Artículo Periodístico 3.240º: “Ocurren cosas, nos ocurren cosas”.
Estamos rodeados y dentro de
acontecimientos, cosas, circunstancias, personas, datos, conceptos,
percepciones, ideas. Somos como un ser que tiene que analizar/dilucidar todo
ello.
Nunca sabemos si un
acontecimiento equis o dato o idea o circunstancia, exactamente la importancia
que tendrá, o, mejor, medio acertamos. Si desacertásemos todas, nuestro mundo
biológico y psicológico se nos caería. Existimos, porque las opciones que
tomamos hoy, son medianamente racionales y lógicas y empíricas y verídicas, y,
seguirán siendo dentro de equis tiempo.
Pero tampoco, sabemos, los
acontecimientos de otras personas, que pueden ser pequeños o grandes, pueden
tener importancia en el resto de la humanidad. Alabamos, demasiadas veces,
paisajes lejanos, que hemos visitado con el cuerpo-mente-alma, pero no
valoramos, los pequeños paisajes que están a nuestro lado, y, que nadie/casi
nadie los recuerda, ni los hombres/mujeres de la cultura/anticultura. Nadie alaba
el paisaje de la Mancha, las puestas de sol, como ese mar infinito de ocres y
amarillos. Nadie viene a visitar estas planchas de sol y tierra y aire y color.
Por ejemplo.
Todo esto lo indico porque al
leer una columna de Pedro G. Cuartango, titulada: Mirando
las estrellas en un lago suizo, publicada el 27 de mayo del 2009, en ElMundo.es.,
evoca su experiencia de este paisaje y nos hace/rehace reflexiones interiores y
exteriores, sobre Nietzsche, Wagner, y, en definitiva, sobre la
condición humana. El humano, ese ser que vive entre la combinación de varios
mundos: lo natural y el paisaje, lo no-natural y criado, la cultura y las
interpretaciones de lo natural/no-.natural, y, esa dimensión de lo metafísico…
Nietzsche ha pasado a la historia como el gran destructor
de la metafísica occidental, de un edificio que empezó con Aristóteles, Platón, Sócrates, Presocráticos,
pero que yo opino que empezó con anterioridad, todas las civilizaciones e
imperios y ciudades-estado antiguas, antes de Grecia y Roma, no pudieron ser y
estar, sin metafísica, sin sus metafísicas, si quieren protometafísicas. Todo
el Estado, el Estado esencial, durante siglos ha estado sustentando en alguna
metafísica-religión. Sin ello no habría sido posible el Estado mesopotámico o
el del Antiguo Egipto o el romano o el medieval cristiano o no cristiano en
Occidente, ni en ningún lugar del mundo.
Puede que usted no crea en el
anterior aserto-enunciado-juicio, es más, puede que jamás nadie se lo haya
planteado esta cuestión de este modo. Pero exista lo Trascendente Metafísico,
que ahora denominamos metafísica, o no exista. Sin la metafísica el Estado no
habría sido creado, y, sin la evolución del Estado, no estaríamos ahora en
donde estamos, usted no tendría el Estado del Bienestar, no tendría Educación
gratuita, ni pensión de jubilación. El Estado es esencial, y el Estado ha sido
posible por esa hibridación de la Metafísica Religiosa, a lo largo de siglos y
milenios.
Nietzsche, en forma de aforismos y fragmentos, al
destruir y decapitar y triturar la metafísica occidental, sea/fuese consciente
o no, destruyó el fundamento del Estado en sí. No solo de la religión, de Dios,
de la ética, de la moral, de la cultura, de o de… docenas o cientos de
temáticas. Sino de la esencialidad de la interpretación del ser humano consigo
mismo, esa esencialidad que se había conseguido después de siglos y milenios de
evolución.
No voy a entrar aquí, si ese
desarrollo o cambio o modificación o innovación era necesaria y es verdadera o
no lo es. No voy a entrar en esa cuestión, porque un artículo periodístico es
una botella muy pequeña de palabras. Pero si que sea usted consciente. Que
muchas de las crisis que sufrimos, no son crisis solo sociales o económicas o
políticas o culturales, que lo son. Nadie puede negarlo. Pero son crisis que
dimanan porque hemos matado (a) la metafísica, hemos matado a Dios, en la
expresión del mismo Nietzsche, y, ahora, los hombres andan por las
calles, con traje o perfumes o monos azules, sin saber, en qué tienen que
creer, que tienen que pensar y en qué tienen que esperar –en esa triple
pregunta del maestro Kant, qué es el hombre, qué…-.
No sé, pregunto, si en cada
época, surge y resurge una voz, y, florece enormemente, porque hay detrás
poderes culturales, que quieren que esa flor se convierta en un bosque. No sé,
si esto ha sucedido siempre. Los movimientos literarios y culturales, son en
definitiva, espirituales y simbólicos y de sentido. Y, siempre hay detrás,
fuerzas y grupos y colectivos, que quieren que ese mensaje se incardine en el corazón
de los hombres. No sé, si tiene sentido o razón, si hay una mano detrás, que en
todas las pequeñas ferias de los pueblos, existe un puesto de libros, y, en
todas siempre están las obras, algunas de Nietzsche, pero no están alguna de Descartes
o de Tomás de
Aquino…
No sé, si hay dedos detrás de
todo este tinglado, que aprovechándose del enfermo filósofo y escritor genial
Nietzsche, para que los humanos vayan/vayamos dejando de creer y sentir y amar
y desear y valorar la Metafísica de siglos que Occidente ha tenido. Que es y ha
sido el pilar de todo Occidente. El pilar del Estado Occidental. No sé, si no
solo quieren que desaparezca eso, sino que también desaparezca el amor del
hombre al Buen Dios.
No sé, si lo que quieren es que
desaparezca del corazón del hombre actual y futuro, el mismo
deseo-anhelo-búsqueda de Dios… No sé, si lo van consiguiendo, cada vez en mayor
grado y en mayor extensión…
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (18-19 octubre 2022 cr).
Fin
artículo 3.240º: “Ocurren cosas, nos ocurren cosas”.
E.
19 octubre