Artículo 5.210º: “Los humanos fallecen: Octavio Paz y Sor Juana Inés”.
Hasta ahora todas las especies de
humanos que han existido, y, de homínidos anteriores, cada individuo ha
fallecido. Por tanto, el morir y la muerte es una realidad presente.
Pero
no me voy a ir en este texto, al menos de momento, por las teorías que dicen
que la informática o la superinformática o hiperinformática del mañana, dentro
de un siglo o tres, podría crear una “réplica individual de cada persona”, y,
traspasarla a un sistema de ordenador, y, de esa forma y manera, tener una
vida, si no eterna, si durante siglos o milenios, seguir evolucionando
mentalmente dentro de un artilugio superinformáticos. No. Hoy, voy hablar, a recordar
a dos grandes genialidades de las letras hispánicas. Uno, Octavio Paz, dos, Son Juana
Inés de la Cruz.
Hasta
la Independencia Americana del Sur, emancipación de España, todo era España,
todo formaba parte del Reino de España,
quizás, una consecuencia lateral, no pensada, no organizada desde el principio,
trajo como consecuencia, un factor esencial, la Independencia-Emancipación. La
guerra de la Independencia Española de 1808-1814, trajo como
consecuencia, una de ellas, la Independencia-Emancipación de América del Sur.
Y, desde ese momento se rompieron enormes lazos. Creo, que muchos territorios
de la Península Ibérica, la Mancha,
venga por caso, vivían peor que muchas zonas de América del Sur en el siglo
dieciocho. Cito esto, porque se rompió, en gran parte, cosa que ahora este
siglo último se intenta restablecer, ese puente literario entre América del Sur
y España. Y, en cierto modo continúa.
En
este recordar los artículos hispánicos, creo que ya llevaré citados más de dos
centenas de autores y autoras, y, con ellos artículos y nombres concretos. En
este buscar y rebuscar por estos viajes interiores. Porque al final, la
literatura es sólo una narración interior que se excusa en algo exterior, y,
viceversa. Pues me he encontrado con un artículo de Octavio Paz Lozano (1914-1998), titulado: Oración Fúnebre, hecho
luz y materia de palabras en ABC, del día 21 de abril de 1995. Y,
nos habla de diversas cosas, una de ellas, de la muerte y sepelio de Sor Juana Inés de la Cruz Ramírez de
Santillana o Juana de Asbaje
(1648/1651-1695), para mi, un misterio y enigma de mujer. Todavía me pregunto,
cuánto de sus escritos se habrán conservado, cuánto se habrán perdido, cual es
su biografía más o menos exacta...
En
un ambiente de un convento de clausura, tan propenso a que las letras se puedan
perder, o, al menos, eso es lo que se dice –me he preguntado muchas veces, si
en los Archivos y bibliotecas de conventos, monasterios, iglesias, incluso
después de pasar y padecer tantas guerras y quemas, si todavía quedarán manuscritos
de escritores, filósofos, teólogos, y también de obras de féminas, que sólo
queda el manuscrito o sólo algún ejemplar o copia de una publicación. Me
pregunto si habría que realizar un trabajo de recuperación de todas esas obras,
primero catalogación y descubrimiento, después recuperación. Aunque sea
expresarlo en forma virtual, antes que se pierda más. En eso están distintas
entidades y organismos culturales, también hay que indicarlo.
Hoy,
recordamos diríamos cuatro realidades: una, el género del artículo de opinión y
literario. Que para muchos con él, se podría hacer grandes obras. Acumulación
de cien artículos como de cien poemas, y, construir una obra maestra y genial.
Este sería uno de los fines que todos los que se dedican a este género deberían
intentar. Dos, el problema de lo Trascendente y de la Trascendencia, en
definitiva, de la muerte. De saber, si tenemos eternidad o no tenemos eternidad
individual cada ser humano. Tercero, Octavio
Paz. Cuarto, Sor Juana Inés de la
Cruz.
La
biografía y la obra de Sor Juana Inés de la Cruz, es el ejemplo, claro y
evidente, de lo que llevo defendiendo, ya décadas, las obras se pierden. Esta
es la realidad. Las producciones culturales se pierden masivamente. Esta es la
realidad y esto es lo real. Es cierto que ahora, los grandes o que son
considerados grandes, pueden archivar y guardar miles de documentos de todas
clases de sus personas y sus producciones, sea en el tema-saber que sea. En el
siglo veinte hubo una explosión del concepto de conservación de las producciones,
cartas, documentos, obras de los grandes hombres y mujeres de la cultura.
América y sus universidades están llenos y rellenos de todo ello. ¡Cuántas
producciones culturales de mujeres se habrán perdido a lo largo de los siglos,
hayan estado en conventos o no…!
Pero
después existen figuras consideradas en su tiempo de segundo nivel y tercer
nivel. Y, en provincias también. Aquí, está el meollo de la cuestión. De estas
obras y de estas personas apenas se conserva nada, es más se pierde. Ya en vida
de autores y autoras empieza un proceso de pérdida y de olvido y de deterioro
de sus materiales… Este es el drama. Ciertamente, puede que sólo un autor o
autora, en tal especialidad o en tal otra, uno de cada cien, dentro de dos
siglos se valorará más que en el presente. Pero por ese solo autor o autora,
uno entre cien o uno entre mil. Se deberían organizar sistemas masivos, de
quién quiera, existan lugares, aunque sean virtuales para conservar sus
producciones…
Dice
Octavio Paz en su artículo que
citamos: ”El 17 de abril de
¡Cuánta,
cuánta cultura, interpretación e interpretaciones del mundo se habrá perdido,
siglo tras siglo, cuánta se seguirá perdiendo, cuánta…!
https://muckrack.com/jesus-millan-munoz ©
jmm caminero (06 noviembre 2025 cr).
Fin artículo 5.210º:
“Los humanos fallecen: Octavio
Paz y Sor Juana Inés”.
E.
16 noviembre