de nuestras
percepciones, de lo que leemos, de lo que escuchamos en la calle, de la prensa,
de mil fuentes… Pero a mí, a mí me gusta citar, y, hoy, este tema, se me ha
ocurrido, la verdad es que lo he pensado muchas veces, para no mentir y engañar
a nadie. Hay que valorar la vida normal y rutinaria, bajo la luz de la
legalidad vigente, de la moralidad correcta.
Bueno, decía, hoy he tomado este
tema de una entrevista que le hacen a Leopoldo
Abadía, que el periodista Álvaro
Sánchez León, le hace en Aceprensa el 16 de junio del 2025,
-y, que le invito la lea-, y que titula con una frase del entrevistado, un
empresario e ingeniero industrial y profesor, un hombre de noventa y un años,
que nos habla de la vida y de la vida de todos y de cada uno. Porque de la
vida, deberíamos recordar, de la vida todos la vivimos, y, todos hemos
aprendido algo de ella, y, todos ponemos algo o mucho en ella…
Dicha frase que indica el
entrevistado, que el periodista toma como titular de dicho diálogo es: Leopoldo
Abadía: “Ser normal es lo mejor que se puede decir de una persona”. Y,
creo que es verdad, me recuerda mucho eso de la fórmula o verdad biológica, no
recuerdo bien el biólogo: un organismo sobrevive si tiene de todo lo que
necesita, siempre en cualquier tiempo, no mucho en una estación y poco en otra.
Es decir, todo organismo vivo, sobrevive, si tiene agua suficiente y comida
suficiente en cualquier estación, y, no mucha en unos tiempos y muy poca o nada
en otros. Así, así no sobrevive… –creo que es del bioquímico Liebig-.
Hoy, hoy levantamos una lanza,
para valorar a las personas normales. Que al final, eso somos todos. Somos
gente normal. Todos, incluso las elites, solo son élites en una característica,
en el resto son personas normales y rutinarias… como usted o su prima o su
vecina o su padre…
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (01 julio 2025 cr).
Fin artículo 4.980º:
“Ser normal quizás sea el mayor
epíteto de una persona”.
E.
13 julio