Artículo Periodístico 3.221º: “La/mi propia salvación del alma inmortal”.
Durante
siglos y milenios ha constituido en el ser humano, en casi todos los seres
humanos, que la gran ocupación y preocupación de cada persona es/era su
salvación eterna.
Dirán
que este no es un tema que interesa a toda la sociedad, ni siquiera que es una
cuestión de actualidad, de novedad periodística, a lo sumo una cuestión
intemporal. Pero les pregunto a ustedes, siguiendo la tradición clásica, si
usted/yo, esta tarde, tenga/tengamos la edad que las canas o moreneces del
cabello dispongan, si esta tarde terminamos este viaje a/en esta
tierra/tránsito/fallecimiento/muerte, y si existe Dios, si existe que tengamos
alma inmortal, si existe Juicio Particular, si existe eternidad buena o
no-buena/mala, usted/yo dónde iríamos al lado Bueno de la Eternidad o al Lado
Malo de la eternidad.
Comprendo
y entiendo que usted tiene multitud de obligaciones, de placeres,
sensualidades, derechos, deberes, trabajos, preocupaciones hoy, para ocuparse/preocuparse/pensar/pensarse
en esta cuestión. Pero, sin negar que usted debe cumplir con todos sus deberes
legales y morales, y, todo lo demás, también debería pensar-pensarse en este
tema, ¿qué sucedería si esta tarde, la guadaña en forma, quién sabe le llega y
le corta el aliento? ¿Espero que no, pero millones de personas hoy nacerán,
millones de personas hoy fallecerán? ¿No podemos negar esa/esta realidad
existencial y vivencial…? ¿No deseo que caiga usted en la angustia o pena o
desesperación por hacerse esta pregunta? ¿Pero con sosiego y moderación examine
usted esta cuestión, aunque sea en cinco minutos, quizás en ese viaje en el
metro, esa espera delante del semáforo, en la silla del autobús? ¿Menos, le
indico/aconsejo que cambie radicalmente, y se aleje a un monasterio/eremitorio,
sino que sencilla y sosegadamente, continuando con su vida normal, familiar,
social, laboral, cultural se haga esta pregunta…?
Dicen
las encuestas en esta sociedad y país, que determinadas religiones de año en
año aumentan la población/fieles, y que otras, el cristianismo va disminuyendo,
que va aumentando el número, sumando de ateos, agnósticos, no creyentes y,
disminuyendo el del catolicismo. Que va disminuyendo, en algunos parámetros,
personas que van a Misa los domingos –pero nunca indican las cifras que asisten
a la Misa, por mil razones, por televisión, radio, etc.-, pero no descartemos
que son ocho millones de momento las que asisten a Misa los domingos.
También
indican que las personas que reciben sacramentos, -bautismo, confirmación,
Eucaristía, matrimonio religioso católico, etc.- van disminuyendo. Incluso, que
va aumentando las cifras de los apostatas oficiales –cifra que habría que
confirmar…-. Algunos indican estos números, unos con satisfacción que el
cristianismo, especialmente el católico vaya disminuyendo, otros con
preocupación y cierta pena-angustia-desaliento-desesperanza. Porque muchos
creen, incluso, desde ópticas existencialistas, filosóficas, experienciales,
vivenciales, que saben, “que a menos
cristianismo en la sociedad, individuo, familia, Estado, grupos, más
sufrimiento a/para los seres humanos”.
Los
humanos, la historia lo muestra/demuestra hasta la saciedad, si queremos
escucharla, sabe o debe saber/conocer que para vivir en sociedad, para que una sociedad,
con sus problemas internos camine en cierto sosiego y paz y cooperación y
solidaridad y prudencia y sentido común y armonía, necesita los sistemas de
leyes jurídicas, lo más justas posibles, lo más cercanos a los Derechos
Humanos, necesita el poder/poderes civiles constitucionales, necesita un Estado
Constitucional en Democracia, necesita, un Estado del Bienestar, lo más extenso
posible, pero que sea competitivo con otras economías que defienden menos los
derechos humanos y menos la democracia y menos el estado del bienestar. Porque
si no es competitivo esa sociedad-Estado, al final, esa sociedad cae en crisis,
y, también, todos los derechos humanos legales y el estado del bienestar…
Pero
además, para que una sociedad-Estado-familias-grupos-colectivos-individuos
caminen en progreso y paz y riqueza, riqueza en todos los sentidos, necesita
mayoritariamente, la aceptación, de una “moral y ética de tipo racional y
filosófico”, unos principios, que sean del común sentir de todas las personas y
grupos. Y, además, también, necesita un cemento que una todos los ingredientes
de la sociedad-Estado, que es lo que ha hecho, entre otras funciones, durante
milenios, de distinto modo y parecer, las religiones positivas, en nuestro
caso, en nuestro solar y lagar y terruño, el cristianismo católico… Y, sin
estos dos grandes ingredientes, sin una moral universal mínima de corte
filosófico-racional, y, sin una moral-ética de orden/dimensión religiosa
espiritual. Una sociedad, toda sociedad termina tambaleándose, haciéndose a/en
sí misma en crisis, no siendo competitiva en la liga internacional del mundo,
creando/se individuos y grupos y colectivos y la misma sociedad/Estado, enormes
conflictos internos y desavenencias…
Al
final, las buenas costumbres sociales y humanas, de individuos, colectivos,
grupos, no solo depende de la buena enseñanza y educación y práctica,
aprendida/aprehendida en los núcleos familiares, en los buenos usos/costumbres
sociales, en la escuela/educación, en el propio aprendizaje/autoevaluación, sino
que todo esto, depende en gran parte de la moral mínima universal aceptada por
esa sociedad, por la moral de la religión mayoritaria de esa sociedad…
Puede
que a usted no le preocupe/ocupe hoy, ni mañana, ni desde hace diez o treinta
años, que puede existir salvación eterna, individual, para cada ser humano,
para usted, y, que puede existir condenación eterna individual, también para
cada ser humano. Pero usted, tiene que elegir en su vida, si lo que desea, es
una sentencia u otra. Usted, tendrá que decidirlo, hoy, quizás, no lo haya
hecho ayer, ni hace cincuenta años, pero quizás hoy, hoy debería planteárselo.
Y,
digo yo, si existe eternidad individual, del principio que denominamos
alma-espíritu inmortal, no sería mejor, que usted y yo, deseemos/anhelemos la
eternidad buena con el Buen Dios, no la eternidad mala con la ausencia de Dios,
que viene a ser, con la ausencia esencial de lo que somos, durante toda la
eternidad, con la desesperación y la ilimitada angustia y sufrimiento de/en
toda la eternidad… Y, digo yo, no es mejor, en una tarde de inmenso calor de
agosto, en la Mancha, sentarse dentro de un bar con aire acondicionado y un
buen café con hielo, que no estar en la calle tirado a cuarenta y pico grados,
con una sed horrenda… -sabiendo que no terminará nunca, ni una cosa, ni otra…-.
¡Por
tanto, no sería lógico, racional, razonable, prudente, sea cual sea su
situación biográfica y existencial y vivencial y laboral, que siguiendo,
cumpliendo una vida normal y rutinaria, usted, desde hoy, se ocupe y preocupe
de su salvación eterna de su alma…!
¡Puede
que no exista, pero si no existe, tenemos el dilema de Pascal/Unamuno, digamos en una de
las interpretaciones, “es mejor vivir de forma correcta, porque si existe Dios
y existe eternidad, habrás ganado el gran premio, y, si vives de forma correcta
y adecuada y moral y, no existe Dios y no existe eternidad para tu/su alma, no
habrás perdido nada, encima habrás ganado, porque habrás vivido de forma más
honesta, racional, moral, correcta…! ¡Paz y bien…!
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (30 sept.-05 oct. 22 cr).
Fin artículo 3.221º:
“La/mi propia salvación del alma inmortal”.
E. 05 octubre